En un ambiente cargado de nostalgia y gratitud, familiares, amigos y colegas dieron el último adiós al barista y chef Víctor Flores Menéndez, la tarde del domingo 28 de abril en el Complejo Funerario Montelena.
Chef Maney, como era conocido en El Salvador, falleció a sus 36 años, el pasado 10 de abril en Estados Unidos, tras una valiente batalla contra el cáncer.
Sus retos fueron repatriados el fin de semana al país para que las personas más cercanas a él y sus seguidores pudieran despedirse y rendirle homenaje.
Fue Biscuit Factory, la empresa familiar que lideraba Chef Maney, la que notificó a sus seguidores de que los restos del barista serían velados en Montelena, Santa Elena.
El pasado sábado 27, de 8:00 de la mañana a 11:30 de la noche, las personas que le guardaron gran aprecio y cariño pudieron acompañar a su familia en la vela del cuerpo presente.
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Y ayer, de 8:00 de la mañana a 1:30 de la tarde, las puertas del complejo funerario estuvieron abiertas al público para que acompañaran a los dolientes y dieran el último adiós al talentoso artista de la gastronomía.
En esa emotiva despedida, los presentes compartieron recuerdos y anécdotas que destacaron la pasión y el legado culinario dejado por Flores.
Gabriela María de Flores, su esposa, dijo que recordará a Víctor como un hombre luchador, lleno de amor, empatía y pasión por su profesión.
“Lo recuerdo con un corazón muy noble. Él siempre estaba a disposición de los demás, pensaba siempre en ayudar a los emprendedores, a todas las personas que más lo necesitaban, incluso en su enfermedad ayudaba mucho e impulsaba mucho el rezar”, expresó de Flores.
Gabriela también afirmó que ella y sus tres hijos (Juan Pablo, José Roberto y Juan Marcos) seguirán con el legado que dejó Flores en el rubro gastronómico y siempre tendrán presente su icónica frase “No podemos parar”.
“Ellos (sus hijos) siempre serán su esencia y también recordarán lo valiente y campeón que fue su papá”, destacó.
“Vamos a seguir con este legado que dejó de ‘No podemos parar’, y no vamos a parar de rezar, de seguir luchando y de hacer lo mejor , como así lo quería él”, puntualizó Gabriela.
Algunos asistentes indicaron que lo recordarán como una persona alegre, servicial y siempre innovadora, pero sobre todo llena de amor y gratitud.
“Gracias amigo por ese legado, vivir con intensidad, dando el cien por ciento y ayudando siempre a quien lo necesite. Este país necesita a más hombres como vos”, escribieron Claudia Ramírez y José Pérez en un libro de recuerdos que familia colocaron en memoria de Víctor.
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Al momento de conocer su diagnóstico y durante todo su proceso, Víctor escribió una carta donde expresaba todo lo que había pasado y lo mucho que anhelaba salir victorioso.
"En teoría mi lucha terminaba en abril de 2023, cuando recibiría mi revisión de la leucemia, dos meses antes tuve una recaída. Estaba tan cerca de la revisión y de repente tener que volver a empezar fue complicado y desalentador. Renegué, tuve el impulso de no querer continuar, pero vi para atrás el camino ya recorrido y entendí que vale la pena seguir luchando. Firmo este testimonio con la convicción de que mi historia tendrá un final feliz, lo sé, lo creo, lo de claro. No podemos parar", fueron las últimas palabras de Víctor que dejó a su esposa, quien leyó esta carta durante su despedida.
Los asistentes también fueron parte de la misa del cuerpo presente que se realizó a las 2:00 p.m., en la capilla del Complejo Funerario Montelena.
Posterior, se llevó a cabo el entierro de Chef Maney, a quien despidieron entre lágrimas, globos, nostalgia y rosas.
"Es difícil despedirse, pero a la vez estoy agradecida y confiada en Dios de saber que Víctor se ganó el cielo con su valentía, paciencia y el buen humor con el que luchó", culminó Gabriela.
