Su sonado triunfo como arquitecto en un país de ultramar como El Salvador -al que nunca viajaría, pero cuya obra en construcción vería por medio de fotografías-, le permitió al arquitecto parisino Daniel Beylard Gaubert ser considerado para emprender grandes obras dentro del territorio francés, en especial como impulsor del sistema Hennebique o de cemento armado.
El 21 de junio de 1911, la comuna de Melum decidió aceptar su propuesta para reformar y actualizar el cuartel de caballería Saint-Ambroise, una inmensa estructura construida a mediados del siglo XIX, aunque con orígenes claramente insertos dentro del primer imperio napoleónico. La parte inicial de esos trabajos fue inaugurada el 14 de enero de 1912. Tras seis décadas de uso, ese edificio fue demolido en 1974. En la actualidad, su predio está ocupado por una escuela, construida entre 1989 y 1992.
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Mientras desarrollaba esa obra y su proyecto ganador surgía desde sus cimientos en la capital salvadoreña, el arquitecto Beylard Gaubert también sentó otras fundaciones en su vida. Gracias a la fuerte suma ganada en San Salvador, el 6 de noviembre de 1911, en Périgueux (Nouvelle Aquitanie) contrajo matrimonio con Marie-Berthe Chastenet Chateignon. Nacida en esa localidad el 24 de noviembre de 1892, en el hogar de Leonard Chastenet y Marie-Rose Chateignon, ella fallecería en la capital francesa el 15 de febrero de 1963, ocho años después de la muerte de Beylard Gaudet, trascendido el 30 de agosto de 1955. Con ella procreó a sus hijas Simonne Marie Charlotte (12.agosto.1912-08.enero.2000, casada con el arquitecto Pierre Bouqueret, Annie (nacida en 1919, el 22 de abril de 1941 se casó con el arquitecto y aviador Louis Even) y ¿Jeanne?, fallecida en 1925.
Para entonces, desde noviembre de 1911, las obras constructivas del Teatro Nacional de San Salvador se desarrollaban a un ritmo aceptable, a cargo de la firma constructora del italiano Alberto Ferracuti, bajo la supervisión del ingeniero, general y escritor salvadoreño José María Peralta Lagos. Pronto se darían cuenta de que había que desarrollar algunas modificaciones a los planos premiados, las cuales casi es seguro que fueron hechas sin contar con la opinión directa del arquitecto Beylard Gaubert.
Entre 1911 y 1912, su trabajo constructor se desplegó en tres edificaciones. El Hôtel Moderne y un piso particular en Tarbes, en los Altos Pirineos, así como una planta baja en París XIII. En 1912, ganó otro concurso arquitectónico. En 1912, obtuvo el segundo premio por el diseño del Asile d'aliénés (manicomio) de La Bretonnière, en Seine-et-Marne. Por diversas circunstancias, el trabajo ganador no fue realizado, por lo que se optó por desarrollar el proyecto presentado por el arquitecto parisino. También participó en la construcción de otra edificación en Annecy, en colaboración con su colega Fleury Raillon (1862-1947).
En 1913 se agenció el primer lugar en el concurso para el diseño de planos del Hôpital Dufresne-Sommeiller, en Bonnatrait, Alta Saboya. En ese mismo año, intervino en los inicios del Monumento a los caídos erigido en Tarbes y concluido en 1919.
Sus afanes y trabajos fueron frenados por el estallido de la Primera Guerra Mundial. Fue llamado al servicio activo mediante la movilización general del 1 de agosto de 1914. Reclutado bajo el número registral 3420, fue incorporado al 26º Regimiento de Infantería, donde alcanzó el grado de sargento el 10 de julio de 1915. Permaneció en filas hasta el 20 de enero de 1919, cuando fue galardonado con la Cruz de Guerra por sus servicios prestados y pasó a ser reserva del Estado Mayor General. Fue desmovilizado de forma permanente a partir del 1 de octubre de 1921. No consta que haya participado en ningún tipo de combate en ninguno de los teatros europeos de operaciones de la Grand Guerre, pero sí vivió durante algún tiempo en Londres y Mónaco. Aunque efectuó labores administrativas, también es posible que haya servido como asesor constructivo para diversas unidades militares francesas.
Luego del final de ese enorme conflicto bélico, se le puede encontrar en París, en su despacho del número 43 de la calle de San Plácido. Fue desde allí desde donde emprendió las obras de construcción de iglesias, escuelas y otras instalaciones para la Cooperativa de Beaurieux, afectada por las operaciones militares. En 1921, asumió el diseño y edificación del Monumento a los caídos en Luisant (Eure-et-Loir) y la transformación del Hôtel Galilée, en el número 41-43 de la calle Galilée, en París XVI, en la Île-de-France.
En 1919, la otrora espléndida localidad francesa de Vassogne lucía destruida casi en su totalidad, como resultado de las acciones de guerra que se desarrollaron dentro de ella y en sus alrededores. En 1927, al arquitecto Beylard Gaubert se le encomendó la reconstrucción de esas edificaciones y residencias, con dinero enviado en buena parte desde la colonia en el territorio africano de Túnez. La totalidad del trabajo fue hecha de acuerdo con un estilo arquitectónico regionalista, con mucha piedra cortada, ladrillos ocres, techos, balcones, ventanales y chimeneas para casas, escuelas y demás edificaciones públicas.
En 1927, se agenció el primer premio en el concurso para el diseño y construcción del Hôpital d'Amiens (Somme), cuyas obras dieron inicio al año siguiente. A la vez, en 1927 también trabajó en la edificación de la mansión del Dr. Gimbellot (Fontenay-aux-Roses, Hauts-de-Seine), diversas villas vacacionales en la Charente marítima (en especial, en Royan, Vaucresson y Garches) y la primera etapa del taller Gaudin en la calle de la Grande-Chaumière, Paris 6e (Île-de-France).
