La conexión que existió entre el arquitecto y escultor Rubén Martínez Bulnes y la maestra de la danza en El Salvador Alcira Alonso fue grande.
Se admiraban mutuamente y dieron batalla por el arte y la cultura salvadoreña durante gran parte de sus vidas.
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Y tal parece que esa conexión continuó al momento de trascender a otro plano espiritual. Ambos fallecieron con pocos días de diferencia en julio de 2023 y serán enterrados el mismo día. Él a los 94 años, ella a los 95.
Este viernes 28 de julio, los restos del gran "Arquitecto de Dios" serán enterrados en el templo católico de Nuestra Señora de El Rosario, en el Centro Histórico de San Salvador, después de una misa de cuerpo presente, programada para las 8:30 a.m.
Solo unas horas más tarde, se llevará a cabo una misa de cuerpo presente a las 11:00 a.m. en la Parroquia de Montelena en memoria de Alonso. Posteriormente se realizará el entierro.
El reconocido arquitecto y escultor salvadoreño siempre supo lo que valía y lo decía sin dudarlo. Su enorme legado a El Salvador confirma tal aseveración.
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Pero al final de sus días, reconoció con preocupación y tristeza que detrás de los enormes talentos de su generación no caminaba una que los aventajara o equiparará.
Así lo confió a un gran amigo, un par de semanas antes de su cumpleaños 94, el 7 de julio de 2023. Se lo manifestó el día que lo visitó para hacerle, tal vez, la última solicitud artística de su historia.
"Yo fue a visitar a Rubén porque quería que él hiciera la escultura a Alcira Alonso para el homenaje que le dedicó el Ballet Teatro...", afirmó el consagrado artista de la danza y gestor cultural Mauricio Bonilla.
"... lamentablemente cuando fui ya estaba bastante mal y me dice: 'Mire maestro, creáme que me duele, me duele, me duele el alma, me duele muchísimo no poder cumplirle'", añadió Bonilla sobre aquella última conversación.
Por supuesto, el arquitecto le envió muchos saludos a la maestra Alonso, a quien también admiraba mucho. Tanto que le confesó a Bonilla sentirse triste por ella. "... sigue trabajando, sigue luchando y los maestros no quieren acatar sus órdenes, no quieren disciplinarse...", expresó.
El creador del emblemático templo católico de la Parroquia Nuestra Señora de El Rosario le aseguró al maestro Bonilla, que él también estaba muy triste porque "no hay gente detrás de nosotros, y deberíamos dejar gente preparada".
"Se nos fue una persona que ha dejado bastantes huellas", lamento Bonilla, tras expresar que lamento mucho no poder acompañar al arquitecto Martínez Bulnes en su último cumpleaños.
El creador del monumento a La Constitución (conocido popularmente como La Chulona) y el Cristo de la Paz nació en San Salvador el 7 de julio de 1929. Cursó sus estudios de arquitectura en la Universidad de El Salvador de 1949 a 1951 y su talento artístico lo forjó con los conocimientos que adquirió a sus visitas a museos y galerías de Estados Unidos y México, según el sitio web del Museo de Arte de El Salvador (Marte).
"En su obra escultórica ha empleado predominantemente el metal y especialmente el hierro forjado, generando desde obras monumentales hasta de formato reducido, a través de un lenguaje de formas que va desde lo abstracto hasta lo figurativo. Una de sus obras de mayores dimensiones es la escultura de José Simeón Cañas (1979) para el monumento a este prócer, la cual se encuentra actualmente en el Museo de Arte de El Salvador. Ha diseñado monumentos conmemorativos importantes, como el de la Constitución (1990) y el Cristo de la Paz (1994)", se detalla en dicho portal, datos retomados de “Homenaje a Rubén Martínez. Retrospectiva”, Grupo TEA-Escultura y CONCULTURA, 2008.
Además del Premio Nacional de Cultural 2019, Martínez Bulnes recibió el galardón Valor Cultural de CONCULTURA en 2003; el premio Ingenio 2008 del Centro Nacional de Registros (CNR) y el homenaje del Grupo TEA Escultura y CONCULTURA, con una retrospectiva de su obra en la Sala Nacional de Exposiciones “Salarrué” en 2008, entre otros reconocimientos.
Mauricio Bonilla afirmó que uno de los preciados tesoros que el arquitecto le heredó fue un retrato que él le pintó, en sus mejores épocas. Porque, sí, el maestro Martínez Bulnes también pintaba.
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