A don Carlos le conocí en su casa de la Escalón hace 20 años, junto a su esposa doña Carmen. Llegué nerviosa y preocupada, porque muchos me advirtieron que era un artista temperamental, difícil.
Pero descubrí a un hombre sumamente sensible, educado, honesto y comprometido con su pueblo. Un maestro que me permitió sorprenderme con parte de su vasta obra y me mostró una forma distinta de contemplar arte.
Lo descubrí en el marco de la inauguración de una muestra de su obra sobre papel, en el Museo de Arte de El Salvador (Marte), cuando la dirección de este estaba en manos de uno de sus discípulos, Roberto Galicia. De esa exposición, el museo legó a El Salvador un valioso catálogo.
Pero además, el museo resguarda en su colección propia una de sus obras más emblemáticas, “El Sumpul”. Esta pieza tiene su propia historia, la cual compartió Galicia en una columna que le dedicó a su maestro, en noviembre de 2012, tras revelarse que don Carlos recibiría el Premio Nacional de Cultura que tanto esperó.
Pero quien fue dirigente del Grupo de Pintores Independientes en 1947, también posee obra en el Museo Forma. La última donación lo hizo antes de fallecer, entregando 16 piezas.
Y 100 años después de su nacimiento, el 3 de septiembre de 1924, el museo y legado de la gran Julia Díaz rinde tributo al revolucionario de la plástica nacional, con la exposición “Carlos Cañas. Centenario”.
La muestra exhibirá 35 piezas del pintor, poeta y filósofo del 3 al 16 de septiembre de este año. Pero además, declaran el “Año del gran plástico Carlos Cañas” de este martes 3 al 2 de septiembre de 2025, según lo informado por Anabella Menjívar de Martín, directora del Museo Forma.
Para este tributo, el Forma contará con la presencia de los hijos y nietos del maestro, quien fue asentado como Carlos Augusto Cañas Rodríguez, en San Salvador.
Él fue un genio de la plástica, no solo dominó varias técnicas, también experimentó en diversidad de géneros. Aseguraba tener la capacidad de crear 10 dibujos diferentes en 10 minutos. Además escribió poesía y era un amante de la música académica. Todo ello lo heredó a sus alumnos, pues don Carlos se dedicó a la docencia por muchos años.
Tras ser becado por el gobierno de España para estudiar en el exterior en 1950, retornó a su tierra natal ocho años después a compartir sus conocimientos del arte moderno. Él fue el primero en exponer arte abstracto en el país, según lo detallado en biografía publicada en www.artistadelmes.com.sv del Marte.
Fue docente en la Facultad de Ingeniería y Arquitectura de la Universidad Nacional de El Salvador — en donde lo conoció Roberto Galicia— y director del Centro Nacional de Artes de 1996 al 2000.
Expuso su obra de forma individual y colecta en El Salvador, Guatemala, Costa Rica, Estados Unidos, Brasil, Colombia, Chile, Italia, España, Alemania, Austria, y Costa de Marfil.
Vale destacar que representó al país en la Bienal de Sao Paulo, Brasil de 1996.
Para Menjívar de Martín, don Carlos es uno de los grandes referentes de las artes plásticas del “Pulgarcito de América” y por ello su legado artístico debe ser visibilizado y estudiado por las nuevas generaciones.
Su obra incluye pintura, escultura, dibujo, grabado, murales, ilustración de libros, diseño de escenografía y vestuario. “Su obra abarca estilos tan diversos como el indigenismo, el cubismo, el expresionismo figurativo, el surrealismo y la abstracción”, se destaca en el sitio del Marte antes citado.
Carlos Cañas falleció el 14 de abril de 2013, tras sufrir un paro cardíaco.