Para el productor, guionista y director salvadoreño Alfonso Quijada, el cine podría cambiar el rostro de El Salvador. No solo como un rubro que aporte a su economía, sino también como una ventana que lo visibilice en el mapa internacional.
Y aunque sí hay talento y sí hay producción cinematográfica dentro de las fronteras patrias, está convencido de que además de incentivos fiscales, en el país se requiere de una Ley de Cine que garantice el desarrollo de esta industria a locales y extranjeros.
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El compatriota, detrás de películas como “La palabra de Pablo” y “Malacrianza”, como productor, y “El suspiro del silencio” (2020), como director, afirma con orgullo ser salvadoreño.
A los 6 años dejó atrás El Salvador para migrar junto a su familia. Y luego de pasar por varios países, se afincaron en Canadá, nación que los adoptó 10 años después.
Quijada tiene 52 años y 34 de esos los ha dedicado a la industria cinematográfica. Aunque sus pininos actorales los dio en el teatro, sus aspiraciones lo llevaron hasta Hollywood, en Estados Unidos. Ahí absorbió grandes cantidades de conocimiento sobre cómo hacer cine.
Luego de dejar huella en varias películas y programas de televisión, el salvadoreño dio el salto a la producción. De esta experiencia, surge su empresa Sivela Pictures en Vancouver, a través de la cual ha impulsado el cine con marca salvadoreña.
No solo apoyó a su colega y amigo Arturo Menéndez desde la producción -en “La palabra de Pablo” y “Malacrianza”-, también ha trabajado en varios proyectos internacionales y se lanzó como director en el drama “El suspiro del silencio” en 2020.
EN LAS GRANDES LIGAS
Tres años después de estrenar su ópera prima filmada en Jayaque, La Libertad, Quijada vuelve a la tierra que lo vio nacer con su más reciente largometraje: “Mañana antes después”.
El drama de ciencia ficción fue filmado totalmente en Colombia, en medio de la pandemia de covid, con una sola actriz y un perro. Pero para abonar a tal “locura”, su protagonista -la actriz colombiana Natalia Reyes (“Terminator: destino oscuro” y “Cumbia Ninja”)-, filmó la historia posapocalíptica embarazada.
“En pandemia, con una serie de restricciones, rodando en dos lenguas, con un perro y una actriz embarazada, sí nos complicó la vida. Pero con todas las complicaciones que tuvimos, la película fue increíble...”, expresa el hijo del gran escritor salvadoreño Alfonso Kijadurías.
Para colmo, al cineasta lo diagnosticaron con covid, justo cuando solo le faltaba rodar una escena con muchísimos extras. Y aunque fue un contagiado asintomático, tuvo que respetar el protocolo de ausentarse del set. Para filmar la escena en cuestión, lo hizo recluido en su hotel a través de ocho cámaras portátiles colocadas en diferentes ángulos. “… rodé por primera vez una película, casi virtual, se puede decir”, explicó.
“Mañana antes después”, en su versión en español, se estrenó en el Festival Internacional de Cine de Cartagena, en marzo pasado. Luego, recibió una muy buena acogida en las salas de cine colombiana y, este septiembre, se estrenará en El Salvador, en el marco del 26° Festival Ícaro en su versión salvadoreña, el jueves 28, en Cinemark La Gran Vía.
Pero, ¿de qué va esta coproducción de Estados Unidos y Canadá filmada en Colombia por un cineasta salvadoreño?
Según la sinopsis oficial, en un “mundo posapocalíptico, la última mujer sobre la tierra busca a otros sobrevivientes en compañía de Lobo, un perro abandonado. Ahora, no solo tendrá que sobrevivir en medio de la desolación, sino que se enfrentará sola a su sorpresivo embarazo, tan inexplicable como la razón por la cual sobrevivió al fin de los tiempos”.
En esta segunda película de un total de siete, las preguntas son las que predominan. Interrogantes que irán siendo aclaradas a lo largo de la saga, que sigue teniendo al frente al director salvadoreño Alfonso Quijada.
Y como este proyecto refleja en esencia la locura que es el tiempo, la siguiente cinta a rodar es la número cuatro. “… la primera será la última”, aclara el también guionista.
Hay que destacar que “Mañana antes después” también le legó algo muy valioso a Quijada. “Construí un equipo increíble, que ahora es el equipo con el que trabajo y con el que trabajaré mi nuevo proyecto…”.
El Salvador no está fuera del horizonte de este cineasta. Hacer cine en la tierra donde nació sigue siendo uno de sus deseos más grandes, por eso continúa regresando constantemente para trabajar en nuevos proyectos. Él sigue apostando por su país y lo reluce a nivel mundial.