Su voz es suave pero juiciosa. Sus ojos brillantes resguardan recuerdos imborrables y su piel es reflejo de la sabiduría de los años vividos. Huellas que hablan de que la vida del maestro Armando Solís, de 82 años, ha sido una verdadera obra de arte, una como las que él ha creado a lo largo de 75 años de trayectoria en las artes visuales.
El creador padece de Parkinson desde hace seis años, pero su mente sigue lúcida. Recuerda cada uno de los momentos vividos en sus 82 años de vida y cómo inició su sueño en las artes plásticas. Él jamás olvidará cuando a su madre le quitaba carbón para pintar en todos los rincones de su casa, tampoco olvidará el rostro de su maestra de escuela que descubrió su talento y lo inscribió en una escuela de arte infantil.
Con una voz entrecortada aseguró nunca imaginarse que ese niño de 8 años, lleno de sueños y metas por cumplir, llegaría a poseer todo lo que hoy tiene. Y no se refiere a dinero, sino a experiencia, a satisfacciones, a momentos agradables, a reconocimientos y a mucha sabiduría adquirida en la pintura, escultura, grabado y dibujo.
También hay que destacar su paso por la literatura y la educación cultural, que lo llevó a convertirlo en un referente de las artes en el país.
Don Solís, como lo llaman sus allegados, afirma que no se arrepiente de nada hasta la actualidad. Todo lo que se ha propuesto, lo ha cumplido. Y eso para él es una gran ganancia, dijo entre sonrisas.
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El Diario de Hoy tuvo la oportunidad de realizar una amena entrevista con el pintor para conocer sobre sus más recientes proyectos y, por supuesto, de su trayectoria artística en esta rama de las artes.
En primera instancia, dejó claro que sigue tan enamorado de los pinceles, lienzos y colores como el primer día que tuvo un acercamiento con ellos.
Y es que, con más de siete décadas recorridas, este creador ha dejado una huella imborrable en la historia de las artes visuales del Pulgarcito de Centroamérica, con obras que han sido expuestas en diversas galerías y espacios culturales nacionales e internacionales.
A pesar de su avanzada edad, Solís no se detiene ni tampoco suelta ese sueño que lo ha llevado a convertirse en un polifacético artista; al contrario, sigue dedicando tiempo, sudor y energía a su arte, desarrollando nuevas técnicas y explotando nuevas formas de expresión. Aunque cabe destacar que aunque acumula un inmenso saber, siempre está dispuesto a aprender de otros.
Mural histórico
Hace dos meses, inició con la creación de uno de los más grandes murales que ha pitando en su vida, según lo que él comentó. Este lo culminó el pasado jueves 27 de abril y está ubicado en el auditorio de Derecho, de la Facultad de Jurisprudencia y Ciencias Sociales de la Universidad de El Salvador (UES).
Es una creación que deja al descubierto su constante evolución y su capacidad para crear y plasmar su visión única en murales que son admirados por su belleza, originalidad y significado.
“En el 86, en tiempo de la guerra, hice un mural con la misma dimensión que este. Solo que ese lo pinté en la Facultad de Odontología, pero un terremoto destruyó el edificio y se perdió. Por eso cuando me propusieron el proyecto de que yo hiciera un mural acá me entusiasmé bastante”, enfatizó Solís.
A raíz de ello, comenzó a hacer bocetos para presentarlos en la UES, ya que se irían a aprobación. Luego él y los artistas visuales Henry Ramírez, Álvaro Pérez, Armando Santamaría, Roberto Hernández y David Ramírez iniciaron con el mural a mediados de febrero, el cual tiene una dimensión de 20 metros de largo y tres de alto.
“Que conste este es el mural más grande que voy a hacer aquí en la UES, pero me faltan otros dos murales que van a ir en la parte de enfrente del escenario. Uno con el rostro del Che Guevara y el otro con la figura de Herbert Anaya Sanabria”, indicó el artista.
Según Henry Ramírez, responsable de monumentos históricos de la UES, “este mural nace de una iniciativa de las autoridades de Derecho, debido a que el auditorio se remodeló, todo lo que estaba acá pertenecía a los años 70 y ahora se toma la iniciativa de remodelar el auditorio. Entonces las autoridades piden que uno de los maestros, que sus obras están dentro del recinto de la facultad de derecho, fuera el responsable de hacer una propuesta. Es así como se elige al maestro Solís”.
En palabras de don Armando, el título del mural es “El origen del Derecho y el Deber” y ha sido creado con la técnica del acrílico. “Las universidades deben comprender que el arte y la cultura tienen que ir paralelas al desarrollo del país por el bien de los jóvenes”, detalló.
El mural cuenta con muchos elementos representativos e históricos tanto para la UES como para el país.
En los costados están pintados los logos de la Facultad de Jurisprudencia y Ciencias Sociales, y de la carrera de Relaciones Internaciones. Mientras que en el centro se encuentran plasmados los rostros de personajes que marcaron un hito en la historia del país como Prudencia Ayala, Farabundo Martí y Anastasio Aquino. Además, está la fachada de la Facultad de Derecho, el logo de la UES y una joven graduada como símbolo de resiliencia y culminación de su carrera.
Asimismo, hay tres figuras femeninas que representan la Música, la Literatura y las Artes Plásticas. En un costado también se puede leer una frase que reza: “Cuando la justicia y el derecho entran en pugna, debe prevalecer la justicia antes que el derecho”.
Por último, también está plasmada la figura del mártir Óscar Arnulfo Romero con una frase que dice: “Romero ¡¡vive!!”. La AGEUS que en su momento fue la Asociación General de Estudiantes Universitarios Salvadoreños, también está presente.
“Considero que me he ganado un puesto muy fuerte, muy histórico dentro de la U porque tengo como 40 años de ayudar y colaborar. En tiempos de la guerra fundé la Pinacoteca Roque Dalton y luego creé una escuela de arte por la zona Rosa, hace 25 años. Y este mural me llena de felicidad porque es algo más que dejo para esta casa de estudio”, destacó el maestro.
Don Solís estará de manteles largos el próximo 27 de mayo y asegura que su más grande regalo es ver cómo las nuevas generaciones de artistas siguen luchando por mantener vivas las artes visuales.
“Desde joven me hice la promesa de que quería ser alguien que inspirara a mi país, a mi familia, a mis amigos. Y Dios quiso que dominara la docencia y ahí es donde tuve una comunicación bien cercana con la gente. El legado más grande que dejo a mi país es quizás esa vasta obra que la van a admirar por muchos años las nuevas generaciones y dejo un semillero de profesionales que pasaron por mis manos como docente. Muchos han pintado no solo aquí, sino en el extranjero y eso es una satisfacción para mí”, indicó.
Sí lamenta que la vida de los creadores de arte sea difícil en el país, ya que hasta el momento no han tenido el reconocimiento que se merecen en la sociedad.
“La vida de un artista plástico en todas partes es complicada. Yo he viajado mucho y me he dado cuenta de eso. Las personas no nos ven como trabajadores, sino que piensan que esto es un hobby, no le dan la seriedad que requiere”, plasmó.
Para su esposa Ana María de Solís, don Armando “abandonó todo para entregarse de lleno al arte” y eso lo ha hecho feliz en cada minuto de su vida. Ella lo ha estado acompañando desde el día uno de la creación del mural que se inaugurará a mediados del mes de mayo en la UES.
“Es una persona callada, muy dadivoso con la gente, tiene mucho para darle a los jóvenes y a la gente adulta. Da muchos consejos a las personas que inician en esta disciplina. Espero que los alumnos aprecien su creación aquí en la UES”, culminó Ana María.