Michael Flores cuando era solamente un niño soñaba con construir "máquinas secretas" para el gobierno, y, aunque ese anheló no llegó a concretarlo, decidió estudiar ingeniería en la Universidad de California en Los Ángeles, de donde logró titularse y luego unirse a la industria aeroespacial.
En su tiempo libre se convirtió en músico aficionado y luego en un excelente escritor. Eso le permitió despertar en su juventud la pasión por el mundo del cine. Esta vez, no abandonó su sueño, y decidió abrirse camino en la industria cinematográfica, cuyos esfuerzos le han comenzado a dar frutos.
Es hijo de un emigrante salvadoreño radicado en Estados Unidos y de una madre filipina, a quien asegura nunca ha conocido. Michael nació en el país americano, creció en los vecindarios de Watts y Harbor Gateway, en Los Ángeles, pero siempre se ha sentido salvadoreño y atraído por el origen de su familia paterna.
Su padre, Edgardo Flores, es originario de Santa Ana y Virginia Estrada, esposa de su progenitor y a quien quiere como su madre, es de Ahuachapán. De ambos ha aprendido muchas cosas, incluido datos sobre El Salvador y a hablar perfectamente el español.
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La primera vez que conoció el pulgarcito de Centroamérica fue en 1989, durante la guerra civil que azotaba al país. Él apenas tenía ocho años de edad. “Los veranos los pasaba en El Salvador con mis abuelos y así fue como establecí un vínculo muy fuerte con el país”, explicó.
Hace aproximadamente siete años decidió comenzar a leer libros sobre cinematografía, guionistas, directores y todo sobre el séptimo arte. Los conocimientos que adquirió los complementó con sus habilidades para escribir, por lo que inició a elaborar guiones sobre cortometrajes, pero nadie quiso comprarlos. Así que él mismo los llevó a la pantalla grande.
“La verdad yo lo único que quería ser era guionista, nunca me imaginé que iba a dirigir, menos mis propias producciones. Eso sí que fue una sorpresa y la razón por la que me metí a dirigir fue simple: nadie quería comprar mis guiones, nadie los quería producir, a nadie les interesaba”, afirmó.
A partir de ahí, fascinado por temas de guerra y sociedad, realizó sus primeros filmes en países como Serbia, El Salvador y Bielorrusia, obteniendo un gran éxito en la industria y siendo acreedor de diversos premios en festivales de cine.
Su cortometraje “Mi tesoro” (2018) se convirtió en una de las primeras películas de ficción producidas en El Salvador, y que se estrenó en la cadena de televisión HBO luego de una sólida carrera en festivales clasificatorios para los Oscar.
“Mi tesoro” aborda la historia de una mujer doméstica que roba un mapa de la guerra civil salvadoreña y busca un tesoro con la esperanza de reunirse con su hijo.
Este filme fue uno de los primeros que rodó el cineasta en el país, cuya experiencia aseguró fue fascinante y de mucho aprendizaje, ya que conoció mucho talento en el territorio cuscatleco.
“Yo nunca esperaba que iba a encontrar lo que encontré en El Salvador, porque nomás me aventé sin saber nada. Es una locura que tenía. Yo llego a los países extranjeros con un guion y me busco un equipo, y en dos o tres semanas armo una producción. Esa fue la fórmula que usé”, detalló el guionista y director independiente.
Por otra parte, en 2018, la revista americana Remezcla reconoció a Michael como parte del top 10 de directores latinos emergentes de los últimos tiempos. Y en 2019, él y su equipo ganaron el Ícaro, el premio cinematográfico de estreno en Centroamérica por su cortometraje “La campana”.
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“La campana”, rodada en Tonacatepeque, San Salvador, es un filme que trata de una joven en El Salvador que desea escuchar la campana del pueblo antes de unirse a una caravana a los EE. UU., pero esta no ha sonado en 25 años y solo queda un hombre que puede repararla: un borracho que vive en el cementerio.
En la actualidad, Michael, de 39 años, se ha convertido en un referente del cine latino en los Estados Unidos, ya que sus películas se caracterizan por tratar elementos como la fantasía, la familia, la magia y los milagros.
“En vez de escribir del mundo que estaba viendo a mi alrededor, le di vuelta a la cámara y comencé a escribir cuentos de mi familia. Y es que siempre me han fascinado los temas de la guerra y la sociedad. Entonces, siendo hijo de emigrantes refugiados de la guerra civil me interesó estos temas”, añadió Flores.
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Su talento, originalidad y pasión por hacer cine, le permitió ser seleccionado por La Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas para el “Academy Film Accelerator 2022”, un programa de cinco semanas que brindará a cineastas de comunidades latinas temas como la educación, recursos y tutoría centradas en el negocio del cine.
“La meta es acelerar las carreras de latinos cineastas que ya están intentando meterse al sistema de Hollywood. Y yo soy un cineasta independiente y como se sabe es difícil encontrar dinero y armar producciones. En esas semanas nos van a dar talleres algunos miembros de la Academia. Entonces eso va a ser algo súper fuerte”, explicó emocionado Michael tras ser de los pocos cineastas latinos en recibir esta formación.
El programa comenzará en el 27 junio y más de 10 participantes temas sobre cómo navegar en la industria del entretenimiento y generar conciencia sobre las habilidades comerciales necesarias para llevar una película a la pantalla.
Además, este ofrecerá a los participantes una serie de talleres y clases magistrales centrados en la distribución de contenido, facilitados por líderes de la industria cinematográfica. Los temas incluirán presentaciones creativas, marketing y promociones, desarrollo de producción y más.
Actualmente, Michael cuenta con los cortos: “Sir Milivoy” (Serbia, 2017), “Mi tesoro” (El Salvador, 2018), “Where’s Lenin” (Bielorrusia, 2018), “Chalino” (USA, 2019), “La campana” (El Salvador, 2019) y el largometraje “Love doll” (USA, 2022), pero sigue abriéndose camino en la industria para que sus películas sean proyectadas en la pantalla grande.
En cuanto al talento que posee el país, dijo: “para mí lo único necesario para hacer cine es tener artistas y El Salvador tiene una gran generación de artistas con gran potencial”. Así que reveló que tiene planeado un proyecto cinematográfico en El Salvador y Guatemala, pero son detalles que más adelante dará a conocer