Se titula "Remixes" y se inauguró el pasado 1 de octubre, en el Teatro Luis Poma, como la última muestra de arte de la Temporada 2024.
La última de "El Poma" y la primera del artista visual salvadoreño Óscar Pérez, después de atravesar por un difícil capítulo en su trayectoria artística.
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Él estaría dejando un precedente en las artes nacionales este año, tras iniciar un proceso judicial en contra del Patronato de Restauración Cultural de Suchitoto, por la destrucción de su pieza artística "De ciudadelas, urbanismo y distopías flotantes", que estuvo expuesta en el Teatro Alejandro Cotto del 1 de junio hasta finales de julio de este año.
El caso está judicializado y sigue su curso investigativo, de la misma forma en que Pérez ha continuado.
Sin restarle atención a ese proceso legal, el discípulo del maestro Héctor Hernández concentró su atención en sus nuevos proyectos. Y es así como la noche del 1 de octubre, inaugura en "El Poma" su propuesta visual "Remixes", curada por sus colegas y amigos Antonio Romero y Mauricio Kabistán.
Pérez describe de esta forma la muestra que ha elaborado con durapax: "... (es un) inventario tipológico articulado desde bloques de este polímero blanco llamado polyfoam ( en países del "primer mundo") y que en nuestros países y sociedades "periféricas" denominamos durapax, cuyos contornos contienen el intermitente flujo de mercancías, a través de rutas comerciales que van trazando líneas de desplazamiento de una nueva colonialidad".
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En pocas palabras, Pérez recolectó una diversidad de piezas de durapax desechadas por sus connacionales para ensamblarlas al mejor estilo de un rompecabezas, y recrear así figuras que emulan personajes de la memoria histórica prehispánica del país.
Para los curadores, la muestra "parte con un anglicismo para, desde la apropiación, resignificar la manera como nos concebimos y para replantear, desde la periferia, la relación entre las culturas. Para esto, utiliza el polímero de los empaques que llegan a El Salvador conteniendo electrodomésticos y que guardan en su forma la memoria del cuerpo que contuvieron".
Kabistán define "Remixes" como un mural escultórico; concepto que armoniza con el esfuerzo que el proyecto cultural de la Fundación Luis Poma viene realizando desde los últimos tres años: el de cerrar su propuesta de artes visuales del año con un mural que se mantenga en exhibición hasta el inicio de la siguiente temporada.
"El artista... ha hecho una reinterpretación del imaginario prehispánico con un toque cyberpunk, retrofuturista, que habla bastante sobre cómo las ideas se mantienen en el tiempo usando material variable", manifestó Kabistán, al referirse a "Remixes".
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Las dos estructuras principales semejan dos serpientes, las que inspiraron a los curadores al escribir el texto sobre la muestra, compartido con los asistentes a la inauguración en una tarjeta. "En el texto que escribimos, dejamos un texto que pensar: 'la serpiente emplumada que alza el vuelo bajo un cielo plomizo. Finalizamos con eso, porque queremos dejar esa metáfora de la dificultad, de la densidad de transitar", expresó Romero.
Son 14 piezas en exposición, incluida una que reinterpreta un frasco de perfume y lo convierte en "una de las deidades más veneradas del panteón prehispánico", el Xipe Totec.
Según el sitio del Instituto Nacional de Antropología de México (INAH), el Xipe es el dios descarnado, que "desempeñó un papel crucial en la cosmología y la agricultura mesoamericana. Su culto, asociado con la fertilidad, la regeneración y la renovación, se extendió en diversas formas por toda Mesoamérica".
Al preguntar a Pérez dónde ubicó dicha pieza, relató que la descubrió en una tienda que ofrecía perfumes, mientras caminaba por la zona de la colonia Flor Blanca de San Salvador. El impacto visual fue contundente, desde que lo captó su mirada, su mente emuló al Xipe.
Asimismo, en la exposición figuran tres piezas que fueron elaboradas con un remanente (material sobrante) de su obra de arte destruida, "De Ciudadelas, urbanismos y distopías flotantes". Como lo explica Pérez, decidió incluirlas en "Remixes" para "establecer vasos comunicantes entre ambos procesos y sus hallazgos desde la arquitectura". Además, hay otro guiño a esa pieza desbaratada.
El resto son piezas de durapax ensambladas al mejor estilo de los legos, a las que ha respetado sus formas, demostrando la urgente necesidad de programas de reciclaje que contribuyan a sanear el planeta.
Pero también parece reflexionar sobre esa capacidad que posee el ser humano de reinterpretarse a sí mismo y a su entorno, aún en un espacio plagado de dioses, símbolos o marcas que lo empujan a aceptar ciertos patrones. ¿Su propuesta dialoga sobre renovación? Cada visitante lo averiguará mientras contempla las piezas.
Lo cierto, es que es impresionante el ingenio del artista visual a la hora de recrear los personajes prehispánicos en su muestra "Remixes", un trabajo para el que requirió más de un año.
Pérez es licenciado en Artes Plásticas por la Universidad de El Salvador (UES), ha realizado múltiples exposiciones colectivas e individuales tanto dentro como fuera del país. Fue parte del colectivo Mórula y su obra figura en colecciones privadas en EEUU, Francia, Alemania, Italia y El Salvador.
"Cada pieza de esta colección es un recordatorio de que, incluso en lo que desechamos, existe el potencial de crear algo nuevo. Este mural nos invita a replantear los límites entre la sostenibilidad, el caos y el arte contemporáneo", se lee al pie del carrusel de la exposición compartido por el Luis Poma en su Instagram.
Los interesados en conocer el trabajo de este creador nacional puede visitar "Remixes" y entrar en conversación con esta, en el Teatro Luis Poma de Metrocentro, de martes a domingo a partir de las 2:00 p. m. La entrada es gratuita.