En el Día Internacional de la Danza, hay que afirmar que la historia de la danza folclórica en El Salvador se divide en dos períodos: antes de Morena Celarié y después de Morena Celarié.
Resumir la herencia artística y cultural que legó a El Salvador la talentosa bailarina es tarea difícil. Sobre todo, porque existe una deuda grande en materia de investigación. Parece que a muy pocos les ha interesado difundir su aporte a la danza del país, pese a que la Escuela Nacional de Danza lleva su nombre.
El pasado 20 de abril se cumplieron 100 años del nacimiento de la madre del folclor cuscatleco y 50 del fatídico día en que murió despeñada en La Puerta del Diablo.
Los periódicos publicaron la trágica noticia el sábado 22 de abril, luego de que sus restos fueron localizados al fondo de un barranco de al menos 75 metros de profundidad, en la zona turística de Los Planes de Renderos.
Los forenses, quienes practicaron la autopsia al filo de la medianoche del viernes 21, determinaron como causa de fallecimiento “múltiples traumatismos en la cabeza”, pero su cuerpo tenía fracturas y golpes en todas partes. Por el estado en que se encontraban los restos, calcularon que Celarié había muerto al mediodía del día anterior, su cumpleaños número 50. Producto de la caída, la embajadora de la danza folclórica de El Salvador murió instantáneamente y a la fecha, el sentido suceso sigue siendo un enigma.
¿QUÉ PASÓ EN 1972?
Aunque las investigaciones policiales de la época determinaron que la muerte de Morena Celarié fue un homicidio, su fallecimiento sigue rodeado de misterio.
Hay voces que siguen afirmando que se trató de un suicidio, otros prefieren pensar que fue un accidente, hay tesis más conspirativas que plantean que todo fue planificado o que su muerte tuvo tintes políticos.
Quienes fueron testigos de la fortaleza y el valor de la bailarina descartaron el suicidio inmediatamente. El maestro German Jaime Paz, investigador de la obra de Celarié, afirma que mientras ella luchó por rescatar la identidad de la cultura cuscatleca se enfrentó a una diversidad de retos y frustraciones, que si bien la deprimían, nunca frenaron su empeño.
Lo cierto es que la muerte de la bailarina ocurrió en “los tiempos de la sospecha”, según lo detallado en el artículo “Morena Celarié 100 años: nuestro tema es la danza” de Tania Primavera, del Museo de la Palabra y la Imagen (Mupi), publicado en el medio digital Contrapunto, en el marco del centenario del nacimiento de la también gestora cultural.
La prensa nacional publicó que por la muerte de Celarié hubo captura y condena, y que el hombre encontrado culpable purgó una pena de 15 años. No obstante, hay personas que creen que las autoridades juzgaron a un inocente y que muy poco se sabe de lo que en verdad ocurrió.
La verdad solo la sabe la Morena de Cuscatlán -como era conocida artísticamente-, una verdad que sigue sepultada con ella.
Se sabe que despareció el 20 de abril de 1972, luego de recibir la llamada telefónica de una mujer que le propuso contratarla para darle clases de danza a una niña. El telefonema salió de una casa ubicada en la zona de Casa de Piedra, en la calle a Los Planes de Renderos.
Ese día la bailarina no vistió de blanco como prometió hacerlo a la Virgen de Guadalupe, después de superar la parálisis que sufrió a sus 9 años. La promesa fue vestir de blanco hasta cumplir los 50 años. Y así lo hizo. Ese jueves de abril salió de casa con un vestido amarillo.
Antes de la hora de su muerte, ella fue vista en el centro de San Salvador, saliendo de Catedral.
Días después, la esposa del músico salvadoreño Lito Barrientos indicaría que la bailarina llegó al negocio de ellos buscando a quien fue su compañero de aventuras artísticas: don Lito. Celarié le confesó a doña Rosa Amelia que andaba preocupada por un problema, y que había visitado los templos católicos El Rosario, San José y catedral en busca de un sacerdote. Finalmente, no logró ubicar a ninguno.
Entérate: 15 bailes folclóricos para celebrar las fiestas patrias en El Salvador
Otra persona informó a las autoridades que logró visualizar a la bailarina dentro de una camioneta rumbo a Los Planes.
En el lugar del incidente, fueron localizados únicamente una sandalia reventada, un moño y el collar de la bailarina. Faltaba su cartera y su reloj.
Jaime Paz afirma que el 20 de abril de 1972, la madre de Celarié, la escritora y docente Carmen Noriega de Canjura, le había preparado una cena para festejar su medio siglo de vida. Pero su hija no regresó.
Para quienes la recuerdan y la admiraron, su deceso no fue investigado con esmero. Existe también la posibilidad de que haya sido víctima de un robo, pues en ese entonces, en La Puerta del Diablo, acechaba una banda de ladrones.
Justo un día después de su muerte, un hombre de 40 años fue asesinado a balazos por un sujeto que se introdujo en el vehículo en el que viajaba la víctima y una amiga. De ese hecho, sí hubo testigos.