La gran final de la 31 edición de Reina Hispanoamericana se llevó a cabo ayer en la hermosa ciudad de Santa Cruz de la Sierra, Bolivia. Alrededor de 30 candidatas de diferentes países y territorios autónomos compitieron por el máximo título.
El evento comenzó con un derroche de belleza, glamour y mucho colorido, pues las candidatas tuvieron la oportunidad de lucir una vez más sus esculturales curvas a través de sensuales trajes de baño.
En otra de las etapas, las participantes pusieron muy en alto las costumbres y tradiciones de sus respectivos países a través de coloridos y extravagantes trajes nacionales.
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Una de sus máximas apariciones fue cuando subieron al escenario luciendo hermosos y elegantes vestidos de noche que tallaban perfectamente a sus figuras. Acá reinó el brillo y la sensualidad.
Posterior a ello, el jurado calificador tuvo la ardua tarea de elegir a las 14 finalistas de esa edición, sin embargo, dentro de ellas no figuró Eugenia Ávalos, representante de El Salvador, quien durante toda la competencia lo hizo espectacular.
Por Centroamérica las únicas que figuraron dentro del cuadro fueron Nicaragua y Costa Rica. Cabe destacar que esta es la primera vez que ambos países clasifican en Reina Hispanoamericana.
Durante la competencia, Ávalos tuvo un accidente cuando realizaba una prueba deportiva y fue llevada de emergencia al hospital. Los especialistas dijeron que su pie debía ser enyesado, lo que conllevaría retirarse de la competencia, pero ella no quiso y prefirió seguir persiguiendo su sueño.
Según varios missólogos, ella fue una de las candidatas más espontáneas y elocuentes en la entrevista con el jurado calificador. Además, su porte y elegancia eran un plus para poder clasificar en el certamen, pero no lo logró.
Al final de la noche, la representante de Perú, Arlette Rujel, de 22 años, se alzó con el título de Reina Hispanoamericana. La Virreina fue Venezuela, Adriana Pérez, de 23 años.