El 17 de julio de 2023, la noticia de la muerte del maestro Rubén Martínez Bulnes sacudió la escena artística-cultural de El Salvador.
Tras batallar con varios tipos de cáncer, murió por complicaciones originadas por una infección a los 94 años.
Sus restos descansan en la que fue su obra arquitectónica más reconocida, el templo católico de Nuestra Señora de El Rosario, en el Centro Histórico de San Salvador. Este miércoles se ofrecerá una misa en su memoria, en dicho templo religioso, a las 5:30 pm.
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El también escultor, urbanista, teórico y filósofo salvadoreño heredó a su amada patria un legado impresionante, que adorna iglesias, plazas y residencias.
En el catálogo de su obra, publicado en el marco de la entrega del Premio Nacional de Cultura 2019, artes visuales y técnicas escultóricas, se detalla que Martínez Bulnes dejó al tesoro cultural del país "185 esculturas, 23 obras para monumentos y plazas, 14 sagrarios, estructuras móviles" y varias pinturas.
Pero hay que destacar que en esa valiosísima herencia, la mujer posee un rol estelar.
Para conversar sobre ese protagonismo de la figura femenina en la obra de su padre, la arquitecta Grace Ivón Martínez ahondó en el pensamiento de su talentoso progenitor.
La celosa cuidadora de la obra del escultor recordó que él decía siempre que Dios se significa a sí mismo, "y así comenzaba su teorema". Para Martínez Bulnes, Dios era todo: el principio y el fin, el alfa y el omega, y consideraba que lo más bello de la creación era el hombre, porque fue concebido a imagen y semejanza del Todopoderoso.
Sin embargo, como devoto admirador de la belleza, consideraba a la mujer lo más hermoso que el Creador colocó en el plano terrenal, porque le fue otorgada la capacidad de dar vida. "En su delicadeza, en su debilidad está su fuerza...", subrayó la profesional.
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Ahora bien, su concepto sobre la mujer trascendió la belleza física y en su obra dedicó impresionantes piezas a enaltecerla.
“Se consigue la monumentalidad más por las proporciones que por el tamaño”.
“Todo lo que yo hago está fundamentado en un concepto filosófico, no es sencillamente materia, ahí hay algo por lo que se ha hecho”.
Rubén Martínez Bulnes, en entrevista publicada en el catálogo de su obra publicado en el marco de la entrega del Premio Nacional de Cultura 2019.
"'En el renacimiento, el hombre es el centro del universo', me decía. 'Pero para mí no, para mí es la mujer'", subrayó la también heredera de las técnicas y conocimientos de restauración del galardonado artista.
Para contemplar esa fascinación que la mujer generaba en el maestro Martínez Bulnes, basta recorrer la Casa Museo que lleva su nombre, pero en el marco del primer aniversario luctuoso de su papá, Grace Ivón ahondó en la historia detrás de cinco de sus esculturas dedicadas a ellas, dos monumentales.
LA JUSTICIA
El Monumento a la Constitución data de 1990, fue elaborada en bronce fundido y mide 2.80 metros. En El Salvador, es mejor conocido como "La chulona", pero en realidad es una representación de la Justicia "ideal". El artista la creó como una matrona. "Es una mamá. La hace con pechos grandes. ¿Qué quiere decir eso? Que le da de comer a todo El Salvador...", explica Grace Ivón. "Es una mujer plantada, fuerte, pero tranquila. 'Sin venas, ni músculos que acaloren su cuerpo', decía él. Está regia, tranquila. Lista para dictar sentencia. Con sus ojos cerrados, sin venda, porque ella sabe que debe ser imparcial, porque ella es imparcial. Lista con la espada en el aire, que desde la 'Judith' de Donatello (del grupo escultórico Judith y Holofernes del siglo XV) no había otra (Justicia) con la espada en el aire", añadió la profesional. Para diseñarla, el escultor se inspiró en una modelo muy especial para él, del que cierto político de derecha quiso averiguar la identidad.
MORENA CELARIÉ
Esta escultura representa el Espíritu de la Danza y surge de una petición que pretendía rendir tributo a la gran promotora del ballet folclórico nacional. Pero no se concretó. "Esta es una maqueta, la escultura iba a medir 4 metros de alto...", explica la arquitecta, quien también fue discípula de su papá. Lo que se sabe es que el cuerpo de la famosa bailarina apareció despeñado en un abismo de La Puerta del Diablo, el 22 de abril de 1972. Y justo en ese barranco, el maestro visualizó un pedestal con una iluminación especial, de done surgiera el Espíritu de la Danza, como ascendiendo a los cielos. "La línea inclinada denota dinamismo, ella va de camino", añade la portavoz. Para el maestro, ella no fue destruida, no fue borrada de la historia. Debía trascender como un ejemplo de superación. La pieza elaborada en bronce con una patina color esperanza habita la Casa Museo Rubén Martínez Bulnes.
HIGIA
Ubicada en la plaza Thelma Davidson de López, muy cerca de "La chulona", fue trabajada en bronce y ha sido bautizada como "La chuloncita", porque la gente la perciba más pequeña. En realidad, es el doble de alta que La Justicia, mide 4 metros de altura, pero el pedestal la hace ver más pequeña (que no fue diseñado por Martínez Bulnes). Es el resultado de una solicitud del mecenas del escultor, quien deseaba una pieza que representara a la medicina. La Higia en la mitología griega es la diosa de la Salud, hija de Asclepio, dios de la Medicina. "Es una mujer plantada con un paso al frente, porque la medicina debe ir siempre avanzando. En su cabello tiene una corona de flores y hojas medicinales" y su báculo tiene nudos, por los retos a los que los médicos se enfrentan para sanar a sus pacientes.
AFRODITA
Esta pieza es una de las siete que pertenecen a una colección de obra en hierro forjado titulada "Damas del aire". Representa el nacimiento de Afrodita, diosa del Amor e hija de Zeus en la mitología griega, que surge en medio de una cruenta batalla en el mar, entre la sangre y la espuma. La pieza puede colocarse en dos posiciones: de forma vertical y acostada. "Esta escultura siento que es el máximo experimento que hizo mi papá sobre el equilibrio, porque esta mujer se puede parar sobre sus pies, sin la ola...", explica la arquitecta. Sin embargo, el creador supo entender que un fuerte viento o un sismo podía derribarla, por ello la colocó en un pedestal que emula la cresta de una ola, con formas parecidas a peces o veleros detrás de esta. La diseñó secándose el cabello; es una pieza en movimiento, muy dinámica. El hierro forjado es una técnica muy sacrificada, que casi dejó ciego al maestro, porque no podía ponerse nada sobre los ojos al trabajarlas.
DOÑA SOL
Esta mujer plantada con un abanico en su mano levantada fue bautizada como Doña Sol y fue la última mujer que trabajó el Premio Nacional de Cultura 2019. Fue creada con la técnica de bronce a la cera perdida, en tres piezas. "A él le gustaba que cada escultura tuviese un detalle especial; esta tiene los dedos de un pie fuera de la base. Le encantaba trabajarles el pelo... su moño es uno estilo español", detalla Grace Ivón. Pero, ¿quién es doña Sol? ""A saber que libro leyó, pero el decía que doña Sol era la dueña del lugar". Rubén Martínez Bulnes era un devorador de libros y sus favoritos eran los de aventuras. Su hija recuerda que algunos de los títulos de su predilección fueron "Tarzán de los monos" de Edgar Rice Burroughs y "Los tres mosqueteros" de Alejandro Dumas.