Este jueves, en ciudad de Guatemala, Centroamérica Cuenta (CAC) inaugura su octava edición y la primera presencial después del inicio de la pandemia. Del 26 al 29 de mayo, autores y lectores confluirán en un espacio dedicado a promover y visualizar la literatura del istmo.
En este primer encuentro de 2022, el festival rinde homenaje a la escritora española Almudena Grandes, fallecida en noviembre del año pasado. Cuatro días, con 12 actividades entre conversatorios, lanzamientos de libros o lectura de poesía, que reunirán a escritores, cineastas, periodistas, líderes de opinión y artistas de Iberoamérica, Francia y Estados Unidos.
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Para conversar sobre los logros y retos que esta iniciativa impulsada por el escritor nicaragüense Sergio Ramírez —actualmente exiliado en España, perseguido por el gobierno de Daniel Ortega—, la directora de Centroamérica Cuenta, Claudia Neira Bermúdez, respondió a ciertas preguntas de El Diario de Hoy.
¿Qué retos asume el festival de CAC en 2022?
Volver a la presencialidad nos ha significado volver a aceptar un engranaje que implica una serie de detalles que son los que hacen posible poder llevar a cabo un festival como este. Este comienza desde la selección de los sitios hasta la selección de los autores. En el tema de los autores, ha sido un desafío, porque muchos de ellos han decidido no viajar por el tema de la pandemia, otros están viajando mucho menos y otros ya tenían sus compromisos agendados (...) Sin embargo, hemos logrado concretar un buen programa de más de 40 autores y autoras que van a compartir programación del 26 al 29 de mayo, en el Centro Cultural de España en Guatemala...
¿Qué ganancias dejó a Centroamérica Cuenta, el trabajar desde la virtualidad en tiempos de pandemia?
CAC fue uno de los festivales precursores en irse a la virtualidad y poder instalarse o instalar su festival en las redes sociales. Esto nos permitió llegar a sitios donde nunca antes hubiésemos podido llegar, como es la intimidad de tu celular, la intimidad de tu cuarto, la intimidad de tu sala, de tu carro, del bus, de donde podás, de donde sea que vos estás siguiendo la transmisión. Esto no es imposible de ninguna manera. El primer año tuvimos un alcance de más de dos millones de personas, con una programación sumamente variada (centroamericacuenta.com), con autores de una serie de disciplinas, de una serie de países, que nos ha permitido poder jalar y poder elevar un poco la vara, de tal manera que ahora el formato virtual quedó como un formato permanente en todo el festival, que hoy tiene dos modalidades: presencial y virtual.
En este regreso a la dinámica presencial no veo representación salvadoreña. ¿No hubo respuesta?
Lamentablemente, teníamos dos autores salvadoreños que iban a participar y cancelaron a última hora, y dos autoras salvadoreñas que hemos querido traer, y que al final ellas han decidido no viajar. Esto no significa que no van a tener participación (de El Salvador). Sí han habido autores salvadoreños en los talleres formativos que tuvimos, sobre todo en el taller de edición y redacción de cuento que impartieron Juan Casamayor y Socorro Venegas, que son parte del programa. Y también tenemos una sorpresa que se va dar a conocer el día de la inauguración (26 de mayo), que también tiene que ver con El Salvador.
Haciendo un repaso por este recorrido, ¿qué logros destacarías y qué tan difícil es conquistar a las audiencias en esta era dominada por las redes sociales?
Yo creo que el tema de las redes sociales es sin lugar a dudas un complemento. Yo no lo vería como un obstáculo sino como un vehículo más que nos permite llegar a nuevos públicos. La presencialidad tiene sus propias características y son características deseadas en este tipo de festivales, y características que van a seguir dándose. Por ejemplo, nada supera a la conversación con el autor. Nada supera la firma con el autor, la selfi, y son espacios que vamos a seguir consolidando y que van a poder seguir coexistiendo… Así que yo creo que hay espacio para los dos y que vamos a poder seguir en estas dos modalidades.
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¿Consideras que la literatura ha ganado más adeptos. Hay más gente joven escribiendo?
Yo creo que la literatura, sin lugar a dudas, tiene su sitio en la vida de todos los seres humanos, de las personas, (está) garantizado. Y no creo yo, ni creería que está en riesgo. No puedes pensar en la vida de millones de personas sin la literatura, hay otros nuevos lectores, nuevos escritores. En Centroamérica hay como un momento de florecimiento y eso lo hemos visto con los talleres que estamos impartiendo en CAC, donde cada vez más tenemos candidatos y tenemos que hacer selecciones para hacer los talleres en partes, porque no podemos hacer un taller con la cantidad de escritores y escritoras que aplican a los mismos. Por lo cual, yo creo que hay un buen momento de la literatura, especialmente de la literatura centroamericana; los jóvenes están haciendo nuevas cosas, planteando nuevos retos y eso es un tema sumamente importante.
En este momento en el que la censura ha incrementado y la libertad de expresión peligra en la región latinoamericana, ¿qué mensaje le transmitirías a los escritores y escritoras?
Creo que la creación es importante para cualquier sociedad y para el desarrollo de las sociedades. La libertad implica poder discernir, poder escribir, poder crear, poder hacer cine, poder hacer música, poder plantear lo que uno piense con los mecanismos y las herramientas adecuadas. Por lo cual, los escritores y los creadores, no tengo ninguna duda, van a seguir encontrando su voz y van a poder seguir usando su voz para darle vida a todas las historias que necesitan ser contadas y ser escuchadas.
La programación de la octava edición del CAC puede consultarse en el sitio oficial del festival www.centroamericacuenta.com.