Francisco le debe su vocación cineasta sus progenitores: su padre le inculcó el amor al cine y su madre al teatro.
La pasión de Menéndez por el cine inició a los 9 años con la cámara Super-8 de su abuelo, y hoy en día es profesor universitario de cine, guionista, director y cineasta.
Estudió comunicaciones y teatro en la prestigiosa Universidad de Puget Sound en Estados Unidos, donde finalizó su carrera como “El graduado del año” y tres décadas más tarde, la misma universidad lo honró con el Premio al Logro Profesional del año por su amplia trayectoria entre la docencia, la cinematografía y el teatro.
Además, tiene una Maestría en cine del Instituto de las Artes de California. A lo largo de su carrera ha logrado otros reconocimientos como el Premio de Enseñanza CILECT (2020), Medalla del Premio de Actividades Creativas de Regents del estado de Nevada (2017) y otras distinciones entre las aulas y los estudios de filmación.
¿Cómo puede definir su pasión por el cine, el teatro y la docencia?
Bueno yo creo que lo que une todo esto es buscar una verdad emocional de la creación de la condición humana, creo que uno puede ver en el cine personajes con los que uno se identifica y que lo llevan a un camino de larga distancia donde acaba totalmente del otro lado.
Así como en la educación, el estudiante llega pensando que uno tiene que darle la información y que esa información la va a usar, pero lo que le tiene que dar en el cine en la educación y haciendo películas es la “experiencia” de crear estas imágenes, estas relaciones entre personajes, la experiencia dramática que Aristóteles definió como “la purgación propia de sentir y el miedo”, lo que sentía yo cuando era chico en el cine, que me sentía algo trastornado, esa era la función del drama, era la función de la tragedia, y claro en el cine uno puede hacer que la gente tenga emociones como llorar, reirse, asustarse, toda esa área emocional que no se puede llegar solo en la lectura, se tiene que llegar a la experiencia, entonces yo creo que eso es lo que me une al cine en esas tres áreas y en todo.
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Yo no voy a ver una película para pensar “qué bonita la cinematografía o qué buena la dirección” eso claro que lo voy a pensar si la película es buena la segunda vez que la vea y es súper difícil, porque cuando uno sabe todo eso uno puede disecar al cine como al sapo cuando se lo ponen en biología para hacer la disección.
La forma de verla es proteger esa experiencia primaria, no ver trailers, no ver nada en las redes sociales, saber lo menos posible porque entonces uno ya no construyó la película.
Si uno ve los trailers de Maverick o de Jurassic Park ya sabe lo que es la película porque ya se la pusieron y si uno sabe cómo se construye el guión uno pasa aburridísimo hasta que ve el proximo trailer.
Entonces la cosa es entrenarse para tener una experiencia totalmente nueva y claro siempre hay dos líneas: uno siempre va a tener la experiencia de un lado y del otro va a estar diciendo “qué linda toma” o “qué bien la actuación” pero no esta linea va a ser secundaria a la línea de “wow” y cuando uno ve que la película funciona entonces uno la estudia, uno regresa, uno ve que esto es lo que pasa en medio, esto es lo que pasa al final, así empieza, así acaba, los personajes tienen relaciones super especificas…
Según su experiencia¿cómo ve el cine en El Salvador?
El problema que tenemos nacionalmente en El Salvador, en Estados Unidos, en India, es que el cine no es sostenible a base de pasión. Nadie le va a pagar a uno para hacer ese tipo de cine, entonces uno tiene que encontrar una forma paralela de poder tener su ingreso económico y poder hacer su cine. Eso llega a ser una síntesis.
La gente no entiende que pudo haber sido 20 días de filmación o 45 días de filmación pero la preparación del guión y la edición de la película toma tanto tiempo… Para los actores es fantástico porque ellos van de una película a otra y ellos pueden hacer cinco películas al año, el cineasta puede hacer una película cada dos a cinco años entonces, yo no le tengo ninguna solución fácil, pero si lo primero que tiene que hacer es hacerse el examen que si de veras están infectados con el cine.
El cine nunca va a dar dinero, si usted quiere hacer dinero vaya a estudiar agronomía, doctorado, en cualquier profesionalidad habrá un trabajo para usted.
Usted tiene que morirse cada día para ver una película para saber que usted quiere trabajar en cine. Ya cuando tenga esa calificación personalmente entonces ya está lista para empezar a soñar y trabajar en el cine.
Y el cine es lo mejor que uno puede hacer si eso es lo que le gusta.
Cuando estuve en una conferencia en Mumbai en 2017, hablaron de que el cine hindú, Bollywood, es gigantesco, pero esta gente no gana nada haciendo esto, es una cosa totalmente insostenible.
Yo me sentiría terrible si la idea del cine de maquila -que es lo que están haciendo básicamente en el cine hindú- lo trajeran a Latinoamérica y que vieran que El Salvador podría hacer cine así cine barato (...) yo lo hice en Las Vegas, pero uno tiene que pensar, soñar y tratar de hacerlo mejor, y de ahí desde ese momento uno puede trascender a otro lado.
Lo que se tiene que hacer en este momento son talleres de creatividad para que uno pueda ver quienes son los próximos que de veras quieren hacer cine para poder hacer algo y aprender lo que es la relación entre personajes, aprender lo que es el arte dramático y todo lo que conlleva el arte cinematográfico.
¿Porqué talleres y no escuelas de cine?
Yo creo que si no hay una industria, una escuela de cine es cruel. Siempre recuerdo una película que se llama “Azúcar Amarga” de León Ichaso, súper conservadora que trata de un joven que estaba estudiando para ser cosmonauta y se da cuenta que él nunca va a ser cosmonauta. Va a la escuela y todo pero los cosmonautas van a ser los rusos, no va a ser ningún cubano.
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Entonces no me gustaría construir una escuela de cine donde no haya oportunidad. Pero sí hay oportunidad, se puede en las redes sociales, se puede si el cine estatal da dinero que no va a ser para el productor, se puede hacer.
(...) Los estudiantes siempre tienen que aprender esto: nosotros sí estamos trabajando todo el día para ellos, solo le podemos dar 50 % del apoyo, el otro 50 % tiene que venir de ellos, así que si ellos no se esmeran y no trabajan con la misma intensidad, no van a salir adelante.
Un consejo a alguien que quiere iniciar el camino de hacer cine
En mi tiempo en El Salvador era difícil no tener información, porque uno tenía que buscar el New York Times para saber qué película estaba saliendo y saber que en El Salvador esa película no iba a llegar hasta un año después, así que uno estaba esperando pero ahora con el internet pueden bajar la película y verla cuando están en el teléfono.
Lo primero para pensar en la carrera de cine es no ‘multitasking’. Uno tiene que sentarse, ver la película desde el principio hasta el final sin saber mucho de ella.
Después de verla: “yo odié esta película por esto y esto” o “esta película me encantó y por qué”. Emocionalmente ¿qué hizo esta película para mí? y apuntar todo eso. Después volver a ver la película y ver cómo la película hizo esto y ese proceso, el ciclo, se tiene que desarrollar cada vez.
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(...) Ahora, uno también puede decir como hacer producción única salvadoreña y eso sí se puede hacer.
Yo no le estoy diciendo a nadie que no puede hacer cine, pero si la gente se desilusiona con lo que yo digo, no deben hacer cine. Tienen que decir ¡no, no, no, yo si quiero hacer cine! Ok, ya pasó al siguiente nivel.
Dije que el cine es una infección, pero de veras es un romance que uno tiene con el arte cinematográfico.