La muestra de éxito mundial “El sueño inmersivo” de Vicent Van Gogh ya se encuentra en El Salvador y está conquistando a todo el público a través de un arte visual lleno de formas, colores y paisajes que relatan la vida y obra del artista neerlandés, que nació un día como hoy 30 de marzo, pero de 1853.
Tras ser reprogramada, la exposición a cargo de "En vivo Producciones" abrió las puertas al público el pasado 25 de marzo y se extenderá hasta el 23 de abril. Así que hay tiempo para dejarse atrapar por este mundo mágico.
Antes de sumergirse en este “sueño inmersivo”, los visitantes tienen que acatar las siguientes recomendaciones: evitar tomar fotografías con flash, no ingerir comidas o bebidas durante el recorrido, no tocar las obras ni apoyarse en las paredes y hablar en voz baja.
La aventura inicia con el capítulo de los girasoles en donde se podrá conocer por qué esta serie de obras se encuentra entre las más famosas del creador.
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Posterior, los visitantes ingresan a un cuarto oscuro en el que se proyecta la biografía del artista, que incluye su vida, obra, éxitos, sueños y muchas cosas más.
Luego llegarán a una gran sala donde se exhibe una serie de obras que son réplicas de las originales de Van Gogh. Estás fueron traídas desde Holanda. Entre las pinturas se encuentran “Iris", "Autorretrato", "Girasoles", "La noche estrellada", "El dormitorio", "Puente en Arlés" y "Trigal con cuervos".
Cabe destacar que también hay una instalación que rinde homenaje al “dormitorio” del artista cuando vivió en Arlés, un pueblo en Provence, al sur de Francia. Esta habitación humilde y llena de sueños, representa la tranquilidad y resalta la sencillez de él a través de los colores.
Una línea de tiempo, desde su nacimiento, pasando por su niñez, juventud y adultez, así como por sus mejores aventuras, hace que el espectador se hipnotice y se empape en cuestión de minutos de la vida que llevó el neerlandés.
Pero la aventura no termina ahí. Luego, el salón inmersivo, que proyecta imágenes en paredes y piso, hará que el visitante se sienta parte de las maravillas que pintó Van Gogh a lo largo de sus años y que viva una experiencia única.
“La verdad es algo mágico, nunca me imaginé estar acá, solo lo había visto en redes sociales y hoy estoy viviendo está experiencia que siempre recordaré. Me ha gustado todo, desde las piezas hasta las instalaciones visuales”, comentó Karla Guillén.
Durante aproximadamente media hora, la exhibición sumerge al espectador en un mundo alejado de la realidad y lo transporta a la época de oro del artista, para conocer de cerca cada uno de sus trazos, sueños e imaginaciones que son plasmadas en gigantes instalaciones visuales. Es una experiencia multisensorial cargada de muchos colores vivos y una música que despierta la nostalgia.
“La noche estrellada” y “Los girasoles” son de las más esperadas por el público para poder tomarse las respectivas fotografías.
“En los primeros dos días que inauguramos, que fueron sábado y domingo, sí hubo muchos visitantes, aproximadamente más de mil personas. Entre semana ha sido un poquito menos, entre 200 y 300. La ventaja de esta exposición es que no hay límite de edad, pueden venir niños, adultos mayores, cualquier persona que quiera vivir esta experiencia está invitada”, explicó Salvador Hernández, guía de la muestra.
La última etapa es el salón de los girasoles donde el color amarillo es el protagonista. Paredes y techo cuentan con espejos para que las personas puedan reflejarse a través de ellos y se sienta en armonía con esta plata que es símbolo del sol y la admiración, y que para el neerlandés significaron gratitud. Al culminar el recorrido de aproximadamente una hora, las personas podrán apreciar la hermosa vista panorámica que ofrece el edificio Millennium Plaza, desde el nivel 23, hacia la capital salvadoreña.