El artista visual salvadoreño Óscar Pérez hizo pública una denuncia contra el Patronato de Restauración Cultural de Suchitoto el pasado 8 de agosto, alegando daños en su instalación "De ciudadelas, urbanismo y distopías flotantes", que estuvo expuesta en el Teatro Alejandro Cotto del 1 de junio hasta finales de julio.
Lo que él ha calificado como "delito cultural" no tiene el mismo significado para dicho patronato, que hizo pública su postura a través de un comunicado el pasado domingo 11 de agosto, frente a la cobertura que la denuncia del creador recibió en diferentes medios locales.
Pérez asegura que su obra de arte fue dañada, supuestamente, en el teatro de Suchitoto, Cuscatlán, al momento de ser retirada sin su autorización de forma incorrecta.
Al llegar al recinto cultural citado el pasado 8 de agosto, el artista visual se encontró con su instalación apilada en una esquina, condición que decidió registrar fotográficamente para difundirla en sus plataformas digitales. Además, afirmó que en un primer momento, los responsables no le dieron una explicación convincente de la decisión de desmontarla antes de que él llegara a retirarla.
Ante tal actitud, Pérez decidió proceder legalmente contra el patronato. "Voy a tomar acciones y lo primero es interponer una denuncia por daños, porque como podés ver las piezas están destruidas. Entonces, me dicen que me van a devolver la obra y me la devuelve destruida. Ellos creen que yo no tengo conciencia de mis derechos como artista. Ese es un delito cultural en el que han incurrido", enfatizó el artista en su oportunidad.
La instalación original consta de 81 piezas, pero en el teatro Cotto solo se expusieron 75 -de dimensiones y precios variables-, las cuales presentan daños. En poder del creador, se salvaron las 6 restantes.
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En el comunicado que el patronato hizo público en sus redes sociales, asegura que "en reiteradas ocasiones" se le hizo saber a Pérez que necesitaban que se apersonara al teatro a retirar su obra de arte, pues el área de la pinacoteca donde era exhibida iba a ser utilizada para otro evento a cargo de terceros ajenos a dicha organización. "... pero nuestros avisos fueron ignorados", se detalla en el documento.
También se indica que las peticiones al artista iniciaron 15 días antes de desmontar la obra.
Asimismo, subrayan que no existe un documento que respalde la exposición de la obra de Pérez en las instalaciones del teatro y que si aceptaron exhibirla en dicho recinto fue porque el creador tomó la iniciativa.
"Es importante señalar que al señor Pérez NO se le exigió el pago acordado por el uso del espacio ni por otros gastos relacionados al traslado e instalación de la exposición", explica el patronato en el documento.
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A continuación, se asegura que la obra no tiene daños. "Todas las piezas al ser ensamblables, fueron desmontadas, resguardadas y están en perfecto estado".
Vale aclarar que Pérez es conocido por su trabajo escultórico bajo la técnica de encapsulamiento de objetos en resina, y que con esta instalación había logrado acaparar la atención de los amantes de las artes plásticas, la cual fue exhibida de forma completa en el Museo de Arte de El Salvador (Marte) de febrero a agosto de 2023, como parte de la exhibición "Mantenerse Humano".
A Pérez, crear esta pieza le llevó cuatro años de duro trabajo.
"En esta 'distopía vanished' asistimos al advenimiento de una nueva era, condicionada por el colapso de una especie que reacciona ante las contradicciones de un modelo capitalista y su gestión extractiva en sus relaciones con la naturaleza. Entonces la colectividad presa de la incertidumbre y el miedo, traza sus planes para consumar la huida hacia fronteras interplanetarias en busca de ese pedazo de utopía flotante en algún confín distante", explicó el artista visual, tras la inauguración de la exposición en el Teatro Alejandro Cotto el pasado 1 de junio.
Frente al comunicado publicado por el Patronato de Restauración Cultural de Suchitoto, Pérez afirma que lo que se argumenta en este lo deja perplejo.
Primero, aclaró que la idea de exponer "De ciudadelas, urbanismo y distopías flotantes" en el teatro Cotto fue sugerida por Edwin Marinero, un buen amigo del artista y reconocido gestor cultural. Fue él quien contactó a Pérez con el patronato.
Que tras un primer acercamiento, la comunicación previa a la inauguración de la muestra fue fluida y efectiva a través del grupo de Whatsapp que se bautizó como "Día de la tierra Suchitoto", y que mientras se realizaron las gestiones nunca se le informó de los pagos que se mencionan en el comunicado.
Sí acepta que se discutieron los costos correspondientes al traslado de la obra al recinto suchitotense y todo los gastos que implicó el montaje de la instalación en el teatro, únicamente.
Pero jamás se mencionó algún tipo de pago por el uso del espacio donde se exhibió la obra.
Otro detalle que aclara es que antes de exponer la instalación, se acordó que estaría disponible al público del 1 de junio al 31 de agosto, período que quedó registrado en los artes promocionales de la muestra.
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No obstante, se le comunicó antes de finalizar el tiempo acordado que debía llegar a desmontar la instalación porque el espacio iba a ser utilizado para otro evento, llamados que sí atendió. Y asegura tener evidencia de que no fue notificado 15 días antes, sino el 29 de julio.
Pérez tiene claro que las instalaciones del teatro son arrendadas para actividades de otra índole, pero tras la solicitud de retirar sus piezas él les indicó el día en que podía llegar a desmontarlas y no lo esperaron. Nunca imaginó con lo que se encontraría.
Actualmente, el artista visual ha iniciado un proceso legal por daños a su propiedad ante la justicia salvadoreña, daños que el patronato niega en su comunicado.