Brujería es actualmente una banda de culto para los amantes del rock extremo, clasificados específicamente como Deathgrind en sus inicios la banda causó gran impacto en el mundo al hablar la cruda realidad del racismo en Estados Unidos, empoderar a los migrantes, cuestionar la religión recalcitrante, al sistema y criticar la corrupción de los políticos.
El concierto realizado en Catedral Café en el centro histórico de San Salvador, demostró que la banda es un gusto bastante exclusivo y que rememora a muchos a su juventud cuando la escucharon por primera vez hace 30 años, y como los llenó de energía y rebeldía; pero también de curiosidad y temor por lo desconocido en un país como en El Salvador, donde a pesar que el artículo 25 de la Constitución determina que hay libertad de profesión de la religión pero en la práctica es sumamente estigmatizaste los temas relacionados a otras creencias y religiones.
Wilber Alvarado de 47 años de edad, comentó que ver a Brujería en vivo ha sido un sueño cumplido, pues la primera vez que visitaron El Salvador en 2017 no pudo asistir, “tenía 11 años cuando los escuché y en esos años escucharlo era ser bien rebelde por la crudeza de sus letras y sonido”, dijo.
Alvarado comentó que los escuchó gracias a un primo que había conseguido un casete en el extinto Fenastras, que se ubicaba a un lado del mercado ex cuartel y que además de estar en la memoria de la organización sindical de los trabajadores salvadoreños, también fue un espacio donde en numerosas ocasiones se realizaron conciertos de rock. “Era considerado diabólico, me quemaron camisas y hasta me intentaron exorcizar mis papás “, relató entre risas el fanático.
De igual manera Pedro Erazo músico de una trayectoria de más de 20 años en la escena underground, integrante de las bandas como Afrontar y Perseverancia, comentó lo insólito que era en los noventa escuchar por primera vez a brujería “después de escucharlos pensé que algo me podría pasar, pero era parte del mismo dogma religioso que era bien fuerte en aquella época”, el fanático comentó que el polémico material de la banda llegó a él en un intercambio de casetes con sus compañeros de colegio y que hasta la fecha ha sido de las bandas que lo han influenciado.
La visita de Brujería en El Salvador coincide con una coyuntura en donde se minimiza la persistente migración de salvadoreños hacia Estados Unidos de manera ilegal, el encrudecimiento del trato a los migrantes en las fronteras; así como también, la restricción de derechos con el régimen de excepción que lleva en vigencia 18 meses y la censura a través de reformas en las leyes, así como la integración de la fe cristiana de manera directa a espacios donde está prohibida de manera constitucional (art.82) la integración de líderes religiosos a espacios como como la Asamblea legislativa donde al menos hay tres diputados del partido Nuevas Ideas que han ejercido o ejercen como predicadores de iglesia, por mencionar un caso.
Es por eso que para los fanáticos escuchar bandas como Brujería representa libertad, así como lo menciona Aura Castillo, una fanática de 23 años de edad, que los sigue al igual que muchos desde la adolescencia, “Brujería representa para mí liberación de lo común y evolución”; Aura agregó a su opinión que la banda hace abrir la mente de quienes los escuchan para conocer de lo que hay más allá de lo que se conoce.
Brujería se conformó en el estado de California a finales de los años 80, en un momento donde las bandas de rock y metal querían hacer música en ingles aunque tuvieran raíces latinoamericanas, pero Juan Brujo, vocalista principal y fundador de la banda ha mencionado en otras ocasiones que no hay más lenguaje que demuestre una real emoción y enojo como el español y que uno de sus objetivos en los inicios era hablar del duro racismo que los latinos han vivido desde siempre, así como motivar a la unión de la gente de la región para defender sus raíces, identidad y sus derechos; discurso que cautivó a quienes los escucharon, pues es evidente la autenticidad del material que durante 30 años la banda han producido.