La obra de los arquitectos Ehrentraut Katstaller-Schott (1924-2024) y Karl Katstaller (1921-1989) dejó una huella imborrable en el paisaje urbano de El Salvador, y actualmente, en Austria, se exhibe parte de su inmenso legado en Innsbruck, capital del estado occidental de Tirol.
Entre las décadas de 1950 y 1970, su estudio dio forma a numerosos edificios públicos y privados que hoy son referentes de la modernidad arquitectónica en Centroamérica.
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Escuelas, mercados, oficinas municipales, grandes complejos administrativos y proyectos culturales —así como residencias e instalaciones industriales— forman parte de su legado, poco conocido en Europa pero fundamental para la historia del diseño salvadoreño.
La exposición, impulsada por su nieta Rachel Katstaller y curada por Ivona Jelčić y Nicola Weber, revela por primera vez el alcance de su trabajo.

A través de planos, fotografías, bocetos y documentos personales —rescatados de su archivo privado en San Salvador—, la muestra destaca su contribución a la arquitectura moderna, así como el papel pionero de Ehrentraut, considerada la primera mujer en ejercer y enseñar arquitectura en el país centroamericano.
Nacida en Viena, Ehrentraut Schott, y Karl Katstaller, originario de Innsbruck, se formaron en academias clave como la Academia de Bellas Artes de Viena, bajo la influencia del modernista Lois Welzenbacher, según nota publicada en el sitio architecture-exhibitions.com.
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En 1952, respondieron a una convocatoria del gobierno salvadoreño y se establecieron en San Salvador, donde trabajaron para la Dirección de Urbanismo y Arquitectura (DUA).
En un contexto de progreso impulsado por la bonanza cafetalera, desarrollaron un "modernismo tropicalizado": adaptaron principios internacionales al clima y la cultura local, integrando aleros amplios, celosías de hormigón, vegetación exuberante y sistemas de ventilación natural.

Ejemplos emblemáticos incluyen la Escuela Primaria en San Vicente (1954), con su innovador techo suspendido; edificio administrativo de CEPA en Acajutla (1958), destacado por su celosía de hormigón; y el Museo Nacional de Antropología (1962), con estructuras hiperboloides de hormigón.
Además de su labor en la DUA, los profesionales europeos fueron fundadores de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de El Salvador (UES) en 1954. Ehrentraut, además, hizo historia al convertirse en la primera mujer en ejercer la arquitectura del país (1960) y la primera catedrática universitaria en la UES, abriendo camino para generaciones futuras.
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ENTRE EL DISEÑO Y LA GUERRA CIVIL
Tras dejar la DUA, la pareja se dedicó a encargos privados, diseñando residencias, mobiliario y espacios industriales con el distintivo estilo mid-century, se detalla en el portal arriba citado.
Sin embargo, el estallido de la guerra civil (1980-1992) frenó su producción. Karl falleció en 1989, pero Ehrentraut continuó trabajando hasta avanzada edad.

La exposición en Austria —disponible en un edificio del arquitecto Lois Welzenbacher, en el complejo Adambräu— incluye material inédito y se complementa con la publicación "Entre los Continentes. Ehrentraut Katstaller-Schott, Karl Katstaller y la Arquitectura Moderna de Centroamérica" (Park Books).
Una oportunidad única para descubrir a dos figuras que unieron continentes a través del cemento, la luz y la sombra.
El año pasado, en el marco de la muestra "Katstaller Schott, trayectoria arquitectónica" el Museo Forma, se presentó el libro "Katstaller Schott, trayectoria arquitectónica", iniciativa impulsada por el Departamento de Organización del Espacio (DOE) de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA).
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