Hablar con el hígado. La periodista y escritora salvadoreña Michelle Recinos escribe desde el enojo y el descontento para evidenciar lo errático de nuestra cotidianidad en su más reciente libro “Sustancia de hígado”, el cual incluye nuevo cuentos, entre ellos “Barberos en huelga”. Este último fue censurado por el gobierno de Nayib Bukele en el Festival Internacional del Libro de Guatemala (FILGUA), el pasado julio.
Hablar con el hígado es decir sin tapujos ni arrepentimiento lo que nos molesta. Recinos lo hace en cada cuento de su obra, para que todo el que los lea conozca de primera mano esos sentimientos que ella experimentó al escribirlos. Abordan desde su intimidad hasta la militarización y las injusticias.
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“Siempre he querido hablar de esas emociones que se catalogan como negativas y que podría ser que no tengan un espacio en la literatura”, comentó la autora de 26 años.
Recinos es actualmente periodista de Mala Yerba y dice que su camino por la literatura “comenzó tarde”, a los 21 años, y que fue la curiosidad la que la empujó a escribir sus primeras letras, hasta que se definió a sí misma como escritora dos años después. “En mis escritos se evidencia desde ese entonces la inconformidad en general, se puede interpretar como una ira adolescente. Bien a lo Kurt Cobain (líder fallecido del grupo Nirvana)”, señaló.
Ha sido inspirada por muchas escritoras y escritores: desde los estadounidenses Stephen King y Dorothy Parker, pasando por la mexicana Fernanda Melchor y la guatemalteca Vania Vargas hasta las salvadoreñas Jacinta Escudos y Claudia Hernández. Las letras de cada uno de estos íconos dejaron una huella en la periodista.
El 2 de septiembre pasado, Recinos presentó su segundo libro “Sustancia de hígado” en La Casa Rosada, en Antiguo Cuscatlán, después de que fue excluida de la FILGUA por petición del gobierno de El Salvador.
En su más reciente entrevista con El Diario de Hoy, la escritora brindó detalles sobre dicha publicación y cómo fue el enfrentarse a la censura por un cuento que habla de las injusticias que se viven en el régimen de excepción.
¿Por qué el título y con qué se encuentra alguien que decide leer tu libro “Sustancia de hígado”?
A mi editor no le gustaba ese título y nos estábamos decantando por otro, pero yo siempre pensé que estos cuentos los escribo desde el hígado. Creo que soy una persona con un montón de sentimiento de desencanto y que todos los cuentos que están escritos ahí son descontento total.
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Uno de los cuentos que encontramos en el libro es “ Barberos en huelga”, ¿cuál fue el proceso de escritura y qué pasó en el momento que lo escribiste?
Lo escribí en los primeros días del régimen de excepción. En esos días, sí estaba comenzando, y en esos primeros días me tocaba ir (a dar cobertura) a El Penalito. Tenía que estar ahí viendo lo que pasaba. Era una cosa horrible. Ver el llanto de los padres y de las madres, me parecía bien absurdo, y creo que de ahí surgió la idea de que en algún punto este gobierno puede llegar a arrestar a la gente por el corte de pelo. Ahí está como la ficción de lo absurdo, pero inspirado en la realidad. Esa es la parte de realidad que, cuando te enfrentas a esas cosas, y como periodistas, nos afecta a pesar de que intentemos ser las personas más fuertes, más ecuánimes, más objetivas.
Hay personajes en el cuento que uno intuye personajes tan conocidos como los futbolistas de playa?
Fue una forma de retratar que ante este régimen de excepción nadie es intocable, a menos que sea de los del lado de ellos (de Bukele), pero de ahí nadie está exento.
Muchas veces a los periodistas se les dice que tienen que escribir sobre la realidad, ¿por qué la ficción está incluida en “Sustancia de hígado”?
Todas son situaciones ficticias. Que algunas hayan sido inspiradas en trabajo periodístico es el simple hecho de estar consciente de la realidad que vivimos. No sé si es correcto decir “una ficción realista”, pero es más o menos eso.
¿Qué sentiste cuando te enteraste que “Barberos en huelga” fue censurado por el gobierno de tu propio país, por tratarse del régimen de excepción?
Para ser bien honesta, jamás me lo imaginé, porque ni siquiera pensé que les importaba tanto. Vos sabes como es el Estado en cuanto ala creación y producción artística: no les importa,no hay apoyo. Qué iba a andar imaginando que esta gente me conocía y que me iba a leer. Fue sorprendente. Al parecer hay interés, pero solo para callarnos. No quiero ser ególatra, pero tengo dos de los tres premios más importantes de Centroamérica y nunca recibí algo del Ministerio de Cultura. Ahora el gobierno estuvo ahí, pero para silenciarme.
Cuando se supo lo de la censura del cuento “Barberos en huelga” varios usuarios en redes sociales tenían esa tendencia de atacar a las voces disidentes, ¿en algún momento recibiste mensajes amenazantes?
La gente lo que más me decía era: “¡Ay, miren loque hacen las drogas!”, “las ojeras de esa bicha”, “no se peina”. Cuando subieron fotos de la presentación del libro en Guatemala era como: “Compren (el libro) para que se compre ropa”. Era un ataque físico, como a nosotras las mujeres siempre buscan desacreditarnos por lo físico. Nunca fue una crítica objetiva después de haber leído mi cuento. Me parece una mier** que dijeran que por ser un cuento que habla en mal del gobierno estaba mal. No había una crítica objetiva sobre la calidad del libro.
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A pesar de esos malos comentarios, muchos se solidarizaron con vos, e incluso hacían memoria de eventos ocurridos durante el conflicto armado salvadoreño hacia personas que hablaban contra el Estado. ¿Qué opinión tienes de estas afirmaciones?
Sería un poco irresponsable de mi parte decir que en efecto estamos retrocediendo, porque, a ver, sí hay violaciones a los derechos humanos, sí tenemos un gobierno asesino y despiadado, pero no se puede comparar la censura de un libro con todo lo horrible que pasó durante el conflicto armado. Pero si lo vemos por la persecución de las voces disidentes, claro que sí. Literalmente, aquí fue una institución de gobierno la que dijo: “No queremos ese libro, sino nosotros nos vamos”. No fue una empresa privada, que vos puedas decir: “Bueno, no les cae bien”. Entonces, es preocupante porque el mensaje es que cualquier cosa disidente nos vale. Entonces, creo que sí, en ese sentido tal vez, en el de perseguir y espiar, se puede hablar de paralelismos con el conflicto armado.
¿Cuáles son los siguientes pasos que darás tras la presentación de tu libro?
El descontento siempre va a estar en mí. Tengo planes de seguir y no quiero decir que con esto que ocurrió me dieron más fuerza, eso es algo importante, porque antes de que me censuraran yo ya existía.
¿Qué mensaje enviarías a las personas que te censuraron?
Yo no le agrado a un montón de gente, y que no le agrade a la gente del gobierno no me quita el sueño. El mensaje que les mandaría es que dejen de andar jodiendo a los artistas y que los apoyen mejor. Hay muchos que escriben muy bien y no tienen apoyo estatal ni privado. Que se enfoquen en eso mejor en lugar de estar gastando energías en censurar un libro.