Glenda Gaby, cantante atemporal que lleva el nombre de El Salvador como estandarte

La historia de la música salvadoreña es rica, extensa, polifacética y llena de momentos determinantes en distintos tiempos y etapas. Diversos referentes artísticos surgen en cada época, algunos de ellos llegan al corazón del público y permanecen en la memoria de quienes los vieron brillar.

Glenda Gaby es una cantante que marcó un periodo muy importante en los capítulos de las crónicas musicales de El Salvador, vale la pena mantenerlos con vida y compartirlos con las nuevas generaciones, en especial aquellas que sienten un gran amor por el talento nacional.

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Las décadas de los 60 y 70 sin duda fueron muy prolíficos en el país, por tal razón son consideradas parte de las Buenas Épocas, en especial porque existía una verdadera industria musical, en las que habían sellos discográficos como Dicesa o Boni Discos.

En esos momentos de riqueza artística nació la carrera de Glenda Gaby, quien a sus 14 años comenzó a forjar una sólida trayectoria como intérprete infantil.

"Tortuguita Boni" fue el seudónimo que la cantante utilizó en su álbum para niños de diez canciones y que promocionó en todas las televisoras nacionales. A medida creció su voz, maduró también la temática de sus canciones.

"Termino de grabar ese disco y comienza el programa 'Buscando estrellas'… fue como en el 68. Ese era un programa trimestral, el ganador del primer trimestre competía con el del segundo trimestre y así (…) gané el segundo lugar. Éramos ocho finalistas", señaló la artista, quien recordó que entre los concursantes también figuraba Álvaro Torres.

Pronto la salvadoreña estuvo en la mira, no solo grabaría un disco en México, también sería invitada a trabajar con la Orquesta de los Hermanos Lechuga de Santa Ana.

A sus 17 años mezclaba los estudios con sus presentaciones, por lo que su madre siempre estuvo muy atenta de cada uno de sus pasos. Gaby también se vio influenciada por su hermano, el también cantante Alirio Guerra, quien en ese entonces ya destacaba en el jazz con un grupo de Santiago de María, "él ya había recorrido casi todo El Salvador cuando yo salí".

Pero muy pronto Glenda ya estaba en boca de todos, aparecía en programas radiales y televisivos, en todos los periódicos, sin olvidar que daba shows en vivo.

Su gran oportunidad llegó cuando participó en El Primer Festival de Música Juvenil de El Salvador, el cual era patrocinado por el Ministerio de Cultura: "Eran grupos de todo el país… estaban de jurados Tito Carías, Rolando Orellana… en ese momento solo yo estaba de chica, Tony Acosta ganó el primer lugar y yo gané el segundo lugar", explicó.

Desde ese momento ella comienza a trabajar con Dicesa, fueron cinco producciones discográficas las que grabó con esta compañía. Su disco debut "Soley Soley" la llevó a la cima del éxito.

"Como solista fui a Nueva York y a Panamá… esto fue como el año 70… En esos años había tantos grupos tan buenos que nosotros íbamos a los pueblos a cantar y todo el pueblo estaba ahí mirándonos", recordó.

Años de gloria

Los años 70 estuvieron repletos de logros y buenas noticias para Glenda Gaby, quien no solo era solicitada en toda Centroamérica, además era la principal telonera de estrellas como Santana o Chicago.

"Me siento muy agradecida, muy apoyada. Nunca voy a decir algo en contra de mi país, donde nací, porque yo llegué a ser la cantante más importante en femenino de aquí", explicó con emoción.

En esa época estaban en auge las grandes agrupaciones, una de ellas, La Orquesta Internacional Polío, invitó a la joven talento a fungir como su cantante: "Eran señores mayores, pero eran unos grandes músicos de los que aprendí mucho. Yo canto boleros, un poquito de salsa, canto jazz, porque la escuela mía fue de orquesta".

En ese tiempo se le dio la oportunidad de hacer cinco colaboraciones musicales con la voz inigualable de Edmundo Alfaro, de La Orquesta Casino, gracias a una petición de la disquera Dicesa. Con él grabó "Banana con azúcar", "Eres tú" y el hit "Una y otra vez".

Había mucho trabajo para los músicos salvadoreños en ese momento; según comentó la intérprete, los hoteles los contrataban por tiempos indefinidos.

La vida de ella giraba entre sus estudios en el Cenar y sus presentaciones en vivo.

"Me acostaba a las 2:00 a.m. y me levantaba a las 5:00 a.m. para prepararme y entrar a mis clases a las 8:00 a.m. que llegaban hasta las 12:00 m. Comía y de 2:00 p.m. a 5:00 p.m. eran mis clases de música. A las 6:30 p.m. comenzaba a cantar en Hotel San Salvador, terminaba a las 8:00 p.m. De ahí tomaba un taxi para el Camino Real, también para cantar, desde las 9:00 p.m. hasta la una de la madrugada", detalló la cantante.

Glenda reveló que su ajetreada agenda le provocó un desorden alimenticio, anorexia: "No quería comer… llegó un momento en que ya no podía, mi cuerpo no podía. Esa fue mi vida aquí, fueron como cuatro años".

