Hablar de cine es hablar de emociones, sueños y experiencias transformadoras. Especialmente si lo pensamos como esa visita a una sala de proyecciones, en la que estamos aislados del mundo durante un par de horas, frente a situaciones que nos invitan a experimentar la felicidad y la tristeza, por igual.
En El Salvador la escena audiovisual es cada vez más fuerte y busca en la audiencia local el apoyo que necesita para seguir creciendo. Para hablar de esta industria y sobre su nuevo proyecto, nos sentamos con Pilar Colomé, cineasta salvadoreña radicada en México.
Pilar ya sorprendió al mundo en 2014 con su documental “Jocelyn y el coyote”, que le dio reconocimiento internacional y fue la llave para abrirse al mundo. El cortometraje animado trata sobre las realidades de la migración infantil irregular. La pieza audiovisual consiguió un premio en el Festival de la Américas de Nueva York.
Esta vez Pilar llega más allá, desnudando su alma al publico con un tema del que nadie quiere hablar, el suicidio de una familiar, pero del que millones padecen cuando se pierde a un ser querido.
¿De dónde surge la pasión por el mundo de la producción audiovisual?
Me enamoré del cine desde los 15 años. Dos de mis tíos vivían en México y trabajaban para Televisa. Cuando los visitaba por vacaciones me llevaban a sus producciones y me enamoré de todo aquello. Al graduarme del colegio ya sabía que quería estudiar cine.
¿Cómo fue su proceso de formación en cine?
Yo quería estudiar cine, pero mis papás pusieron el grito en el cielo y me dijeron que no. Me quedé en El Salvador para estudiar Comunicación y Periodismo en la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA), pero eso no hizo que desistiera de mi sueño. Durante la carrera sentía mayor atracción por las materias audiovisuales, me esforcé en hacer eso.
Llegó un momento en el que, a través de mis tíos en México, pude entrar al Centro de Entrenamiento de Televisión Educativa (CETE), de la Secretaría de Educación Pública, donde enseñaban a producir. Durante siete meses tomé varios cursos independientes que me ayudaron a construir las bases en producción.
Después de ese tiempo en México regresé a la UCA para terminar mis estudios en Comunicación y Periodismo. Muchos años después, en 2008, me gané una beca para el Centro de Capacitación Cinematográfica, donde me especialicé en postproducción.
¿A qué se debe su interés por las temáticas sociales?
Algo que me mueve es la injusticia, no la aguanto y no la soporto. He viajado por todo el territorio salvadoreño, he visto las condiciones de pobreza de las personas, el poco acceso a educación, las pocas oportunidades económicas. Conocer esto me hizo preguntarme qué podría hacer yo por mis hermanos salvadoreños. Así empecé a hacer documentales que promuevan los derechos humanos a diferentes niveles.
Empecé con el tema de equidad de género en las mujeres. He realizado trabajos que buscan erradicar la estigmatización que cae sobre los jóvenes de pertenecer a grupos de pandillas y otros temas humanos, que buscan dar otra perspectiva de El Salvador.
Hablemos sobre la producción que está en proceso, “El viaje en moto”
Hace 4 años me traslade a México por trabajo. Empecé algunos proyectos de postproducción con Netflix y HBO, en ese momento llega la pandemia y me enfrento a una realidad desconocida. Estaba sola y aislada, tuve mucho tiempo para volver a visitar algunos recuerdos del pasado y llegué a los recuerdos de lo que le había ocurrido a mi papá.
Ese fue el momento para revisar mi proceso de duelo por la pérdida de mi padre. “El viaje en moto” es un documental que retrata mi proceso de duelo y mi busqueda de paz interior despues de que mi padre decide cometer suicidio luego de colgar una llamada de telefono conmigo.
He contado las historias de muchas personas, las he ayudado. He contado muchas realidades y dije voy a contar mi historia, que sirva como una herramienta de sanación para mis emociones.
¿Cómo se traduce algo íntimo y personal como un suicidio en un documental de este tipo?
El suicidio es una pandemia, cada 30 segundos se suicida una persona y cada 11 segundo alguien intenta acabar con su propia vida. El Salvador es el tercer país de América Latina con los índices más altos de suicidio. Sé que mi historia puede servir a otros que sufren este proceso.
Para contar esta historia he buscado algunas cosas que representan la memoria de mi padre, para narrar los hechos a través de sus pertenencias. Una de esas cosas es su fascinación por su moto Vespa así que decidí repasar el proceso de duelo a través de un viaje para encontrar su moto en El Salvador. Estoy aquí para buscar sus pertenencias y hacer un viaje de carretera entre México, El Salvador y España.
Voy a conocer el lugar donde nació mi abuelo en Barcelona, donde están enterrados mis bisabuelos. Es un viaje para encontrarme con las raíces que me unen con la memoria de mi padre.
Tengo todos las características visuales para contar una historia de una manera muy bonita y analizando que van significando cada elemento. Puedo profundizar en preguntas como ¿Qué es la muerte? ¿Qué es el alma? ¿Adonde se van los que mueren? y otras convenciones sociales que nos van poniendo obstáculos en el proceso de duelo. Es un momento para cuestionar creencias y hablar con libertad sobre el suicidio.
Además del dolor de perder a un ser querido, tenemos el peso de no poder decirlo, porque el suicidio está mal visto, y mientras no se hable, no se sana. No es posible que después de 18 años siga llorando por cosas que no sané de todo esto.
¿Cómo se siente al volver a revivir estos recuerdos?
Estoy segura que no me estoy equivocando en compartir mi historia y lo estoy haciendo con toda la honestidad. Empecé escribiendo un guión bastante superficial, escogiendo con pinzas lo que quería decir.
Al principio puse nombres ficticios a todos los personajes, pero poco a poco fui cambiando todo eso a los nombres de mis papás y mis hermanas. Pase de hablar en tercera persona a contarlo todo en primera persona.
¿En qué etapa se encuentra el documental en este momento?
Hacer cine independiente cuesta. Ya se grabó una parte en México, vamos a comenzar el rodaje en España durante octubre y quedará pendiente la parte de El Salvador para noviembre o diciembre.
Si todo marcha bien el estreno se realizaría durante el primer semestre de 2024, así que pedimos un poco de paciencia. Los fondos que gané con Ibermedia nos permiten realizar toda la filmación pero necesitamos apoyo adicional para hacer la fase de post producción y comercialización de la película.
Este es el momento oportuno para conocer el proyecto y sumarse. El cine es parte de la economía naranja y es muy incipiente en este momento. Necesitamos todo el apoyo posible.
Netflix, Amazon y Discovery han puesto su mirada en las producciones cinematográficas latinoamericanas. En México se ha triplicado la producción de cine gracias a estas plataformas.