Javier Zamora tenía solo nueve años cuando el 6 de abril de 1999 comenzó “el viaje” que inicialmente duraría dos semanas para encontrarse con su padre y madre que partieron rumbo a Estados Unidos, uno después del otro en 1991 y 1995.
La presentadora Jenna Bush Hager anunció el libro de Javier Zamora “Solito” como su selección del mes de septiembre en su programa de la cadena NBC, "The Today Show".
Por su parte, el periódico The New York Times indicó el 14 de septiembre que el libro que narraba el peligroso viaje de su autor y protagonista ocupó el tercer puesto de su lista de “Bestsellers”.
Esta la primera parte de la entrevista que Javier Zamora concedió a elsalvador.com en su tiempo libre del tour promocional de su libro que ya cuenta con una versión en español desde el 11 de octubre.
El presente y el pasado de Javier Zamora
¿Quién eres tú ahora?
Yo tengo 32 años y gracias a Dios ahora soy escritor. Es el título que llevo. Solo escribo y me la paso dando pláticas sobre libros, mis memorias y de la poesía.
Y ahora vivo en Tucson, Arizona, que queda como a 50 minutos de la frontera. Otro lugar en el que no me esperaba vivir. Acabo de casarme en agosto, el 8 de agosto.
¿Cómo es para ti recordar la forma en la que hablaban las personas que vivían contigo?
Yo no tenía papeles y no podía regresar a El Salvador desde que me fui en el 99 hasta el 2018, que fue la primera vez que regresé, a los 28 años.
"Y creo que no es casualidad que al año siguiente, a los 29 años, es que comienzo a escribir mis memorias, este libro que se llama “Solito”. Y el español, el caliche, que yo entiendo es con el que yo crecí; es el español de mis papás".
Javier Zamora, migrante salvadoreño y autor del primer libro escrito por un salvadoreño en la lista de los "Bestseller" en Estados Unidos
Así que entre el 80 y 90, es el caliche que yo sé. Cuando regresé en el 2018, cuando yo hablaba la gente me decía: Las cosas que decís son algo raras.
El español que yo sé es como una cápsula del tiempo. Y ese es el lenguaje de mi papá y mi mamá.
Después de darme cuenta que yo hablo como en una cápsula del tiempo, se me hizo más fácil recordar y usar esas cosas con las que nosotros hablamos.
"Mi mamá y mi papá me ayudaron a traducir el libro en español porque ellos saben el idioma que se ha congelado en sus mentes porque ellos todavía hablan así".
Javier Zamora, escritor y poeta salvadoreño migrante
Para mí es casi un acto político usar el idioma como hablamos nosotros, pues, bien mal hablado.
¿De tu familia, quiénes están contigo en los Estados Unidos?
Mi papá se fue primero en el 91, después mi mamá en 95, después, yo me vine en el 99.
Mi tía Mali se vino en el 2002, mi tía Lupe se vino en el 2008, así que todos ya están aquí; menos la hija que aparece en el primer capítulo, la hija de mi tía Lupe que se llama Julia.
Ella todavía vive en La Herradura, mi abuelo todavía está allá y mi abuela todavía está allá.
¿Tu libro se está convirtiendo en una especie de bandera para los migrantes, incluso con las migraciones de menores que hubo? Eso también te habrá hecho pensar en tu historia.
Cabal, este es mi segundo libro. El primer libro salió en el 2017 pero lo terminé de escribir en el 2016. Nosotros sabíamos quién iba a ser el presidente, que Trump fue elegido en noviembre de 2016.
Y, después, en el verano de 2017, fue cuando todos los periódicos y noticias abordaron la historia de los niños no acompañados.
Pero en mi primer libro de poemas yo casi no hablo de lo que me sucedió en México, en Guatemala; y solo platico en cuatro o cinco poemas que hablan de cuando nos atrapó “La Migra”, pero no le entré tan fuerte, porque en ese tiempo, no tenía papeles y no tenía una terapeuta.
Eso me ha ayudado bastante: recordarme todo lo que yo viví. Por 20 años, desde que crucé, hasta los 29, a mí no me gustaba pensar en esas nueve semanas en las que me tocó venirme aquí, porque, si me acordaba, tenía que acordarme de todas las personas que estaban ahí conmigo.
