Durante la tarde del miércoles 20 de noviembre, las personas que transitaban por la 9a avenida sur, entre las calles Rubén Darío y Arce del Centro Histórico de San Salvador, se sorprendieron al ver que en una de las aceras se hallaba plasmada una impresionante estampa de Jesucristo.
Movida por la curiosidad, la gente se acercaban a ese punto de esa concurrida arteria capitalina para ver si aquella imagen en blanco y negro era una litografía o una pintura. Pero, tremenda sorpresa se llevaban al ver que la obra estaba hecha con yeso y carbón.
Junto a esa representación artística del rostro de Jesús se encontraba el joven italiano Giovanni Coccia, su artífice.
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“Giova la Crema”, como se hace llamar, es un exponente del arte madonnari, práctica pictórica realizada con carbones y tizas sobre el pavimento.
“Me gusta mucho pintar por la gente, además porque no se ve por acá este arte. Se asemeja un poco al arte de las alfombras, pero este se hace con giz y carbón”, expresó Giova.
Un artista mochilero
Fue en enero de 2022 que Giova partió de su natal Italia para recorrer el mundo y compartir su “arte pasajero”.
A sus 29 años, este artista “mochilero” ha tenido la oportunidad de recorrer varios países latinoamericanos, entre ellos Perú, Ecuador, Colombia, Brasil y México, donde compartió su maravilloso talento.
Tras permanecer varios días en Costa Rica y Nicaragua llegó en días recientes al territorio cuscatleco, donde ha comenzado a exponer su efímero arte. Y es que sus piezas plasmadas en aceras y calles solo duran unas cuantas horas, ya que son la lluvia, el viento y el paso de los transeúntes los que las desvanecen.
Utilizando yeso de colores y trozos de carbón este madonnari, término como también se les conoce a este tipo de artista, no solo replica imágenes religiosas, sino también estampas relacionadas con las tradiciones, la naturaleza y elementos que identifican a cada país.
Con yeso y carbón de cocina
Como si estuviera en un trance, Giova comienza a hacer una especie de marco, luego va trazando con mucho cuidado cada línea y cada curva hasta llegar a completar el bosquejo. Con mucha paciencia pinta cada espacio con la tiza y el carbón hasta que da por finalizada su obra. Este proceso creativo puede durar varias horas, todo depende de la complejidad de la ilustración.
Tras finalizar su obra arte se coloca junto a ella, esperando que la gente la admire y le colabore económicamente con lo que sea su voluntad.
Por ser un arte bastante peculiar, ya que no se suele ver a menudo, la gente se detiene para contemplar la creación, tomar algunas fotografías y dar un poco de dinero. Es con esas donaciones voluntarias que él se sostiene.
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Giova no sabe cuánto tiempo pasará en el país más pequeño de Centroamérica; todo dependerá de la reacción que muestren los salvadoreños ante sus obras.
Entre sus planes están visitar otras ciudades del territorio cuscatleco, entre ellas Santa Ana y Sonsonate. Asimismo, revela que durante su estadía en El Salvador le gustaría pintar, como muestra de agradecimiento, “algo muy representativo del país”, tal y como lo hace cada vez que llega a una nación. Por el momento no sabe qué imagen pintar referente a la cultura del “Pulgarcito de América”.
Un gran inconveniente
El artista Italiano manifiesta haberse topado con un inconveniente en San Salvador. Y es que no se le ha permitido dibujar en calles y plazas muy concurridas del Centro Histórico; hasta el momento solo lo ha hecho en arterias secundarias.
“Me gustaría, la verdad, pintar en la peatonal (calle Rubén Darío), sería muy lindo para compartir, pero no me han dejado hacerlo porque no tengo autorización. Pero, bueno, estoy pintando en otra parte, por la gente”, expresó.
El deseo de hacer este tipo de arte callejero le surgió al llegar a América hace tres años. Y es que en su país solo hacía murales.
“Siempre me ha gustado el arte callejero, pero nada más hacía murales. Al comenzar a viajar en modo mochilero, vi a otros chicos que pintaban en la calle y me recordó el arte que yo veía en mi ciudad Milán y decidí pintar yo también con la tiza”, comentó Giova con su marcado acento italiano. “Al comienzo no fue fácil, pero poco a poco fui aprendiendo, a veces de otros colegas que encontraba en la calle”, agregó.
Giova agradece con amabilidad cada colaboración que recibe de los transeúntes, pues sabe que con ese aporte el tiene la oportunidad de crear al siguiente día otra de sus fascinantes figuras.
Por el momento solo ha podido pintar dos imágenes, y es que la lluvia y, en una ocasión, los agentes metropolitanos de San Salvador Centro no se lo permitieron.
“Da lástima, porque estaba comenzando a pintar y las autoridades no me permitieron continuar. Yo siento que este arte debe ser difundido. Me gustaría hacerlo en una calle principal; sería lindo pintar una virgen salvadoreña o algo característico del país. Me gustaría dejar un bonito recuerdo a los ciudadanos. A la gente le encanta lo que estoy haciendo”, comentó.
El valor de lo efímero
Giova dice no sentirse tan triste al ver que sus obras se borran fácilmente
“Esto es parte de este tipo de arte. Lo efímero es parte de su esencia, le da valor. En un momento se disfruta lo que mañana ya no estará. Es como un baile, como un juego o una sonrisa: no son para siempre pero se valora el momento. Así es la vida”, expresa el madonnari viajero.
El hecho de pintar con yeso y carbón de cocina tiene un significado y propósito; según Giova, es demostrar que el talento se puede desarrollar con material tan sencillo como esos.
Por el momento, el pintor italiano no sabe cuánto tiempo permanecerá en el país; según él dependerá de la respuesta e interés que tengan los salvadoreños ante sus creaciones.
“Si tengo buena respuesta y si me dejan pintar en un lugar con mucha gente entonces me quedaré más tiempo antes de viajar a Guatemala”, manifestó.
Si usted no puede contemplar el arte callejero “en vivo” de Giovanni puede hacerlo a través de sus cuentas de Instagram y TikTok @giova_la.crema.
¿Qué es el arte Madonnari?
El arte Madonnari, también conocido como arte de las “madonnaris”, es una forma de expresión artística tradicional que tiene sus raíces en el Renacimiento italiano. Consiste en la creación de pinturas efímeras realizadas con tizas o yeso pastel en pavimentos o calles de concreto, generalmente en plazas y calles públicas.
Su nombre proviene de la devoción a las Vírgenes (Madonnas) que solían ser el tema principal de estas obras en sus inicios, aunque hoy en día los artistas incluyen una amplia variedad de temas, desde escenas religiosas hasta retratos y paisajes.
Esta práctica nació como una forma de agradecimiento o devoción religiosa, donde los artistas, conocidos como madonnaris, representaban imágenes sagradas frente a iglesias y catedrales. Con el tiempo, se transformó en un espectáculo artístico que atrae tanto a los devotos como a los amantes del arte.
Hoy en día, festivales como el Festa dei Madonnari en Italia y eventos similares en otros países celebran esta forma de arte, permitiendo a los artistas mostrar su creatividad en espacios públicos. Aunque efímero por naturaleza, el arte Madonnari destaca por su detalle, belleza y la conexión íntima entre el artista y el entorno urbano.
El joven de 29 años, originario de Milán, Italia; es un exponente del arte madonnari. Video: Osmín Monge