La portada del libro “…Solo quedaban tres”, de Marvin Galeas y Carlos Clará, trae muchos recuerdos al reverendo Juan Bueno, pues le hace volver al pasado, específicamente a una noche friolenta de agosto de 1962, cuando volvía de una prédica al interior del país y que, por cosas de la vida, se topó con un niño que vendía periódicos en uno de los pocos semáforos que existían, para ese entonces, en El Salvador.
“Yo ya tenía suficiente experiencia para saber que, si el niño no vendía sus periódicos, no había ganancias; o sea que en esos tres periódicos estaba la ganancia. Entonces bajé el vidrio del carro y le pregunté cuántos periódicos le quedaban. ‘Tres’, me dijo, y le dije ‘ te los compro’. Y no se imaginan la alegría del niño, brincando se fue de regreso a su casa”, rememoró.
En el resto del trayecto, Bueno reflexionó sobre ese momento, pues a pesar de que le había ayudado al niño a terminar los periódicos, sabía que la historia frustrante de tratar de venderlos se repetiría al siguiente día, y que quizás el infante no correría con la misma suerte de encontrarse con alguien que le comprara los últimos ejemplares.
Ese suceso marcó la vida del pastor Juan Bueno y le mostró la necesidad urgente de ayudar a los infantes en desventaja en el país; por lo tanto, comenzó a planear un proyecto junto a otras personas enfocado en esta problemática.
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Es así como esta inspiradora historia, de un hombre de fe y de milagros, cambió el futuro de miles de niños en El Salvador a través del surgimiento de los Liceos Cristianos “Reverendo Juan Bueno”, los cuales desde el inicio tienen la “misión de formar personas íntegras, competentes y comprometidas con Dios, consigo mismas y con la sociedad; a través de un sistema educativo fundamentado en la palabra de Dios, de calidad, accesible a todos y sostenible”.
El primer Liceo Cristiano “Reverendo Juan Bueno” se fundó el 4 de febrero de 1963, por el pastor Bueno. El colegio inició con 81 alumnos y muchas limitantes.
A 60 años de ese gran paso en la educación salvadoreña, el país ya cuenta con 38 colegios de Liceos Cristianos distribuidos en San Salvador (23), Ahuachapán (3), Santa Ana (3), La Paz (3), Morazán (2), Sonsonate (1), La Libertad (1), San Vicente (1) y San Miguel (1).
No obstante, para Bueno la misión es tener colegios en los 14 departamentos con el objetivo de llevar una educación de calidad a niños y jóvenes.
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Los únicos departamentos que no cuentan con Liceos Cristianos son Cabañas, Cuscatlán, Chalatenango, Usulután y La Unión.
“Yo soy fanático de la educación, porque sé que es a través de la educación que se levantan los pueblos. No es que otras cosas no sean importantes, por supuesto, la fe en Jesús es fundamental. Pero la gente, o sea los pueblos, necesitan saber leer para poder progresar”, destacó el misionero.
Juan y su esposa, Loida de Bueno, reconocen que el camino no fue fácil, pero tampoco imposible. Ambos llegaron al país en 1961, cuando eran jóvenes y apenas tenían meses de haberse casado. Su misión era estar en el país tres años, pero el corazón y la humildad de las personas hizo que esos tres años se convirtieran en décadas, tanto así que a más de 60 años siguen trabajando en pro de la educación en El Salvador.
“Cuando yo pienso que ya son 60 años, pienso que es un sueño, porque en realidad una sola persona no puede hacer todo lo que se ha hecho. Primeramente, Dios tenía que tener algo en todo esto. Segundo, mucha gente llegó a El Salvador para ayudar a estos colegios, muchos hermanos de diferentes iglesias llegaron”, expresó Loida, quien siempre ha trabajado de la mano con su esposo y lo ha apoyado en todos sus proyectos.
Loida es una mujer ejemplar, carismática y llena de mucha sabiduría. Abandonó su país de origen para ayudar a muchas personas en este territorio. “La verdad es que nuestro corazón se quedó aquí en El Salvador”, comentó con nostalgia, y agregó: “Nosotros recibimos de los salvadoreños mucho amor”.
A sus 85 años de edad, el pastor confesó: “No camino tan rápido como antes, pero siempre tengo el propósito de ayudar”. Por lo tanto, destacó que su misión en este país aún no ha terminado, por lo que sigue trabajo por él.
“Se ha hecho lo que se ha hecho por la nobleza de este pueblo y lo digo con toda sinceridad. Hay muchos lugares en donde con toda voluntad no se podría haber hecho lo que se ha hecho, y creo que esos libros que he leído sobre la historia de El Salvador confirman eso”, culminó.
Según el libro “…Solo quedaban tres”, se calcula que más de medio millón de niños han pasado por las aulas de los Liceos Cristianos desde sus surgimiento, y la cifra sigue en aumento.