Como todo bicho salvadoreño, en vez de creer en la terapia, a mí me gustaba acordarme solo cuando estaba borracho, cuando estaba bolo. Esa era mi forma de medicarme.
Creo que tenían que salirme los papeles para sentirme más libre y más capaz de recordar. Y también tenía que estar con esta terapeuta, especialista en niños inmigrantes.
Ella no ha sido mi primera terapeuta, sino que ella ha sido la que sí me ha funcionado y llevo tres años y medio con ella y, también, con mi esposa que practica una especie de acupuntura espiritual que está bien Hippy, pero me ha funcionado.
"Cosas que tenían que pasar para sentirme con poder, fuerza y apoyo para regresar sobre mis pasos desde que me fui, un 6 de abril de 1999, cuando comienza el libro, y termina un 11 de junio de 1999, cuando finalmente veo a mi papá otra vez".
Javier Zamora, escritor salvadoreño autor de "Solito"
Promocionar el libro, enfrentar el trauma y agradecer
¿Tenías miedo del trabajo de promocionar tu libro?
Sí, pero la terapia funciona; porque cuando salió mi primer libro yo no tenía profesionales que me apoyaran. Así que en mi primer libro, 2017, 2018 y 2019, cuando salí a promoverlo y dar lectura y hablar sobre los poemas.
Y después platicaba o me iba a un motel o regresaba a la casa y estaba solo. Así que todo ese trauma se venía otra vez y fue muy duro para mí.
Pero hoy tengo el apoyo de mi esposa, de amigos, de mi terapeuta; así que este tour, como dicen, ha sido bien fácil. Y ha sido bonito, cosas que no sentí así con los poemas. Con los poemas era rara la ocasión cuando sí me venía a ver un salvadoreño.
Muchos de los que leyeron mi libro de poemas eran gringos y no entendían, cómo es que yo era el migrante explicando a los gringos cosas que no sabían.
"Es como que mi obra, finalmente, está llegando a las manos que yo esperaba que lo leyeran. He sido bien suertudo que me haya pasado eso y no pasó con el primer libro".
Javier Zamora, escritor y poeta salvadoreño
¿Qué ha sido de tus amigos que te acompañaron en el viaje?
Éramos ocho. Y dos de nosotros éramos de La Herradura, un hombre que se llamaba Marcelo que tenía como 28 años, y yo.
Y habían tres de Soyapango, que eran Patricia, una mamá como de 29 años con su hija de 12 años, que se llamaba Karla; y un bicho de 19 que se llamaba Chino; Noél, pero le decíamos Chino, y otro de chalate, que era chele como los de Chalatenango, no me acuerdo de su propio nombre, pero le puse Chele; otra señora que se llamaba Marta y nuestro coyote, Don Dago.
Él (Don Dago) se enamora de ella (Marta) y nos dejan a los seis. Supuestamente iba a estar con nosotros y nos deja cuando llegamos a Tecún Umán; ahí supuestamente solo íbamos a estar como un día o dos días y nos tardamos dos semanas.
Así que quedamos los cuatro, que somos el Chino, la mamá, la hija y yo. Y esos cuatro intentamos cruzar la frontera otra vez y nos agarran y casi nos morimos porque se nos acaba el agua en el desierto y después nos deportan.
Ahí, porque nosotros decíamos que éramos mexicanos así que solo nos deportan ahí a la frontera.
Después, finalmente hasta la tercera, la hacemos. Y durante todo esto, mis papás no sabían a dónde yo andaba. Y después que yo llego a la casa de mis papás, Chino, Patricia, Karla y yo nos comunicamos como por cuatro semanas.
Y después de las cuatro semanas se cambian el número y desde entonces, no sé en dónde están.
Ellos se venían a Washington D.C. y yo al otro lado desde Estados Unidos en San Francisco. Así que a ver, ojalá que se den cuenta que este libro existe. Porque este libro es como mi gracias a ellos porque no sé si todavía están vivos.
"Si todavía están vivos, espero que, no que lo lean, sino que solo sepan que este libro existe; y que este bicho al que ellos ayudaron y sin su ayuda no estaría aquí, que sientan que estoy agradecido".
Javier Zamora, escritor y poeta salvadoreño