La temporada anual de Teatro Luis Poma cierra con el estreno Epifanía de Reinas, basada en Noche de Reyes de William Shakespeare. Dirigido por Roberto Salomón y llevado a escena por un grupo de 11 actrices, dos diseñadoras, un músico y un luminotécnico, el espectáculo es el colofón de un año entero de teatro de la sala que es, hoy por hoy, una de las arterias culturales de San Salvador.
Sobre la obra original de Shakespeare
Noche de Reyes (o Twelfth Night), escrita por William Shakespeare a inicios del siglo XVII, es una comedia romántica donde los enredos amorosos, la identidad y el disfraz juegan un papel central. La trama se sitúa en Iliria, un reino ficticio, y gira en torno a Viola, una joven que, tras sobrevivir a un naufragio, se disfraza de hombre bajo el nombre de Cesario para trabajar al servicio del Duque Orsino. Sin embargo, el disfraz de Viola complica las cosas: Orsino está enamorado de la condesa Olivia, quien, al conocer a Cesario (Viola), se enamora de él/ella. Al mismo tiempo, Viola, disfrazada, se siente atraída por Orsino, creando así un triángulo amoroso basado en malentendidos y travestismo.
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A esta confusión se suma una subtrama cómica protagonizada por personajes como Malvolio, el mayordomo de Olivia, y Sir Toby Belch, su alocado tío. Malvolio, víctima de una broma cruel, es convencido de que Olivia está enamorada de él, lo que lo lleva a actuar de forma absurda y exagerada, un recurso típicamente shakespeariano que equilibra el humor con la humillación.
El uso del disfraz en Noche de Reyes es uno de los temas principales de la obra, y Shakespeare lo emplea para explorar cuestiones de identidad, género y deseo. Al mezclar lo cómico con lo sentimental, la obra ofrece una reflexión sobre la fragilidad del ser humano, el amor no correspondido y la forma en que las apariencias pueden confundir tanto a los personajes como al público.
Epifanía de Reinas: la puesta en escena
La puesta en escena, dirigida por Roberto Salomón y producida por Fundación Poma y Teatro Luis Poma, ofrece una versión arriesgada y fascinante de este clásico shakespeariano. En este caso se trabajó a partir de la traducción de los académicos chilenos Braulio Fernández Biggs y Paula Baldwin Lind, y se le sumaron textos de Piedad Bonnett, David Escobar Galindo y Gustavo Adolfo Bécquer. En una decisión que desafía ciertas convenciones, Salomón presenta un elenco compuesto exclusivamente por mujeres. Son 11 actrices salvadoreñas quienes asumen todos los roles de la obra, brindando una lectura moderna que juega con las nociones de identidad y género que ya estaban presentes en el texto original de Shakespeare. En palabras del director: “es mi homenaje a la calidad de actrices que tiene el país”.
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La heterogeneidad del elenco, que incluye a actrices de diversas generaciones y trayectorias, añade una riqueza escénica que hace destacar la producción. Salomón, apuesta por esta diversidad como una de las principales fortalezas de la obra. El resultado es una de las producciones más atractivas del teatro salvadoreño en 2024, ofreciendo no solo un homenaje a Shakespeare, sino también una reflexión sobre el rol de las mujeres en el teatro. La puesta en escena de Salomón es un triunfo que demuestra cómo los clásicos pueden seguir siendo relevantes cuando se reinterpretan con una mirada crítica y contemporánea.
La adaptación del Teatro Luis Poma reúne a grandes actrices salvadoreñas en el escenario. VIDEO: cortesía Fundación Poma
Las actuaciones: protagonismo y comicidad
Pero el triunfo de la obra se da a partir del trabajo en conjunto y, en esto, el trabajo del elenco juega un rol fundamental. Las actrices dan vida a una amplia gama de personajes que se mueven entre la tragedia, el amor no correspondido y la farsa más absoluta. Construyen personajes que entretienen, divierten y muestran matices complejos que se mueven entre la exageración y las sutilezas. Dentro de este abanico, destaco el trabajo de Alejandra Nolasco como Malvolio por su capacidad para manejar la comicidad física del personaje, quien en esta puesta en escena se presenta como un clown. Nolasco logra capturar el patetismo y la arrogancia de Malvolio, explotando su caída en el ridículo con un manejo preciso del tiempo cómico. La transformación de Malvolio desde un sirviente rígido hasta un hombre humillado es uno de los momentos más memorables de la obra, y Nolasco lo encarna con una energía desbordante.
