El legado metalero gestado por el talento salvadoreño irrumpió en el escenario del II Latin Metal Fest de Milán, Italia, celebrado el pasado octubre.
Con una sólida descarga de metal, los rockeros latinos unieron sus propuestas para lanzar el grito "Larga vida al rock", en un espacio que reunió a los amantes del género.
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La propuesta cuscatleca dejó buen sabor de boca, tras iniciar el desfile de sonidos enfáticos y guitarras distorsionadas que sacudieron la ciudad de la provincia milanesa, antes citada.
La sobredosis de rock arrancó con el solista guatemalteco Kenet, interpretando canciones reconocidas en América en versión acústica.
A continuación, subió al escenario la ya conocida banda Tophet, formada por talento salvadoreño y su vocalista ecuatoriano. La agrupación hizo un recorrido por lo mejor del rock en español, recordando a grandes como Soda Stereo, La Unión y Héroes del Silencio, entro otros.
Tenebrastica, una banda cosmopolita de hermanos procedentes de Ecuador, Bolivia y El Salvador, pusieron su toque original con una propuesta de heavy trash.
La legendaria banda Ángelus, una de las agrupaciones de gran trayectoria en El Salvador, hizo vibrar el escenario del Latin Metal Fest.
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Este grupo ha construido su trayectoria imponiendo su propuesta metalera en los Guanarock, Indepentfest y Salvarock, festivales que promovieron la cultura del metal en los años noventa y dos mil.
Ángelus, ahora renovada, también incorpora en la segunda guitarra a un hermano venezolano, dando fuerza a este proyecto que no desaparece gracias a Omar Cevallos, uno de sus miembros originales y conocido en el mundo del metal salvadoreño como Rattaman.
El turno del black death, con temas cien por ciento originales, llegó gracias a Absolute Mind, una banda formada por tres miembros de una familia de músicos provenientes de Sonsonate y radicados en Milán.
Los sonsonatecos encendieron la vibra de la distorsión y la fuerza en la ejecución de la guitarra con acordes enérgicos.
Por otra parte, el trash quedó en mamos de la banda salvadoreña y ecuatoriana Mementmort, que en los últimos meses se ha encerrado en el estudio de grabación, preparando seis temas de su autoría.
Hay que destacar que esta última banda goza de un fuerte respaldo entre los metaleros latinos.
El cierre del festival no pudo estar en mejores manos con el black trash de Execracion una de las bandas de mayor trayectoria conformada por cinco miembros de suramérica, un verdadero espectáculo escénico, por su maquillaje y vestimenta, con interpretaciones cargadas de euforia y distorsión.
Está segunda edición del Latin Metal Fest de Milán deja claro que hay una corriente que ama y apoya este género, en hermandad.