Numerosos fans de Rammstein están tratando de revender sus entradas para los próximos conciertos de la banda alemana, envuelta en un escándalo de presuntos abusos sexuales, según informaron diversos medios alemanes.
Desde días anteriores al concierto de esta noche en Múnich y a otros tres espectáculos esta semana en varias ciudades alemanas, cientos de seguidores de la banda ofrecen sus entradas a través de plataformas como "Fansale", incluso a precios inferiores a los de compra.
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En los últimos años no era posible adquirir entradas en vísperas de los conciertos de la popular banda alemana, pues éstas se agotaban ya con meses de antelación.
En redes sociales como Twitter, donde el nombre de Rammstein y el de su vocalista, Till Lindemann, son tendencia desde hace días, muchos usuarios expresaron su decepción ante las alegaciones de abusos contra el cantante, que han provocado un escándalo en Alemania.
"He decidido vender mis entradas para Berlín. Lo hago con pesar porque me encantaba su música, pero no apoyaré un sistema de sexismo y abusos", escribía un usuario.
Otra seguidora expresa dudas ya que teme no poder revender las entradas que le han costado "un montón de pasta". "Pero en cualquier caso no voy a poder disfrutar del concierto", agregó, y expresó su rechazo a la idea de que algunos fans se estén "solidarizando con un perpetrador".
Según varios medios, en redes sociales circulan llamamientos para que esta noche, al término del concierto en Múnich, los aficionados se arrodillen cuando la banda también haga su habitual gesto y entonen una canción de apoyo al grupo.
Después de que hace dos semanas surgieran las primeras alegaciones de parte de una fan irlandesa, que afirmó haber sido drogada en un concierto en Vilna, decenas de jóvenes alemanas han relatado sus experiencias con Lindemann, que según sus versiones van desde la intimidación a la agresión sexual.
Una conocida influencer de 21 años relató ayer cómo fue invitada a una fiesta posconcierto de la banda con la expectativa de que se encontraría con otros famosos, para verse por el contrario encerrada en una sala llena exclusivamente de chicas jóvenes, algunas con la apariencia de haber sido drogadas.
La influencer consiguió, de acuerdo a su versión, abandonar el lugar, no sin antes haber incurrido en la ira de la responsable de casting de Rammstein, que según las alegaciones era la encargada de reclutar a chicas, a veces bajo falsas premisas, para mantener relaciones con Lindemann.
Otras víctimas han relatado cómo se despertaron de un estado de inconsciencia para descubrir que el cantante estaba abusando de ellas o cómo sufrieron dolor y sangrados vaginales después de que mantuviera con ellas sexo violento.
La banda, que en un primer momento negó tener cualquier constancia de los presuntos abusos, defendió en un comunicado posterior el derecho del vocalista a la presunción de inocencia y se ha desprendido de la responsable de casting.
"A nuestros fans les decimos: es importante para nosotros que se sientan bien y seguros en nuestros espectáculos, delante y detrás del escenario", declaró Rammstein en una breve nota el pasado sábado.
"Condenamos cualquier tipo de agresión y pedimos que no participen en juicios públicos de ningún tipo contra aquellos que han realizado alegaciones. Tienen derecho a tener su versión de los hechos", agregó el grupo.
Entretanto, una editorial que había publicado tres volúmenes de poemas de Lindemann -muchos de los cuales narran encuentros que se pueden calificar de agresiones sexuales- ha anunciado el cese de su cooperación con el cantante, de 60 años.