La Ruta de las Flores es uno de los destinos favoritos de El Salvador y ha incorporado en los últimos meses nuevas experiencias y renovaciones que prometen cautivar a los visitantes. Desde opciones para los amantes de la naturaleza hasta encuentros con la historia.
En este sentido, te compartimos lo más reciente que puedes disfrutar en esta fascinante travesía, donde hay un lugar para todos los gustos.
Ahuachapán
Ahuachapán es hogar del renovado Centro Recreativo Municipal Siloe, un verdadero oasis de tranquilidad rodeado de exuberante vegetación. Este espacio ofrece acceso directo a la Laguna El Espino, zonas verdes para disfrutar de un picnic al aire libre y dos piscinas perfectas para un baño refrescante en contacto con la naturaleza.
Según Daniel Magaña, auxiliar de la Unidad de Turismo del Distrito de Ahuachapán, este destino también se distingue por su estilo colonial y el uso de madera de roble en sus detalles arquitectónicos. "Ahuachapán, en náhuat, significa 'lugar de las casas de roble', y esa esencia aún se conserva en muchos rincones del distrito", explicó.
La visita a este encantador lugar se complementa con un recorrido por su centro histórico. Entre sus principales atractivos están: el Parque Concordia, el Pasaje Concordia y la imponente iglesia Nuestra Señora de La Asunción, que fue declarada Monumento Nacional hace 37 años.
"La tranquilidad que tenemos aquí, junto con el clima fresco y la abundante naturaleza, hacen de este lugar un destino único", agregó Magaña.
Ataco
En Ataco, la historia se mantiene viva gracias a la exposición gratuita de las impresionantes "Cabezas de Jaguar" y otros monumentos precolombinos tallados, que se exhiben en la alcaldía del distrito.
"Este es un tesoro invaluable que tenemos aquí en Ataco. Fue descubierto por accidente en 2007 y forma parte de las 60 piezas de 'Cabezas de Jaguar' que hay en El Salvador. Estas piezas pertenecen a los Xincas, descendientes de los Mayas, que se establecieron en este altiplano", explicó José Miguel Magaña, encargado de la Unidad de Cultura del Distrito de Ataco.
"Estas esculturas son retratos de los reyes y caciques. La gran incógnita es el material con el que fueron elaboradas. Estas piedras, llamadas basalto, no son volcánicas ni calizas, y no sabemos cómo las labraron, solo Dios lo sabe. Tenemos 15 piezas en el Museo J. Guzmán, mientras que el resto están en colecciones privadas o institucionales. Federico Paredes realizó el estudio en esta zona y la Universidad de Pensilvania patrocinó la excavación", añadió Magaña.
Este fascinante recorrido cultural se puede complementar con una visita al parque central, al mercado de emprendedores y a los acogedores cafés locales, como Geko's Café. Además, no puede faltar la iglesia Inmaculada Concepción.
"En Ataco recibimos a los turistas con los brazos abiertos. Ofrecemos una experiencia única con nuestro clima fresco, tranquilidad y, por supuesto, los mejores cafés. Aquí encontrarán una buena taza de café, perfecta para cualquier ocasión", apuntó Edgardo Morán, técnico de turismo en Concepción de Ataco.
Apaneca
Apaneca, la ciudad más alta de la Ruta de las Flores, destaca no solo por su ubicación privilegiada, sino también por ofrecer un sinfín de actividades de turismo de aventura. Los visitantes pueden disfrutar de emocionantes experiencias como canopy, tours en cuatrimotos, paseos en buggies y caminatas, ideales para conectar con la naturaleza.
El renovado parque central da la bienvenida con un ambiente más acogedor, desde donde se puede caminar hacia la icónica "Calle de las Tres Cruces", un lugar que regala vistas panorámicas inigualables. La experiencia se complementa con una visita a la majestuosa iglesia San Andrés Apóstol y su espectacular atrio, que también ofrece un punto de observación único.