Pero su vida daría un giro completo con la llegada al país del conjunto español Barrabás; su cantante, José Luis Tejada, le daría un consejo que cambiaría su destino para siempre.

"Me dijo: 'Te he estado escuchando estas noches y cantas muy bonito. ¿Por qué no pruebas España?'. Ahí nació la idea", relató.

"Yo le dije 'uy, España está muy lejos. A mí me va mejor quizás en Estados Unidos'", pero él le insistió: "Vete a España, que toda la música que estás haciendo es lo que está sonando ahí".

Nuevos rumbos

Las palabras del intérprete español resonaron en la mente de la salvadoreña, quien en septiembre de 1974 decidió probar suerte y viajó a España. Glenda Gaby siempre ha dejado claro que no dejó el país por falta de oportunidades, ya que "aquí mis sueños estaban colmados. Yo aquí no necesitaba llamar un representante, a mí me llamaban".

"Iba por un año. Yo llevaba mi dinerito para mis gastos (…) Tenía amigos que ya estaban allá, también salvadoreños que eran fans míos, de los que me iban a ver aquí en el Camino Real (…) Cuando yo quise volver, al año, ya tenía muchos compromisos… sabía que me podía desarrollar", relató.

En 1979 no solo inauguró el Casino de Ibiza junto al legendario Xavier Cugat, sino que también fue a Checoslovaquia a un gran festival de música internacional, en el cual incluso estuvo invitado el cantante Raphael y la recordada Encarnita Polo.

"Yo no he trabajado de otra cosa más que de cantar… he viajado por todo el mundo, he cantado en África, he cantado para el presidente de Mozambique en el 2003; he ido a Japón a cantar, a Roma (…) en las fiestas de Madrid, en la plaza Puerta del Sol", detalló con una voz llena de nostalgia.

Varias décadas han pasado desde que la artista llegó a España, pero nunca ha descuidado a su país natal, en donde ha dado infinidad de espectáculos, en especial shows benéficos, "para niños quemados, para niños con Sida, yo me he sentido comprometida desde siempre" con sus compatriotas.

"Yo soy salvadoreña y una artista que me he sentido premiada. A mí mi país me ha querido mucho. Yo soy 'Noble Hija de El Salvador', votada por todos los partidos políticos por unanimidad en la Asamblea Legislativa. Soy salvadoreña distinguida", expresó con orgullo.

Sin olvidar que hace tres años, en Roma, le dieron el título de Dama Distinguida de Centroamérica.

"Para mí, aunque pase el tiempo y pasen los años — y tengo 40 años de vivir en España—, El Salvador para mí ha primado mucho. Yo sigo viéndolo con devoción", sostuvo la cantante, quien ha grabado más de 15 discos.

"He hecho país. He hecho patria. Y yo estoy muy feliz porque nadie me lo pidió, ni nadie me obligó. Salió de forma natural. Lo he hecho porque yo amo esta tierra", manifestó la artista.

En el 2011, su álbum "Centroamérica viva" fue preseleccionado para los Grammy latinos y desde entonces es miembro activo de la Academia Latina de Artes y Ciencias de la Grabación; ese mismo año también fue nombrada por la entidad como una de los 100 latinos más importantes.

Aunque algunos pensaban que ella había hecho un paro a su carrera, ocurrió todo lo contrario: "Yo no he dejado de cantar".

Salvadoreña, a mucha honra

Glenda Gaby no para, no solo está preparando importantes proyectos a nivel internacional, los cuales irá anunciando a su tiempo, también espera volver al país en mayo para dar un concierto benéfico. Ella siempre hace lo posible por aportar a través de su música ayuda a quienes lo necesitan, especialmente a sus compatriotas.

Esta entrevista con El Diario de Hoy fue concedida un día antes de su retorno a España, en vísperas de su cumpleaños, el cual no celebraba en el país aproximadamente hace 20 años.

"Mi cuerpo se fue, pero mi alma está aquí, se quedó en esta tierra para siempre. No he podido desprenderme. Pienso que he trabajado para mi tierra sin que nadie me lo diga y con gusto he representado mi tierra donde he podido. Con mucho orgullo. Lo he llevado con mucha dignidad porque mi tierra se lo merece", aseguró.

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Destacó que en España tiene muchísimo apoyo, tanto así que el alcalde de Madrid es su fan. Ha recibido aplausos en Alemania y Tokio, siempre dejando claro que su país es El Salvador.

Y seguirá trabajando mientras pueda: "Al momento que yo sienta que ya no hago un buen trabajo, yo solita voy a decir no… pero es que los artistas no tienen caducidad".

A las nuevas generaciones de artistas salvadoreños les aconseja "cuidar su formación", mientras que a los ya consolidados los llama a "reciclarse".

"Siento que acá no se le da tanta importancia a las carreras artísticas de las personas. Yo creo que tendría que haber más apoyo de la radio, de la prensa, pero como decía Frank Sinatra: 'Si en un garaje voy a cantar y uno me escucha, eso merece la pena'. Entonces, no es cuestión de volumen y que me escuchen millones, con uno que me ponga atención es una siembra", destacó. "Un artista tiene que ser todoterreno y comportarse como un artista, darse su lugar para que la gente aprecie su arte", concluyó la cantante salvadoreña.