El escritor Horacio Castellanos Moya hace cuatro años que no regresa a El Salvador. Primero se lo impidió la pandemia y luego la declaración en 2022 del estado de excepción porque, "sin garantías constitucionales, no es una buena idea visitar el país".
Una nación gobernada por el popular Nayib Bukele donde "los niveles de violencia solo se reciclan", con acusaciones ahora de abusos de las fuerzas de seguridad.
"El problema de El Salvador es que la violencia no termina, se ha resuelto el problema de la seguridad pública en función de las maras, pero El Salvador pasó de la violencia del Ejército, a una violencia de la guerra civil de dos ejércitos enfrentados, de esa violencia pasó a la violencia de las maras y ahora de la violencia de las maras vuelve la rueda de la bicicleta, a la violencia de los cuerpos estatales de represión, cuerpos de seguridad, entonces los niveles de violencia solo se reciclan", afirmó el escritor durante una entrevista en Ciudad de Panamá.
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Castellanos Moya, autor de novelas como "Insensatez" o "El arma en el hombre", en las que está "pateando siempre la puerta a la historia" de El Salvador, donde se crió, aunque nació en Honduras en 1957, se encuentra en Panamá como uno de los principales ponentes de Centroamérica Cuenta, el mayor festival literario de la región.
El exilio
Para el escritor han sido varios los motivos durante su vida que le obligaron a abandonar El Salvador, desde la guerra civil que enfrentó a la guerrilla y al Ejército, que le empujó a exiliarse entre 1981 y 1991, a la publicación hace casi 30 años de "El asco, Thomas Bernhard en San Salvador", un libro que desencadenó numerosas amenazas al suponer "la gota que derramó el vaso" de una tensión que venía de lejos.
Ese texto "surgió a partir de una intoxicación de lecturas de Thomas Bernhard", el autor austríaco de "El malogrado", que posee un tono "muy pegajoso", por lo que decidió realizar este "ejercicio de imitación" para liberarse "de esa voz" que le "estaba sonando en la cabeza".
Manteniendo ese tono cínico y pesimista de un desencantado con la vida, el protagonista, un salvadoreño exiliado en Canadá que regresa a su país tras la muerte de su madre, le narra a un tal Moya todo lo que odia de El Salvador: desde el Ejército, la guerrilla, la Iglesia o los políticos, hasta la cerveza Pílsener o las pupusas, el plato nacional.
Así que esa crítica mordaz supuso el "acabose" de una situación que le había mantenido ya enfrentado a la élite del país como director del primer periódico de posguerra, Primera Plana, en el que "investigaba la situación en la transición", granjeándose "enemistades tanto en la derecha como en la izquierda".
Este exilio, autoimpuesto o forzado, le ha llevado a vivir en varios países hasta instalarse en Estados Unidos, donde imparte clases en la Universidad de Iowa. En 2020, cuando quiso visitar El Salvador, le sorprendió la cancelación de su vuelo por el estallido de la pandemia de la covid-19.
"Y después de la pandemia vino el estado de emergencia, y ya con un estado de emergencia sin garantías constitucionales, pues no es una buena idea visitar el país", reconoció.
Ese régimen de excepción fue aprobado en marzo de 2022 por la Asamblea Legislativa como una medida momentánea tras el asesinato de más de 80 personas en un fin de semana, pero se ha ido renovando de manera periódica.
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La medida ha granjeado una gran popularidad al presidente Nayib Bukele, al haber reducido a mínimos la violencia de las maras o pandillas en El Salvador, pero es señalada por la violación de derechos humanos.
Nayib Bukele, personaje literario
Preguntado si convertiría a Bukele en otro de sus personajes literarios, o en el contexto que envolvería alguna de sus tramas, Castellanos Moya dijo que no, porque "la literatura tiene otros tiempos", habiéndose "acercado" en su última novela, con "El hombre amansado", hasta 2011.
"Entonces no creo que escriba sobre eso, no me va a dar la vida para eso. Si me diera lo escribiría, pero además no tengo experiencias de primera mano porque (...) no voy desde hace cuatro años" a El Salvador, explicó.
Castellanos Moya reconoce que no tiene una opinión clara sobre Bukele, solo lo que oye de la gente. "Es muy exitoso, ¿no?", un mandatario que se ha convertido en una referencia para la población y las élites políticas, "toda la derecha dura y latinoamericana habla del modelo Bukele", pero no cree "que a nadie más le funcione".
Y luego están las denuncias de violaciones de derechos humanos.
"Mira, El Salvador es un país que en el siglo XX tuvo una dictadura de más de 13 años, es decir que hay una repetición también... es una cosa muy interesante esa de que pareciera que los países no aprenden, quizá la falta de memoria histórica", dice Castellanos Moya en relación a ese "círculo vicioso".
Según explica el escritor, la dictadura del general Maximiliano Hernández Martínez "surge de la gran masacre de campesinos comunistas" en 1932, cuando "las poblaciones urbanas temían a estas hordas campesinas, entonces se dice que el Ejército mató a 30.000 campesinos de aquella época, indígenas casi todos".
"Y a partir de ese hecho violento y de exterminación, se consolida una dictadura del general Martínez, de 13 años, que se reelige en dos ocasiones", una reelección que en El Salvador, prohibida por la Constitución, solo había obtenido este general y ahora Bukele, con su victoria electoral el pasado febrero.
Así que "ahora se da el mismo modelo, es decir, este presidente derrota a las maras a partir de un hecho contundente de triunfo, se reelige y seguramente se reelegirá una vez más, porque tiene además la simpatía de la gente, si no de toda, de los suficientes votantes como para hacer lo que quiere", concluyó.