A altas horas de la noche, el pasado martes 7 de mayo, y en medio de música a todo volumen, los empleados del Ministerio de Obras Públicas (MOP) retiraron una de las cinco araucarias del jardín principal del Palacio Nacional, hacia un agujero que tenían listo en la 2° calle poniente, justo donde se demolió un edificio recientemente.
Trasplantaron la que se ubicaba en el centro de la zona verde y durante el proceso dejaron daños considerables en el tronco de la centenaria conífera.
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Nuevamente, la denuncia apareció en las redes sociales del historiador salvadoreño residente en Barcelona, Carlos Cañas Dinarte, quien recordó el significado de este conjunto de árboles dentro del Palacio.
"LAS CINCO ARAUCARIAS del Palacio Nacional representan a las 5 repúblicas centroamericanas. Hoy sacaron a la fuerza a la central, la araucaria de El Salvador", posteó en su cuenta de la red social X.
Personas que pidieron permanecer en el anonimato, indicaron que para realizar este proceso de trasplantación se montó un dispositivo de seguridad, a las 10:00 de la noche aproximadamente, para no dejar que nadie ajeno a los trabajos se acercara a la zona.
Antes de sacarla del palacio, cavaron el agujero en la zona antes detallada y luego procedieron a plantarla en la zona donde ahora puede verse, con daños considerables.
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El historiador deja entrever en sus trinos que el proceso no fue el más adecuado y que por ende, la araucaria podría morir a donde ha sido plantada.
Según los especialistas en la materia, para trasplantar un especimen vivo hay que realizar un proceso que conlleva varios meses, desde preparar adecuadamente a la planta para ser extraída del lugar donde permanece hasta adecuar el sitio donde será colocada.
Esta especie de conífera es muy delicada, por lo que hay que podarla, nutrirla y fumigarla antes de trasplantarla. El nuevo lugar donde permanecerá, se debe abonar adecuadamente y proporcionarle abundante agua por cierto periodo. Incluso, las fases de la luna deben tomarse en cuenta para llevar a cabo el traslado.
Asimismo, hay que tomar en cuenta que las araucarias son parte de la historia del Palacio Nacional, esa historia que lo ha convertido en patrimonio de la nación.
Para los arquitectos Carlos Ferrufino de la UCA y el experto en restauración Joaquín Aguilar, el palacio tiene un valor patrimonial en su conjunto. Es un todo y así debe valorarse al momento de planear una intervención en cualquier zona de su perímetro.
Según información brindada por Cañas Dinarte, este conjunto de araucarias fueron sembradas en el inmueble de valor histórico en 1921.
"En septiembre de 1921, con motivo del primer centenario de la proclamación de la independencia centroamericana, se promovió la siembra de varios grupos de araucarias de entre las 19 especies de ese género de coníferas, quizá importadas desde Chile o México", detalla en texto sobre este tema.
Fueron dos conjuntos de árboles los que se plantaron en el Hospital Rosales y el Palacio Nacional. "... mientras que un tercero fue reservado para la Plaza de las Américas, inaugurada en diciembre de 1942 con motivo del Congreso Eucarístico, donde fue mostrada al público la estatua del Salvador del Mundo, en la zona de La Cruzadilla, al poniente de San Salvador", añade el intelectual.
En efecto las cinco araucarias del palacio representaban "a cada una de las repúblicas centroamericanas independizadas mediante la segunda acta del sábado 15 de septiembre de 1821".
No hay que olvidar que estos árboles cumplieron 100 años el pasado 2021 y que por el valor histórico que poseen y su edad son un tesoro y deben ser protegidas de forma adecuada. El tiempo dirá si la conífera logra adaptarse a su nueva ubicación.