El Día del Holocausto, o Yom HaShoá en hebreo, se conmemora en Israel el día 27 del mes de Nisán —mes del calendario judío que cae entre abril y mayo— y está marcado por una ceremonia en la que se encienden seis antorchas en memoria de los seis millones de judíos asesinados por los nazis. Este año, la conmemoración tuvo lugar el pasado 23 de abril.
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Los judíos de todo el mundo realizan ceremonias en memoria de la catástrofe orquestada por los nazis. La comunidad israelita en El Salvador no fue la excepción. El pasado 23 de abril, en el Museo MARTE, se llevó a cabo una ceremonia para recordar a los miembros de sus familias que pasaron por la Shoá.

El acto ceremonial comenzó a las 6:00 p.m. y, como es tradición, se realizó el encendido de seis velas en honor a los seis millones de judíos asesinados. En palabras de Juan Pablo Ossandón, rabino y director de la comunidad israelita de El Salvador, cada una de las velas representa un millón de víctimas: “Durante el Holocausto, o Shoá, como le llamamos los judíos, murieron seis millones de personas, entre ellos un millón y medio de niños. Cada una de esas velas es símbolo de un millón de muertos”, expresó el rabino.
El nombre del coronel José Arturo Castellanos tampoco pasó desapercibido. Durante la ceremonia se mencionó: “Los salvadoreños tenemos un testimonio nacional de lo que es ser un hombre justo, en la memoria del coronel José Arturo Castellanos, el único salvadoreño en ser reconocido como justo entre las naciones en el museo Yad Vashem”.

Castellanos es conocido como “el Schindler salvadoreño” por su labor rescatando a judíos mientras se desempeñaba como cónsul general de El Salvador en Ginebra, durante la Segunda Guerra Mundial. Arturo logró salvar a aproximadamente 40,000 personas de la persecución nazi emitiendo clandestinamente certificados de nacionalidad salvadoreña a judíos. Este acto fue reconocido por Yad Vashem, la máxima autoridad en Israel sobre el Holocausto, que le otorgó el título de Justo entre las Naciones, un reconocimiento que solo ocho latinoamericanos han recibido.
La labor del coronel Castellanos tiene un enorme valor para la comunidad judía. “Lamentablemente, mucha gente en El Salvador no sabe qué fue lo que él hizo, no solo por el pueblo judío, sino por la humanidad... Para nosotros es sumamente importante, y creo que es motivo de orgullo para cualquier salvadoreño”, declaró el rabino Ossandón. En su honor, la ceremonia contó con la presencia de Frida Castellanos, hija del coronel.

Como parte del acto de recordación, miembros de la comunidad israelita que perdieron familiares durante la Shoá pasaron al frente a leer sus nombres. Las familias que participaron fueron: Weill, Freund, Tesak, Schwartz, Cukier, Ponsa, Sztarkman, Wolff, Aisenberg, Franco, Koch, Cahen y Guttfreund.
Posteriormente, Sylvia Lerner de Freund, presidenta de la comunidad israelita de El Salvador, dirigió unas palabras en las que reflexionó sobre el inmenso daño causado por este oscuro capítulo de la historia, donde hombres, mujeres, ancianos y niños fueron exterminados por un odio despiadado: “Hoy transitamos el siglo XXI y aún seguimos luchando contra el prejuicio, la discriminación y el antisemitismo”, enfatizó. También recalcó la importancia de seguir recordando: “Seguiremos no solo recordando, sino aprendiendo de esta tragedia para evitar que algún día suceda algo similar nuevamente”.

Durante el acto se proyectaron una serie de videos con testimonios de sobrevivientes del Holocausto que ilustran de forma más precisa la crudeza de este terrible suceso. Estos cortos no solo ayudan a recordar y mantener viva la memoria, sino también a educar e informar a las nuevas generaciones. Por ello, la participación de niños y jóvenes fue esencial: dos jóvenes de la comunidad relataron historias de adolescentes judíos que vivieron el horror del Holocausto.
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Finalmente, el rabino Juan Pablo Ossandón brindó un discurso donde subrayó la importancia y responsabilidad de los judíos de conmemorar y seguir hablando de la Shoá para generar conciencia: “El judío está obligado a dar sentido a los sucesos históricos, de los que participa o de los que es testigo. Y de todos los sucesos históricos, la Shoá es el que más nos obliga”, afirmó.

Al concluir la ceremonia, se invitó a los asistentes —entre ellos embajadores, diputados, directores de centros educativos y líderes religiosos— a encender velas en honor a las víctimas del Holocausto. Además, se ofreció una exhibición del Álbum de Auschwitz, el único registro fotográfico completo del Holocausto durante la Segunda Guerra Mundial, tomado en Auschwitz II-Birkenau, el campo de exterminio alemán en la Polonia ocupada.