La estrella de Hollywood Jack Black anunció la cancelación de la gira de su banda de rock cómico Tenacious D por Australia y Nueva Zelanda, después de que su compañero Kyle Gass hiciera una broma sobre el atentado perpetrado el fin de semana contra el expresidente y candidato republicano estadounidense, Donald Trump.
Gass, compañero de la banda de Black, dijo "no le erren a Trump la próxima vez" al expresar su deseo de cumpleaños ante una tarta que le llevaron durante el concierto de Tenacious D el domingo pasado en la ciudad de Sídney, según un extracto del incidente transmitido este miércoles por la cadena pública australiana ABC.
Sus comentarios se produjeron pocas horas después del intento de asesinato de Trump perpetrado el sábado por la noche en Pensilvania, en el marco de su candidatura en las elecciones presidenciales estadounidense de noviembre próximo.
El intento de asesinato se saldó con dos muertos, incluyendo el atacante, mientras que una bala perforó la oreja izquierda del expresidente.
El recordado protagonista del filme 'School of Rock' ('Escuela de rock') o de la saga animada 'Kung Fu Panda' escribió anoche en su cuenta Instagram, con más de 14,3 millones de seguidores, que "nunca aprobaría el discurso del odio ni fomentaría la violencia política en ninguna de sus formas".
"Después de reflexionar mucho, ya no creo que sea apropiado continuar con la gira de Tenacious D y todos los planes creativos futuros están en suspenso", remarcó en su mensaje con el que pone en duda el futuro de esta banda con más de 30 años de existencia.
La broma fue "altamente inapropiada, peligrosa y un error terrible", admitió Gass por su lado, en un mensaje en Instagram.
"No condono la violencia de ningún tipo, lo que pasó es una tragedia y estoy increíblemente apenado por mi severa falta de juicio. Me disculpo profundamente ante aquellos a los que he decepcionado y realmente lamento cualquier dolor que hemos causado", agregó.
Los organizadores de la gira también dieron detalles ayer sobre los reembolsos por las entradas vendidas para los seis conciertos restantes en Australia y Nueva Zelanda, mientras que el senador del Partido United Australia, el conservador Ralph Babet, demandó ayer en un comunicado la deportación de la banda.