El fervor y la emoción de la Semana Santa vuelven a cobrar vida en el escenario del Teatro Presidente, en San Salvador, con la tercera edición del musical "La Pasión de Cristo".
Esta puesta en escena, que se realizó por primera vez en 2018 y tuvo una exitosa repetición en 2019, retorna en 2024 con una producción que promete superar todas las expectativas.
Con un elenco de primer nivel, una escenografía imponente y un mensaje atemporal, este musical se posiciona como un evento imperdible en la agenda cultural salvadoreña.
La propuesta artística de esta obra musical ha sido meticulosamente trabajada para ofrecer al público una experiencia inolvidable.
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Bajo la dirección de un equipo creativo de gran trayectoria, esta obra fusiona elementos teatrales y musicales con una puesta en escena que transporta a los espectadores a los últimos días de la vida de Jesús y su gloriosa resurrección.

La combinación de un guion sólido, interpretaciones emotivas y una escenografía majestuosa convierten a este musical en un espectáculo sin precedentes en el país.
El guion y su fidelidad bíblica
Uno de los aspectos más destacados de esta versión de "La Pasión de Cristo" es su guion, adaptado magistralmente por Jonás Herrera y William Alemán.
Basado en las narraciones de los cuatro evangelios, el texto logra capturar la esencia del relato bíblico con una profundidad artística y emocional que impactará a la audiencia.
“Este es el tercer año que montamos ‘La pasión de Cristo’, un espectáculo que impacta a la audiencia no solo por la historia que representa, sino por todo el aparataje, escenografía, musicalización, vestuario y maquillaje que la trasforman en una verdadera producción artística”, comentó Jonás Herrera.

La obra no solo se centra en el sufrimiento y sacrificio de Jesús, sino también en los mensajes de amor, redención y esperanza que han perdurado a lo largo de los siglos.
“Esta versión de ‘La pasión de Cristo’ 2025 pretende compartir a las nuevas generaciones el mensaje de Jesús y su historia de salvación y de inspiración”, expresó William Alemán, uno de los productores.
Un viaje en el tiempo
Para esta tercera edición, el equipo de producción ha puesto especial énfasis en la escenografía y el vestuario, elementos fundamentales para recrear la atmósfera de la época.
Enormes pantallas usadas en el escenario del teatro mostrarán una ambientación realista y detallada que complementarán a la perfección las presentaciones de los actores, cantantes y los bailarines de Let’s Move.
Asimismo, el vestuario ha sido cuidadosamente confeccionado para reflejar la indumentaria de la época, logrando un alto nivel de autenticidad y estética visual.
Elenco excepcional
Uno de los grandes atractivos de esta producción es su elenco, conformado por reconocidas figuras del ámbito artístico salvadoreño. Entre los protagonistas destacan el extraordinario Paolo Salinas, quien personifica a Jesús; Luciana Sandoval, quien se ha ganado el respeto y la admiración del público por su talento y versatilidad. También se unen Boris Barraza, actor de gran experiencia cuya interpretación promete ser conmovedora y memorable y la multifacética Ale Martore quien da vida a María. A ellos se suma un grupo de artistas que garantiza actuaciones de gran calidad, brindando realismo y emoción a cada escena.
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El ser parte de este musical ha sido una experiencia maravillosa para sus actores y actrices; también ha sido para ellos todo un reto, pues sus interpretaciones demandan una combinación de habilidades técnicas, emocionales y físicas.
“En mi carrera actoral puedo decir que este ha sido uno de los momentos más especiales. Lleva una responsabilidad supergrande el hacer papeles históricos en general, como este que es, quizás, el más histórico de todos”, afirmó Paolo Salinas.
Para lograr el aspecto físico que exige su papel, Paolo se someterá, previo a cada función, a un proceso de deshidratación y a varias horas de maquillaje, el cual estará a cargo del creador de personajes y caracterizador Ariel Holshousser.
Pero, ese reto va más allá de lo físico, también incluye el poder representar la dualidad entre el especto humano y la divinidad del personaje central de la obra.
“Físicamente hubo un reto con el cual nunca me había encontrado en otros personajes que he hecho. Y es que, por lo mismo de querer honrar el personaje histórico, hay ciertas sutilezas que el personaje debe tener en sus movimientos y en sus expresiones”, comentó Paolo, quien sorprende por su arquetipo con el que se conoce al hijo de Dios. “Jesús tenía su lado divino pero tenía su lado humano y encontrar esos momentos de dualidades ha sido el reto más importante”, agregó el actor.
Por su parte, Boris Barraza manifiesta que interpretar a Caifás, uno de los líderes religiosos que conspiró para condenar a Jesús a muerte, fue un reto muy significativo, ya que no encontró ningún “eslabón” que comunicara a ese personaje tan complejo con él.
“Antes de hacer cualquier personaje hago un perfil sicológico de él y trato de encontrar los eslabones que se comunican conmigo, con el actor, y en el caso de Caifás no hay ni uno. Porque es tan complejo y antagonista que si yo dejo que él se quede conmigo yo sería una mala persona y no puedo permitir eso. Tengo que ponerme a salvo, yo Boris, para que viva Caifás”, acotó Barraza.

En el caso de Ale Martore, que hace el rol de María, no solo tiene el desafío de actuar y cantar a la vez, sino que también de poder sobrellevar en escena la emociones que se desatan ante el sufrimiento de Jesús.
“No es fácil hacer mis escenas porque tengo cantar y actuar a la vez. Creo que el dolor más grande de una madre es la muerte de su hijo. En ese momento yo estoy pensando en una madre que está perdiendo a su hijo (...) Es difícil no envolverse de emoción en ese momento. Creo que es algo maravilloso que la gente pueda presenciar eso. Mi experiencia ha sido maravillosa”, comentó Martore.
Luciana Sandoval, otra de las principales figuras del musical, interpreta a dos importantes personajes: María Magdalena y la mujer adúltera. Ella, quien hizo ambos papales en las dos ediciones anteriores, revela que en el escenario experimenta una sensación “divina” y difícil de explicar.
“Porque hay algo divino en esa obra; yo no les puedo explicar qué es, pero hay algo. Hay una vulnerabilidad personal que yo he experimentado en las dos ocasiones anteriores. No hay un sobreesfuerzo a la hora de presenciar la crucifixión, no existe”, comentó Luciana, evidentemente conmocionada. “Simplemente somos seres humanos que estamos ahí, vibrando y experimentado lo que está sucediendo y esos nos impacta. Eso es lo que he vivido en esa etapa de la obra. Vale la pena el esfuerzo de todos los involucrados: de los productores, del equipo técnico, actores, cuerpo de baile…”, añadió.

Un mensaje que trasciende
Más allá de su valor artístico, "La pasión de Cristo" es una obra que trasciende el entretenimiento para convertirse en una experiencia espiritual y reflexiva. Su mensaje de amor, perdón y sacrificio sigue siendo tan relevante hoy como lo fue hace más de dos mil años.
La obra invita a la audiencia a sumergirse en una historia que, independientemente de la fe que se profese, resuena en el corazón de todos los espectadores.
Con una gran expectativa generada entre el público salvadoreño, esta tercera edición de "La Pasión de Cristo" se perfila como un evento emblemático dentro de la oferta cultural del país.
La calidad de su producción, el talento de su elenco y el impacto de su mensaje aseguran que será una experiencia inolvidable para quienes tengan la oportunidad de presenciarla.
Funciones
4, 5 y 6 de abril, en el Teatro Presidente, en San Salvador.
Entradas: General, $22; VIP, $30, y Platinum, $40.
Las entradas están a la venta en https://funcapital.com/.
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