Sobre la 14 avenida norte y la 1a calle oriente de San Salvador siempre se escucha el sonido de metales retorciéndose, aplastándose o siendo tirado a otro puñado de pedazos de metales para luego ser reciclados en un taller mecánico de la zona, pero del otro lado de la calle se entonan distintos acordes provenientes de un taller muy distinto.
Es Marcos Cruz Meléndez probando la afinación de una de las guitarras que ha restaurado. Él es uno de los tres hijos de Manuel Cruz, quienes ahora son los encargados de seguir con el legado de su padre tras su fallecimiento hace tres años.
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El techo del taller parece un museo con distintos tipos de guitarras colgando, como si se buscara que quien pase a un lado del taller no pueda apartar la vista del interior del lugar para ver cómo esos pedazos de madera se convierten en instrumentos capaces de generar un sinfín de sonidos.
Marcos es el hermano de en medio, el mayor de ellos es Juan Manuel. Él actualmente se dedica a hacer viajes en una aplicación de celular, pero el hermano menor, Gabriel, es quien ha logrado encontrar su pasión tanto en la restauración como en la creación de distintos tipos de guitarras, ya sean españolas, flamencas, country o la que sus clientes deseen.
Los hermanos Cruz cuentan que su padre con mucho esfuerzo logró abrir su taller de guitarras en el año 1970. "El negocio ha pasado por mil cosas, desde terremotos hasta crisis financieras, pero acá estamos siempre", comentó Gabriel.
Gabriel, el menor de los tres hermanos, tiene alrededor de 25 años de experiencia en la creación y restauración de guitarras. Su padre le enseñó todo lo que sabe. "Él tenía su carácter que no se puede negar, pero él nos mostró esta profesión a mí y a mis hermanos", dijo el menor. Ellos comentan sentirse agradecidos, pues de no haberles inculcado esta habilidad no saben qué harán hoy día.
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Al tener tantos años de antigüedad, el taller de guitarras ya se ha hecho de su clientela, quienes le piden reparar sus instrumentos o incluso de hacer una con un diseño especial. Los hermanos Cruz logran hacer una guitarra en alrededor de una semana a 15 días, dependiendo del clima, ya que la humedad y el clima frío afectan a la madera que se ocupa.
Cedro, Cortez Blanco, Nogal, Melina y Laurel son algunos de los tipos de madera que usan para la creación de las guitarras; requintos, mandolinas, violines, bajos acústicos y más instrumentos de cuerda.
La mayoría de los clientes del taller de guitarras son extranjeros que contactan a los hermanos por sus redes sociales para encargar una guitarra hecha de Cedro, la cual tiene un valor de $90. Los precios de cada instrumento pueden variar dependiendo del estilo, detalles y el tipo de madera. Algunos de sus clientes los buscan directamente en su taller.
Usando un doblador de arcos, una prensa para armar y múltiples herramientas, los hermanos logran crear instrumentos que no solamente tienen una estética clásica, sino única al ser hechas por la creatividad de los hermanos salvadoreños.
