El salvadoreño Rodrigo López Argüello, conocido como Rolo, presentó su más reciente muestra “Laberintos mentales”, en el Museo de Arte de El Salvador (Marte), el cual explora los senderos de la complejidad de la mente y sus conflictos emocionales.
La exposición, compuesta de alrededor de 55 piezas, revela un viaje a través de diversas texturas, creadas con materiales y herramientas no convencionales, como espuma de poliuretano y cemento plástico, así como la implementación de tonos pastel para crear un ambiente calmado y sereno, de bienestar.
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“Laberintos mentales’ es parte de una serie de obras que ha estado trabajando aproximadamente un año. Es una propuesta que está hecha para que la gente la toque, para que sientan con la yema de sus dedos y con la vista… Es interactiva, es un espacio para pensar, reflexionar de una manera distinta”, comentó el artista.
Todas las obras de la exposición tienen una textura 3D que simula un terreno áspero, rocoso e irregular, con una obra destacando una silueta texturizada del córtex prefrontal del cerebro que se convierte en la obra principal.
Rolo pretende sumergir al espectador de manera visual y táctil en la incertidumbre humana mediante una superficie texturizada y abstracta a la vez. Con tonos suaves, busca transmitir emociones y ofrecer una luz de esperanza, subrayando que siempre hay caminos por delante, incluso en los momentos más desafiantes.
“Todos pasamos por eso, por esos puntos de quiebre. Las texturas son como territorios, como verlo de arriba hacia abajo, con valles, con piedras… se trata de llegar a la calma (navegar en los colores pasteles) y buscar la salida, pero pasando por montañas, valles…”, explicó.
Al momento de tocar las piezas, Rolo sugiere que el espectador se sienta como una persona diminuta, que está en medio de la obra, y se deje guiar por su dedo para sentir cada detalle de la superficie.
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También confesó que, a causa de un accidente, se atrevió a pintar en formatos pequeños, así como en diversas formas, ya que la mayoría de sus creaciones son de gran tamaño, una experiencia que le trajo gran satisfacción.
Con sus obras, presenta una geografía irregular llena de posibilidades y senderos desconocidos. Este proceso creativo se convierte en un espacio de reflexión y búsqueda de soluciones, desafiando la incertidumbre y ofreciendo la esperanza de tener el control sobre nuestras vidas.
“En mi obra siempre he pintado el tema de la perseverancia, no solo en el ser humano en la historia, sino también de cómo perseveran cosas que el humano hace”, aseguró Rolo.
De igual forma, en su discurso inaugural reflexionó que la vida es un laberinto: “Todos los seres humanos enfrentamos encrucijadas y momentos de duda. Pero, ¿qué hacemos cuando nos encontramos ante esas montañas? Podemos verlas como barreras o como oportunidades para descubrir nuevos caminos”.
“La próxima vez que se sientan perdidos en sus propios laberintos, recuerden: la salida no está en escapar, sino en explorar cada rincón, en buscar la belleza en medio de la incertidumbre y en mantener la esperanza viva”, agregó.