Alberto de Jesús Ruperto Bayo Giraud nació la madrugada del 27 de marzo de 1892 en la otrora ciudad de Santa María del Puerto del Príncipe, hoy conocida como Camagüey, Cuba.
Siendo un niño, a los seis años para ser más exactos, Alberto fue llevado por sus padres a España. Nadie imaginaría que con el pasar de los años se transformaría en un estratega militar, experimentado aviador, estudioso de las matemáticas, poeta, escritor y hasta en instructor en tácticas de guerrilla de los expedicionarios del yate Granma que en noviembre de 1956 zarpó de México hacia Cuba con fines revolucionarios.
Bayo se educó en Estados Unidos y a su regreso a la península ibérica, ingresó en la Asociación Militar Española. Con apenas 23 años se graduó como piloto y en 1924 integró la Legión de ese país que luchó en Marruecos, donde aprendió de los guerrilleros marroquíes cómo romper cercos.
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Tras una vida llena aventuras heroicas, de luchas y triunfos y de experiencias militares avasallantes, muchas de ellas en España, Marruecos, México, y en su isla natal, falleció el 4 de agosto de 1967 con el grado de general de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba, pero con las insignias de Aviación de la Segunda República Española.
Entre sus descendientes se encuentra su nieto, el salvadoreño Alberto Bayo, conocido simplemente por su hipocorístico: Beto.
Entrevistado por el escritor Marvin Galeas, Beto Bayo revela ciertos aspectos de su reconocido abuelo, quien como militar y hombre ejemplar fue protagonista de increíbles anécdotas.
“Mi abuelo era hijo del gobernador de España en Cuba, en eso los gringos agarraron Cuba y él se tuvo que ir cipote, jovencito, con sus padre. Se fueron de regreso a España. Estudió para piloto aviador y para militar, en Toledo”, comenta Bayo hinchado de orgullo al iniciar la amena tertulia con Galeas.
Beto, quien en los años ochenta fue uno de los creadores de la Zona Rosa en Salvador, rememora algunos sucesos importantes de su abuelo, entre ellos la creación del primer aeródromo civil en España, y su participación en la guerra colonial de ese país ibérico en Marruecos, donde ejerció como aviador.
“Luego se fue a Marruecos porque los moros querían independizarse de España. Le dijeron: ‘andá allá, pero de un solo llevate a tu esposa’, o sea mi abuelita, ‘porque no vas a estar poco tiempo’. Tanto así, que estuvo 13 años en Marruecos peleando”, expresa Bayo con el entusiasmo que lo caracteriza. “Y mi padre nació en Tetuán, Marruecos, pero, como mi abuelo era español, mi papá lo era también. Después de eso se fue a pelar contra Franco (en España)”, agrega.
Luchó contra Franco
La pelea a la que hace referencia Beto es la Guerra Civil de España de 1932, en la que Francisco Franco se reveló contra la República. Fue en el marco de este conflicto que Alberto Bayo toma partido.
“A él le dieron Aviación, Infantería y Buques para ir a sacar a Franco que estaba en Palma de Mallorca. Llegó a Ibiza sin ninguna baja y rescató a Ibiza. Se fue a Formentera, igual, sin ninguna baja”, comenta Beto en la entrevista con Galeas. “Cuando desembarcó en Palma de Mallorca le dijeron: ‘véngase de regreso, ya que ahí no queremos que ahí haya bajas. Y es que Franco ha hecho tratos con Hitler y Mussolini y ahí no queremos tener alguna baja’”, añade.
Beto manifiesta que al regresar su abuelo a la península y ganar Franco la guerra civil, este lo terminó sacando de España.
“Ganó Franco y al primero que le dijo ‘te me vas de aquí con tu familia’ fue a mi abuelo. La cosa es de que lo echó”, sostiene Beto.
Tras su destierro, el general Bayo, su esposa Carmen Cosgaya Torija y sus dos hijos (Armando y Alberto) cruza el océano Atlántico hasta llegar a México, donde radicaron por varios años.
“Después de que mi abuelo había tenido hasta aeropuerto civil en Madrid, de repente llegó a México a andar vendiendo enciclopedias de casa en casa. Se vino para abajo, sin cinco. Llegó con su esposa y mi tío, que era mayor que mi papá”, comenta Bayo.
Su vínculo con El Salvador
Por azares del destino, Alberto, el hijo menor del general Bayo, contrajo nupcias con Carmen Salaverría, originaria de El Salvador. Fruto de esa relación nacieron dos hijos, entre ellos Beto.
“Mi mamá, que era de Juayúa (El Salvador) por el lado Salaverría, fue a visitar a su hermano (Enrique) que estudiaba arquitectura en México, y ahí conoció a mi papá”, recuerda Beto. “Se casaron y yo nací en El Salvador, tanto así que vivíamos ahí cerquita donde antes era el cine Caribe, en una esquina”, agrega.
Beto comenta que luego su familia radicó en el área de San Salvador donde hoy se encuentra la Zona Rosa. Asimismo, recuerda que fue su famoso abuelo quien le enseño a jugar ajedrez.
“Al rato vivíamos en México y vivíamos aquí (en El Salvador)”, manifiesta Beto.
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En la conversación a Galeas le surge una duda: ¿cómo es que la familia de Beto ahora tiene propiedades en Juayúa, Sonsonate? El entrevistado responde que estas fueron heredadas por su bisabuelo materno, el general Francisco Salaverría, quien fue uno de los más adinerados de esa zona.
“Mi bisabuelo fue nombrado Conde de Juayúa y Duque de Salcoatitán. Él llevó el café y les dio de comer a toda esa gente que no tenía nada qué hacer”, refiere Beto.
En la tercera y última entrega compartiremos los relatos de Beto respecto a la relación que tuvo su abuelo, el general Bayo, con uno de los personajes históricos más controversiales de la humanidad: el dictador cubano Fidel Castro.