Michelle Galeas, quien reside en Estados Unidos, se graduó como doctora en medicina en República Dominicana y luego obtuvo una maestría en microbiología en la Universidad del Sur de Illinois, Carbondale, gracias a una beca Fulbright. Su dedicación la llevó a completar un segundo doctorado en inmunología en la Universidad de Tulane, Nueva Orleans, Luisiana.
Sus conocimientos la han llevado a colaborar en diversas investigaciones junto a otros colegas, de la mencionada universidad, entre estas la lucha contra el covid- 19.
Tras la operación realizada el mes de mayo pasado, estaba previsto que luego de la fase de oxigenación de la piel y una tercera tomografía computarizada para asegurarse que no haya metástasis, se procedería a la reconstrucción de su pecho.
Sin embargo, posteriormente al análisis del tumor, que resultó ser de un tipo poco común, tendrá que ser sometida a otras terapias, por lo cual el tratamiento se prolongará mucho más de lo previsto para evitar una reaparición de esta rara y agresiva neoplasia.
Aunque la doctora Galeas tiene un seguro de vida y cuenta con el apoyo de su familia, este solo cubre el 80% de los costos de las operaciones; los ingresos propios y el apoyo familiar no son suficientes para cubrir los onerosos costos del prolongado tratamiento.
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Hay fases y otros gastos derivados de la enfermedad que no cubren su seguro médico. Fuentes de su familia expresaron que la cifra es en un cálculo inicial es exorbitante.
Michelle Galeas, quien se autoformó academicamente, debido al involucramiento de sus padres en el conflicto armado que sufrió el país en los ochenta, vive en la actualidad, junto a su esposo e hija, en Estados Unidos, desde hace poco más de 10 años. Su trabajo está vinculado a la escuela de medicina de la prestigiosa Universidad de Tulane.
En la actualidad, pasada la fase operatoria y el primer análisis del tumor, sus colegas, le anunciaron que las terapias comenzaran dentro de dos meses, tras asegurarse que no haya metástasis.
El objetivo de las terapias es evitar que el cáncer reaparezca en un corto plazo en cualquiera otra parte de su cuerpo y su vuelta completa a la normalidad.
Aún no se sabe, si deberá ser sometida a un monitoreo frecuente de por vida, o si seguirá el procedimiento normal que siguen la mayoría de las mujeres en este tipo de cáncer.
Uno de sus familiares, quien impulsa en la actualidad una campaña en la plataforma GoFundMe (https://gofund.me/4e24d6ba), expresó que “tras superar de manera rápida, el impacto emocional al conocer que el tratamiento se prolongaría, Michelle, de carácter fuerte y valiente ha recobrado su natural optimismo”.
Tal situación incluso se desprende de su cuenta de X, en donde suele informar de manera sobria y optimista sobre la evolución de su tratamiento, con breves y certeras actualizaciones.
Según el sitio web AARP , una organización sin fines de lucro, con sede en Washington que emite boletines noticiosos y ayuda a personas con cáncer, afirma que “en los últimos dos años los oncólogos, en Estados Unidos, han empezado a tomar en cuenta el efecto negativo que tiene el costo de los medicamentos y los servicios médicos para tratar sobre todo el cáncer de mama, han acuñado el término “Toxicidad financiera”, la cual puede ser tan letal como el cáncer mismo en la salud de un paciente.
Otro estudio, publicado en The Oncologist recientemente, documenta un hecho realmente chocante “en Texas, el sufrimiento emocional que causan las cuentas del hospital es percibido como más intenso que el sufrimiento físico causado por el cáncer”.
Los impulsadores de la campaña expresaron que es momento de apoyar a una compatriota que con sus aportes en la investigación científica ha ayudado a salvar muchas vidas, para que lo siga haciendo por muchos años más, tanto en Estados Unidos como en nuestro país.