Alboroto Teatro regresa a las tablas del Teatro Nacional de San Salvador para cautivar por tres días consecutivos al público salvadoreño con su icónica obra "Amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín", del escritor español Federico García Lorca, en el marco del 125 aniversario de su natalicio.
Las funciones se llevarán a cabo el viernes 26 y sábado 27 de abril, a las 7:00 p.m.; y domingo 28, a las 5:00 p.m., en la Pequeña Sala del teatro capitalino. La entrada general es de $8 dólares y en preventa a $5.
La pieza cuenta la historia de don Perlimplín, un hombre culto y de edad mayor, que no ha encontrado el amor, pero su fiel criada, Marcolfa, intenta convencerlo de que se case lo antes posible con Belisa, su vecina. La madre de la joven se la da en matrimonio a cambio de "una buena dote", pero al ver que la chica no lo ama y lo engaña en la misma noche de boda, encuentra la inspiración para su venganza en sus libros y consigue que Belisa pierda la cabeza por amor.
En esta obra, la soledad y su vieja criada Marcolfa son las acompañantes de Perlimplín. Mientras que la dicotomía entre lo espiritual y lo físico sobrepasa todo lenguaje entre él y Belisa, quien vive su sexualidad a flor de piel.
“¿Hasta qué punto somos capaces de amar con libertad?”, cuestiona la sinopsis. No obstante, el espectador tendrá la respuesta a medida que avanza esta historia erótica.
En palabras del director Luis Fuentes, “Amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín” es una auténtica joya de la literatura española, olvidada en cierta manera por el teatro profesional. Es un viaje iniciático al desamor y un estado interno estético donde los personajes aman y desgarran al mismo tiempo dentro de un hermoso y oscuro jardín.
Arnoldo Hernández (Perlimplín), Isabel Campos (Belisa), Alejandro Alfaro (Marcolfa) y Karen Del Cid (Madre de Belisa) son los actores salvadoreños que actúan esta obra.
Esta puesta en escena toca temas importantes como los matrimonios por conveniencias, la libertad personal, sentirse amado y ser amado, la moral de lo correcto, la soledad y la importancia de decir que nunca es tarde para enamorarse.