San Pedro Nonualco, ubicado en La Paz, es un rincón encantador de El Salvador. Este pintoresco sitio, conocido por su rica tradición y hospitalidad, es un destino ideal para quienes buscan conectar con la cultura local y la naturaleza.
En este sentido, te compartimos cinco tesoros únicos que guarda y que se han convertido en los favoritos de visitantes locales y extranjeros.
1. La capital de la fruta
San Pedro Nonualco es la capital de la fruta, gracias a la calidad y variedad de sus cultivos, en su mayoría naranjas y otras delicias cítricas que se cosechan en sus tierras fértiles, convirtiéndose en un símbolo de orgullo para sus habitantes.
Estos productos frescos no solo destacan en el mercado local, sino que también son de exportación y reflejan el esfuerzo y dedicación de su gente.
Durante febrero, en la calle principal del distrito se celebra la feria de la fruta, con el objetivo de promover a San Pedro Nonualco como el mayor productor de fruta de la región y mejorar la economía de los emprendedores y productores.
Al evento se unen productores de piña y de otras frutas, provenientes de los distritos vecinos, quienes también encuentran en esta actividad un espacio para exponer y vender su producto.
Cabe destacar que, este lugar es uno de los principales proveedores de naranja en el país. Según la comuna hay un promedio de 965 productores de cítricos, de acuerdo con un censo que hicieron hace un año aproximadamente con el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG).
2. Su iglesia y campanas italianas
San Pedro Nonualco es hogar de una iglesia colonial, cuya historia está marcada por sus campanas, traídas desde Italia en la década de 1950 y famosas porque su sonoridad se escucha en todos los cantones del distrito.
Fueron fabricadas especialmente para la parroquia sampedrana, cuando fray Cosme Spessoto fue párroco de la localidad. Este detalle peculiar otorga un carácter especial al templo, que se alza como un símbolo de fe y tradición.
La iglesia se empezó a construir a finales de 1,800 y se terminó a principios de 1,900. La infraestructura es de la época y la imagen de San Pedro Apóstol se encuentra en la cúspide.
3. La producción de dulce de atado
Otro de los tesoros que distingue a este distrito es una molienda de panela o dulce de atado. Este arte, heredado por generaciones, muestra el compromiso de la comunidad con la preservación de sus técnicas ancestrales.
Las molienda se ubica en el cantón San Juan Nahuistepeque y es una parada obligatoria para quienes desean conocer de cerca este proceso y disfrutar de su sabor inigualable.
4. Un centro histórico intacto
El centro histórico de San Pedro Nonualco es un viaje al pasado. Sus calles y casas de bajaraque se han mantenido prácticamente intactas a lo largo de los años.
Este espacio invita a los visitantes a descubrir la esencia del lugar, en un ambiente que combina tranquilidad y autenticidad. A los alrededores hay alternativas de restaurantes y algunos hospedajes.
5. Su gente, el mayor tesoro
No obstante, el alma de San Pedro Nonualco reside en su gente. Los habitantes de este sitio son amables, hospitalarios y profundamente orgullosos de su tierra. Su calidez y disposición para compartir historias hacen que cada visitante se sienta como en casa.