Hoy en día, el conflicto armado en El Salvador, que inició a finales de los 70 y se prolongó hasta finales de los 80, parece ser un tema “encajonado”. Las nuevas generaciones ofrecen poco o nulo interés sobre el trasfondo que propició la firma de los Acuerdos de Paz en 1992.
En un esfuerzo por enriquecer la memoria histórica nacional, o incluso por drenar el cúmulo de experiencias vividas como miembro activo de la guerra civil en cuestión, emerge “Renata, memorias de una guerrillera”, un libro autobiográfico que aflora las emociones de un lector que va descubriendo una perspectiva más real y humana de esos tiempos convulsos que atravesó el país.
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Su autora, Myrna López Águila, utiliza una narrativa que además visibiliza el rol que la mujer desempeño en ese momento histórico.
Cuando se abre el libro, se lee en la primera página una cita de Svetlana Alixevitch: “La guerra no tiene rostro de mujer”. Esta advierte que no es un libro al uso sobre la guerra. Que los relatos de las mujeres tienen su propia perspectiva, que es la perspectiva de lo humano: seres humanos realizando acciones inhumanas, muy por encima de sus capacidades psíquicas y físicas. La guerra femenina tiene sus propias palabras, su iluminación y su espacio.
Cada capítulo comienza con una cita literaria que nos anuncia cómo el relato va a quitarnos la paz introduciendo pensamientos que nos agitan. Como la cita que encabeza el capítulo 9: “No sabía que en algunos lugares, como en el país del que procedía Rahel, había diferentes clases de desesperación que pugnaban por la primacía. Y que la desesperación personal nunca llegaba a ser suficientemente desesperada” (Arundhati Roy, “El dios de las pequeñas cosas”).
El hilo central es autobiográfico. Es el relato de una mujer que a través de su participación en los hechos históricos más importantes del siglo XX en El Salvador, evoluciona, parafraseando a Marx, de ser “mujer en sí” a ser “mujer para sí”. Es decir que va descubriendo los mecanismos del constructo social de la estructura patriarcal que invisibilizan la desigualdad profunda entre hombres y mujeres; “desigualdad que se hace más patente en una guerra, donde la contribución de las mujeres , arriesgar la vida, es idéntica a la de los hombres, y sin embargo, la verdad se maquilla, se disfraza de ideología, se vuelve a invisibilizar de manera consciente y manipuladora”, de acuerdo con la escritora.
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Myrna enfatiza en que “este es un libro que muestra lo que ocurre con las relaciones entre las personas en momentos de crisis y en la lucha por el poder. Lectura incómoda quizás por lo que dice de las miserias humanas, pero necesaria para quienes aspiran a la construcción de un país libre y democrático, donde los seres humanos tengan iguales derechos independientemente de su género”.
De acuerdo con la autora, el no conocer estos hechos condena a la próxima generación a repetir los mismos errores.
“Renata, memorias de una guerrillera” no romantiza la guerra, porque la guerra no puede ser romantizada, y sin embargo, destaca el amor y la ternura que pueden surgir en medio del dolor, la violencia y el crimen, porque aún en las circunstancias más difíciles, brotan el amor y la ternura tercamente, con la certeza verde que tiene la vida de vencer el dolor y la miseria”, argumentó López.
Para la compatriota residente en España, su libro también “es una mirada crítica, y hasta mordaz de esa generación que fue joven en los 70s, que lo sabía todo, que sabía en detalle cómo iban a cambiar al mundo, de los inmensos errores que comete la arrogancia, convencida de tener la razón. Esa generación dispuesta a ofrendar la vida convencida de estar creando el hombre nuevo y que a través de su terquedad, su valentía, su generosidad, su arrogancia, su amor, su coherencia, su incoherencia, su odio, su intuición, su ceguera, su visión audaz del futuro, su inconciencia y su decisión incondicional fue capaz de llevar a su país hacia una incipiente democracia. Obligando a sus oponentes a sentarse a la mesa de negociaciones convencidos de que eran invencibles. La generación a la cual El Salvador debe el derecho actual de construir una democracia”.
Esta obra autobiográfica, prologada por el economista Alberto Arene, puede ser adquirido en la librería de la UCA y en La Galera, Teatro & Cocina.