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Por otro lado, el dúo cómico de Regina Cañas como Sir Toby y Majo Bustamante como Sir Andrew aporta la dosis perfecta de humor bufonesco. Ambas actrices logran un equilibrio entre el exceso y el ridículo, lo que les permite dominar las escenas de borrachera y conspiración con una soltura admirable. Su química en el escenario es palpable, y juntas logran arrancar risas continuas del público a través de su interacción física y verbal. Es un claro ejemplo de los dúos cómicos clásicos. A este dúo se les une Ana Ruth Aragón como María quien ofrece una actuación comedida que imprime ritmo y equilibrios a las relaciones de Sir Toby y Sir Andrew.
Patricia Rodríguez como Orsino y Karen Castillo como Viola/Cesario ofrecen actuaciones llenas de matices. Rodríguez captura la melancolía y el idealismo de Orsino, además nos demuestra un manejo de la presencia escénica que nos captura como audiencia. Rodríguez nos devela un personaje construido desde la más profunda técnica. Karen Castillo se mueve con agilidad entre la confusión de géneros y los enredos amorosos. Destaca especialmente en su interpretación de Viola, aportando una fragilidad emocional que resalta los dilemas del personaje, atrapado entre el deber y el deseo. Su manejo de las transiciones entre Viola y Cesario es sutil, pero eficaz, lo que subraya el conflicto interno de la protagonista.
Naara Salomón, en el papel del bufón Feste, añade una dosis de sagacidad y agudeza al montaje. Su narración cómica está salpicada de una sabiduría disfrazada de broma, y su interpretación musical aporta un matiz melancólico que equilibra los momentos más festivos de la obra. Es un personaje sumamente difícil y la actriz logra sacarlo adelante con su enorme experiencia. Dinora Alfaro, como Olivia, interpreta con fuerza a una mujer atrapada entre el duelo y la atracción por el disfraz de Cesario. Alfaro encarna a Olivia con una mezcla dosificada entre sutileza y exageración, va urdiendo una trama interna que nos muestra una Olivia que se transforma de inicio a fin. Parece que el personaje se descubre ante nosotros como en viaje interior que termina en un explosivo: ¡Maravilla total! - un peso emocional inesperado dentro de la comedia.
El elenco es completado por Illy Barillas, una actriz que transita en varios registros y que en esta obra la vemos haciendo un uso fantástico de la contención; Liliana Andrade, que aún necesita encontrar otros registros para el personaje; y Claudia Palacios, que no deja de sorprendernos en cada montaje por sus capacidades como actriz. Dentro de la heterogeneidad de trabajos actorales, hay una recurrencia a mecanismos de actuación shakespearianos como la frontalidad y el juego con el público, demuestran un conocimiento de los recursos cómicos y trágicos del teatro isabelino. La frontalidad, donde los personajes se dirigen directamente al público, permite una conexión inmediata y una complicidad que aumenta el impacto de los giros cómicos y dramáticos.
Escenografía y música
La escenografía diseñada por Negra Álvarez es un acierto visual. Álvarez crea un espacio múltiple que permite que los diversos escenarios de la obra se desplieguen sin interrupciones. Los elementos escenográficos, que incluyen puertas, ventanas y plataformas, son manejados con una fluidez que revela espacios fijos que se transforman con la interacción de los personajes. Esto refuerza el caos y la confusión que caracteriza a la trama de Shakespeare.
La escenografía tiene un carácter funcional, pero no por ello pierde belleza estética. Los colores y las formas evocan la atmósfera mediterránea de Iliria, con un diseño que permite tanto la comedia física como los momentos más íntimos entre los personajes. Álvarez ha sabido aprovechar el espacio escénico para que las actuaciones puedan fluir sin restricciones, lo que refuerza la energía dinámica de la obra.
La música, compuesta por Francisco Huguet, añade una capa emocional que acompaña perfectamente el tono de la puesta en escena. Huguet utiliza una mezcla de sonidos que evocan tanto lo festivo como lo melancólico, siguiendo la pauta de la obra original de Shakespeare. Los momentos musicales, dotan a la producción de un ritmo que mantiene al espectador inmerso en la acción. La música se convierte en un personaje más, acompañando los cambios de humor y reforzando el impacto emocional de las escenas.
Epifanía de Reinas estará en cartelera durante su último fin de semana del 2024, del jueves 24 al domingo 27 de octubre, ofreciendo a los espectadores la oportunidad de presenciar un montaje que equilibra tradición y actualidad. En este cierre de temporada del Teatro Luis Poma, la obra es el colofón perfecto para un año de grandes éxitos, consolidando a la sala como uno de los centros culturales de San Salvador. Con esta producción, Salomón entrega una propuesta que no solo entretiene, sino que invita a reflexionar sobre el teatro, el género y la identidad en nuestros tiempos.