Éxitos y reconocimientos. De eso está llena la trayectoria de María Celeste Arrarás quien se ha convertido en un referente no solo para las mujeres sino también para los latinos que viven en Estados Unidos.
Sin embargo, detrás de esa imagen triunfadora se esconden varias historias que reflejan el duro trayecto que ha tenido que recorrer la periodista boricua para llegar hasta donde está. Y de la misma forma en que presume sus logros, también expone los momentos difíciles.
Prueba de ello es su más reciente revelación, la cual hizo a través de su popular columna “Así lo veo... Reflexiones de María Celeste” en donde habló de un momento que fue una verdadera pesadilla en sus inicios en la televisión.
Mari confesó que un colega casi logra impedir que se desarrollara como periodista. Un suceso que marcó su vida profesional; y que después de tantos años decidió que era hora de compartirla con su público.
"Llevaba sólo tres meses al aire como presentadora del Canal 41 en Nueva York, cuando él llegó a la estación y me sacó de mi puesto sin siquiera haberme visto presentar el noticiario porque quería traer a su presentadora de confianza", relató sobre la experiencia que sucedió en 1988.
Aunque de ese mal momento, que sucedió en 1988, solo queda el recuerdo Arrarás decidió ir más allá del relato. La puertorriqueña tuvo a bien revelar el nombre del colega con quien tuvo el encontronazo.
"Con el tiempo llegué a olvidarme por completo de Octavio, el jefe que me hizo la vida un infierno en mi primer trabajo como periodista en los Estados Unidos", reveló.
Sin embargo la vida da tantas vueltas y los volvió a encontrar; aunque esta vez todo era muy diferente pues Arrarás ya era una personalidad y en ese momento conducía el exitoso programa “Al rojo vivo”.
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"Lo vi entre el mar de reporteros. Era la última persona del planeta que esperaba encontrarme allí... En un instante, me vinieron a la mente de golpe infinidad de recuerdos de todas las veces en que él, siendo mi jefe, me había despreciado, de las veces que me había humillado y me había tratado como si yo estuviera pintada en la pared", recordó.
Ese encuentro fue con cierre para la periodista de CNN quien asegura le dejó una lección de vida. Y relató lo que hizo su exjefe al verla.
“Con una sonrisa tímida él se paró en puntas y desde muy abajo extendió su mano para saludarme. Mientras me inclinaba para estrechársela recordé las palabras proféticas que mi exesposo Guillermo me repetía en la época de los maltratos de Octavio. “Él va cuesta abajo, Mari. Y tú vas cuesta arriba”, reflexionó.
En cuanto a lo que ella sintió dijo: “Ahí estaba yo, arriba, celebrando mi éxito y él estaba allá abajo con una carrera prácticamente anulada. Octavio ya no era director de noticias del Canal 41. Se había mudado a Miami y trabajaba como editor de uno de esos suplementos que vienen con los periódicos, lo que definitivamente era un bajón de rango”, finalizó Arrarás.