En octubre de 1929, el concejo local de Vassogne tomó la decisión de encomendarle a Beylard Gaubert el diseño y construcción de un monumento a sus soldados caídos durante la Primera Guerra Mundial. El proyecto demoró más de un año en iniciarse, debido a la falta de fondos municipales. En septiembre de 1930 se comenzó con el trabajo, consistente en una gran placa de mármol gris, a manera de frontón triangular, con la cruz de guerra grabada en altorrelieve. El conjunto aún luce rodeado por una verja de hierro. Desde entonces, esa estructura rinde homenaje a esos militares fallecidos, desde su predio situado a pocos metros de la calle de la Fuente.
Esas obras hechas en Vassogne marcaron una segunda gran etapa en su vida como diseñador y constructor. Gracias a ello, sus opiniones marcaron una poderosa influencia en la reconstrucción completa de la localidad de Chemin des Dames (Aisne), desarrollada por etapas entre 1919 y 1939.
En 1930, procedió a la transformación del Hôtel du Helder, en París IX (Île-de-France). Dos años más tarde, diseñó y construyó el lazareto de tuberculosos y una torre para suministrar agua potable, ambas en Lanmary (Antonne-et-Trigonant, Dordoña). En 1933, continuó con ese tipo de edificaciones sanitarias con la construcción de las residencias para médicos y la remodelación de diversas instancias del asilo de Vauclaire, en Montpon-Ménestérol (Dordoña).
En 1934 le fueron encomendadas los planos y construcciones de los alojamientos para los guardias republicanos en los cuarteles de Périgueux y Bergerac, ambas localidades de la Dordoña.
En 1936 obtuvo el primer lugar en el concurso abierto para trazar el proyecto constructivo del nuevo centro hospitalario de Périgueux, diseñado en un terreno de 32 hectáreas como un complejo de edificios con cinco plantas, diseñados a partir de una bola central, desde la que se despliegan dos alas de salones, pasillos, oficinas, laboratorios, capilla, maternidad y demás instalaciones necesarias dentro de ese nosocomio civil y militar. Interrumpidos los trabajos de edificación debido a la Segunda Guerra Mundial, ese hospital general dedicado al médico Dr. René Dujarric de la Rivière (1885-1969) fue reiniciado a partir de 1949 e inaugurado en 1954. En la actualidad, forma parte del patrimonio cultural edificado protegido por el Ministerio de Cultura de Francia.
Dos de sus últimos trabajos profesionales fueron el Centro La Roche-Beaulieu (1943), perteneciente al Instituto Pasteur. Situado en Annesse-et-Beaulieu, fue destinado a funcionar como instalación médica experimental para vacunas y otros fluidos inyectables. Dos años más tarde, construyó el centro de aprendizaje de Chardeuil (Coulaures, Dordoña).
Desde sus años juveniles hasta su etapa de retiro y vejez, el arquitecto Beylard Gaubert gustó ejercitarse en el dibujo y la pintura, dos elementos artísticos necesarios en su desarrollo profesional como arquitecto. En 1907 participó con una de sus obras plásticas en el Salón de Artistas Franceses de París y fue autor de diversas acuarelas de viaje, en las que registró su paso vacacional o de trabajo por diversas localidades francesas entre 1908 y 1954.
Entre sus membresías a diversas organizaciones profesionales, entre 1906 y 1955 fue integrante de la S. A. D. G., fundada en 1877 para aglutinar a los arquitectos graduados por el gobierno francés. También fue miembro perpetuo de la Asociación Taylor desde 1894 y de la Sociedad de Artistas Franceses desde 1909, al igual que oficial de la Academia de Ciencias. Para sus años finales, el arquitecto Beylard Gaubert residía en el número 19 de la calle Lamartine, en Périgueux, desde donde solía caminar para asistir a las sesiones de la Sociedad Histórica y Arqueológica de Périgord, de la que era miembro gracias a la postulación que le hicieran dos de sus amigos arquitectos locales. Falleció en su residencia de París, el 30 de agosto de 1955.
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El Teatro Nacional de San Salvador no fue concluido ni equipado como lo concibió el arquitecto Beylard Gaubert. La Primera Guerra Mundial, los terremotos de 1917 y 1919 y la pandemia de influenza de 1918-1919 impidieron destinar más recursos oficiales para el nuevo coliseo capitalino, que durante las siguientes décadas pasó a ser sala de exhibiciones cinematográficas y parte del Circuito de Teatros Nacionales establecido por la dictadura del brigadier Maximiliano Hernández Martínez. No sería hasta 1978 cuando el edificio monumental sería entregado a la sociedad salvadoreña con su nuevo rostro, remozado y actualizado, con decoraciones y equipos adecuados para desarrollar sus actividades culturales. Entre los años 2001 y 2024, nuevas intervenciones han sido efectuadas en su interior y equipamientos, la mayor parte de las cuales no han contado con asesoría técnica apropiada.
Todavía quedan muchas lagunas por llenar en una más amplia y profunda investigación biográfica dedicada al arquitecto Beylard Gaubert. Sin embargo, este no podía ser más que el momento propicio para traer a la actualidad su nombre, no sólo porque su Teatro Nacional ya cumplió su primer centenario inaugural o porque su creador se enrumba hacia el 70 aniversario de su fallecimiento. Es de justicia escribir acerca de su vida y legado para marcar un capítulo más en esa historia común que une a El Salvador con Francia, una amistad profunda marcada por múltiples relaciones diplomáticas, comerciales, culturales y de sangres.