Entre sus principales atractivos naturales está la Laguna Verde, perfecta para el senderismo y la exploración de la flora y fauna local. Además, el famoso Laberinto de Albania es en una parada obligatoria para quienes visitan el occidente salvadoreño.
"En Apaneca, la naturaleza y el clima son lo que nos distingue. Aquí se encuentra la tranquilidad que no se encuentra en ninguna otra ciudad, un verdadero descanso en nuestro 'Río de vientos'", comentó Jacqueline Cortez, habitante del distrito.
Juayúa
Por su parte, Juayúa se ha convertido en un destino predilecto para los amantes de la aventura, ofreciendo caminatas únicas por la impresionante Cordillera Apaneca-Ilamatepec. Entre las experiencias más innovadoras está un recorrido guiado que incluye a un chef local, quien prepara platillos con ingredientes recolectados durante el trayecto.
"El turismo de aventura ha tomado fuerza en Juayúa. Entre las opciones están la caminata de las 7 cascadas, Los Chorros de la Calera o el recorrido de 10 kilómetros por la Cordillera Apaneca-Ilamatepec. En esta última, los guías locales se encargan de la alimentación, utilizando lo recolectado en el camino, y un chef lo transforma en una experiencia culinaria única", explicó Julio Mangandi, coordinador de la Unidad de Turismo de Juayúa. Para esta actividad, los interesados pueden contactar al guía Hugo Mirón al número 6016-9807.
Al regresar al distrito, el parque central y la icónica iglesia Cristo Negro reciben a los visitantes con su encanto característico.
Juayúa complementa su oferta con actividades culturales como cofradías, tradiciones locales y costumbres únicas. Paralelamente, se están restaurando viviendas que forman parte del valioso patrimonio histórico de la localidad.
Salcoatitán
En Salcoatitán, la iglesia colonial -que resultó gravemente afectada por el terremoto de 2001- ha sido restaurada con cuidado para preservar su esencia. Ahora, este símbolo histórico abre sus puertas para que nuevas generaciones y turistas puedan admirar su legado arquitectónico.
"Tras el terremoto de 2001, la iglesia colonial quedó inhabitable y permaneció cerrada durante años. Sin embargo, recientemente fue restaurada y hoy está abierta al público como un valioso patrimonio para que todos puedan visitarla y conocer su historia", detalló Saúl Espinoza, administrador de la Plaza Turística de Salcoatitán.
La visita a este pintoresco lugar se complementa con un recorrido por la Plaza La Ceiba, hogar de un majestuoso árbol con más de 300 años de historia, y por la Plaza Gastronómica, donde los visitantes pueden disfrutar de la yuca y otros antojitos típicos.
Nahuizalco
Finalmente, Nahuizalco se destaca por su encanto nocturno. El moderno parque municipal, que cada mes sorprende con una temática distinta, el mercado nocturno y el paseo artesanal "San Romero" ofrecen una experiencia vibrante llena de cultura y tradición.
"Por su rica herencia cultural, Nahuizalco es un destino muy visitado. Somos un pueblo con raíces Náhuat-Pipiles, y mantenemos vivas nuestras tradiciones y nuestra lengua. Todas las tardes ofrecemos a los turistas una variedad de platillos típicos, como el singular arroz de bautizo", explicó José Cuestas, artesano local.
"También contamos con joyas arquitectónicas como nuestra iglesia colonial, construida a finales del siglo XVII, y el museo Náhuat-Pipil. Además, producimos artesanías elaboradas con fibras naturales, y a lo largo del año celebramos las tradicionales cofradías", añadió Cuestas.
Durante el día, los amantes de la naturaleza pueden explorar las cascadas "La Golondrinera", un rincón único para disfrutar de la tranquilidad y belleza del entorno. Este paraíso se encuentra a tan solo un kilómetro del casco urbano, convirtiéndose en un destino ideal para los aventureros.
De esta manera, cada parada de la Ruta de las Flores tiene algo nuevo que ofrecer, reafirmando su lugar como uno de los destinos turísticos favoritos y más completos de El Salvador. ¿Qué esperas para planear tu visita?