Una actitud ruda, bromas y la aparente vida de una adolescente normal así era el papel que Jennette McCurdy representaba en iCarly, mientras su vida personal estaba lejos de llegar a ser normal o estable debido al constante maltrato que ejercía su madre sobre ella y los integrantes de su familia.
Pero el set de grabaciones en Nickelodeon no era un espacio seguro para la joven actriz que se habría camino con su graciosa e irreverente actitud según explicó a través de sus impactantes revelaciones en la publicación de su libro “I’m Glad My Mom Died”.
A su corta edad, Jennette veía como su mundo se desmoronaba con los tratos que le dio “The Creator”, una figura que se encuentra en la producción de iCarly y otros personajes juveniles de la misma cadena. Aunque se rumora que se trata de Dan Shneider, no se ha podido confirmar su identidad.
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Sam Puckett fue uno de los personajes más apreciados de la televisión, y también uno de los que mejor pudo esconder su tristeza con una sonrisa. Según la actriz, “El Creador” la fotografió en bikini sin su consentimiento y en otras ocasiones le habría dado alcohol sin tener la edad ni el deseo de ingerirlo.
“Toda mi infancia y adolescencia fueron muy explotadas”, señaló a The New York Times durante una entrevista previo al lanzamiento del libro.
Y agregó “Todavía me da una reacción en mi sistema nervioso para decirlo. Hubo casos en los que las personas tenían las mejores intenciones y tal vez no sabían lo que estaban haciendo. Y también casos en los que sabían exactamente lo que estaban haciendo”.
Evitando los nombres, Jennette escribió sus memorias entre situaciones inapropiadas e incomodas a las que él productor la sometía constantemente mientras conseguía un nuevo contrato para ella.
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Ahora con 30 años, la actriz señaló que su madre Debra aceptó todas estas situaciones sin hacer ningún tipo de intervención. Cada vez que intentó pronunciarse en contra de los abusos, su madre y “El Creador” la convencieron de apreciar lo que tenía porque “todos quieren lo que tienes”.
Incluso dedicó una sección de su libro a explicar como su madre solo le interesaba que Jennette trabajara para cubrir gastos de la casa, en reiteradas ocasiones llegó a llamarla “monstruo feo” y otras ofensas.
Finalmente, al terminar el programa de Sam & Cat, la producción le ofreció $300 mil para que nunca hablara sobre las experiencias vividas.