La primera sala privada de teatro de El Salvador late en el corazón de Metrocentro desde 2003. Y por como soplan los vientos, "El Poma" seguirá latiendo muchos años más.
En honor de ese audaz proyecto que abrió brecha en las artes escénicas del país -cuando era impensable echar a andar una idea así-, se lanzó el libro "Teatro Luis Poma, 20 años en la escena salvadoreña".
El lanzamiento se llevó a cabo en un evento impregnado de complicidad, satisfacción y gratitud, la noche del martes 20 de agosto. Uno, en el que convergieron los diferentes protagonistas de esta fantástica historia.
Sí, detrás del arte efímero por excelencia hay una diversidad de personajes que lo materializan, y en esta publicación se le ha dado voz a cada una de las personas que han sumado al programa artístico-cultural de la Fundación Poma desde su creación.
Pero además, las memorias reunidas en dicho manuscrito develan cada una de las aristas que conforman esta sala de teatro, que ha ofrecido una agenda constante por más de dos décadas, acercando el teatro a los salvadoreños y contribuyendo a la profesionalización de los artistas.
La presentación del libro estuvo a cargo de Ricardo Poma, presidente de la Fundación Poma; Alejandro Poma, vicepresidente de la Fundación Poma; Roberto Salomón, director artístico del teatro; y David Rocha, investigador, crítico teatral y quien escribió la retrospectiva.
Fue Ricardo Poma quien no dudó en apostar por este proyecto, que transformó el antiguo auditorio de CAESS en lo que hoy es uno de los grandes referentes del teatro en El Salvador, y también fue quien decidió apostar por Roberto Salomón para dirigirlo.
Así lo destacó durante el discurso que ofreció en la presentación del libro, agradeciendo además la valiosa labor de todo el equipo del teatro y de la Fundación.
De igual forma, recordó que la educación, la salud y la cultura son los tres pilares que sostienen la Fundación, encaminada a contribuir con el desarrollo económico y el bienestar integral de la sociedad salvadoreña.
Durante el lanzamiento, dos jóvenes promesas de las artes escénicas nacionales prestaron su voz para compartir algunas de las frases de los personajes incluidos en el documento. Para Salomón, fue valioso constatar que hay una nueva generación de talentos que dará continuidad al quehacer teatral en el país.
El libro de 150 páginas está dividido en textos preliminares, nueve capítulos y un apéndice -se decidió agruparlo por áreas no en orden cronológico-. Incluye una selección de fotografías de algunas de las 200 obras que se han presentado a lo largo de esas dos décadas, ante más de 280,000 espectadores, visibilizando la propuesta teatral de 120 agrupaciones.
El Poma también ha abierto el espacio para promover otras disciplinas, como la danza, la ópera o el ‘stand up comedy’ y mantiene un área para exhibiciones de arte visual.
También se aborda la labor realizada para incentivar la producción artística, a través de los galardones Premio Ovación y Bienal de Dramaturgia.
El tiraje del libro es limitado y solo será obsequiado, pero se tiene en mente ofrecer una versión digital en un futuro, que tenga un mayor alcance. Así lo expresó Juanita Zelaya, directora ejecutiva de la Fundación.
Para el escritor del libro, David Rocha, esta ha sido una experiencia única y muy enriquecedora en suelo salvadoreño, país que le dio la bienvenida hace cinco años, cuando decidió migrar al "Pulgarcito de América".
Durante el conversatorio que protagonizó con Alejandro Poma y Roby Salomón, el nicaragüense compartió con el público presente que ya viviendo en suelo salvadoreño, caminando con su pareja por Metrocentro, admiró los ventanales de "El Poma" y pensó en que él podría trabajar en ese teatro.
Poco tiempo después, el director artístico le abrió las puertas para conversar con él y de aquel encuentro fortuito, Rocha salió con trabajo y un par de proyectos. Ahora, además de colaborar con el programa artístico-cultural de la Fundación Poma, también es catedrático en la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA) y escribe para elsalvador.com y EDH.
"Yo me siento feliz de como quedó el libro. Este país me ha regalado cosas hermosas. De verdad, que quedó lindo visualmente", expresó muy emocionado el autor. "... queda ese documento que da constancia del trabajo de la gente del teatro salvadoreño en estos 20 años. Porque ojalá quede de consulta. La verdad, hay información valiosa ahí de los archivos del teatro", subrayó.