Kudai recibió todo el calor de sus fans salvadoreños, quienes en este momento se encuentran disfrutando al máximo de los éxitos de esta banda.
Cuando la noche comenzó a caer en la ciudad, los fans de Kudai, grupo ícono de los 2000, invadieron los alrededores de la Plaza Millenium en espera de un toque que catalogan como épico, pues los haría revivir la época dorada del emo pop.
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Buena parte sel feeling de la jornada musical fue gracias a la banda nacional Klim V, quienes fueron los teloneros. Sus acordes de rock alternativo prepararon el terreno para la banda chilena.
El conjunto dejó claro que fue el indicado para la apertura del espectáculo que apenas iniciaba.
Después de la gran introducción se acercó el gran momento. La iluminación del escenario se apagó súbitamente, y de la oscuridad emanó un torbellino de acordes que hicieron gritar de emoción a los fanáticos.
La euforia se disparó cuando luces destellantes iluminaron el escenario en donde lucían imponentes Bárbara Sepúlveda, Tomás Manzi, Nicole Natalino, Pablo Holman y Gabriela Villalba.
El concierto del “Revive Tour” que ofreció la banda chilena esta noche en Plaza Millenium arrancó con una poderosa interpretación de "Disfraz", uno de los éxitos más sonados. Desde los primeros acordes, quedó claro que Kudai estaba dispuesto a entregarlo todo.
"Buenas noches El Salvador, bienvenidos todas y todos. Qué lindo tener tanta gente, no lo esperabamos. Gracias por el cariño", expresó Bárbara.
"¿Están listos para el karaoke de Kudai? Esta noche vamos a cantar junto", dijo Pablo antes de entonar "No quiero regresar". Por su parte, Tomás recibió mucha atención, ya que salió al escenario con una bandera de El Salvador.
Aunque Kudai apostó por una producción de primer nivel para presentarse en El Salvador, la ovación de sus fieles fanáticos, en ocasiones, competía con el sonido melodioso de la banda.
Y esa reacción no fue solo por el inicio del toque, pues se mantuvo a lo largo del show. Los asistentes cantaron de principio a fin y a todo pulmón los éxitos que le siguieron como "Tal vez".
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El público sintió el cariño de la banda, el cual estaba reflejado en detalles como la escenografía, que fue una combinación de elementos futuristas con toques góticos. Una tributo a la estética que definió a Kudai en sus años dorados y que hizo sentir a sus fanáticos muy especiales.
Más de dos décadas han pasado desde que el mundo de la música se rindió al irreverente encanto de Kudai, sin embargo esta noche se sintió como si el tiempo se hubiera detenido en los 2000.
Y es que cada fan tiene una historia personal con la música de Kudai, y este concierto representó mucho más que una simple presentación en vivo; fue un reencuentro con la adolescencia, con las emociones y los recuerdos que esas canciones traen consigo.