El senador y exfutbolista Romário de Souza Faria, campeón mundial con Brasil en EEUU 1994, afirmó este miércoles que aceptó ser inscrito a sus 58 años como jugador del América para disputar un torneo con el club que preside para poder cumplir el sueño de jugar profesionalmente junto a su hijo.
"Oficialmente inscrito. Está confirmado. Estoy listo para darle una ayuda a mi querido América en algunos partidos y también, lógicamente, para realizar el sueño de dividir la cancha con mi hijo", afirmó el exgoleador de clubes como el Barcelona y el PSV Eindhoven en un mensaje en sus redes sociales.
Una de las primeras decisiones de Romário como presidente del América, cargo que asumió en enero pasado, fue contratar como refuerzo al delantero Romarinho, el único de sus hijos que ha tenido una carrera profesional como futbolista.
"Gracias Dios por este privilegio. Gracias", agregó el ídolo de clubes brasileños como Flamengo y Vasco da Gama, uno de los mayores anotadores en la historia de Brasil, en el mismo mensaje.
El goleador y considerado mejor futbolista del Mundial de 1994, que mantiene su forma gracias a los partidillos que disputa con amigos en la playa, aseguró que pretende jugar algunos de los compromisos del América por el Campeonato Carioca de segunda división, que comienza en mayo.
En declaraciones al diario Folha de São Paulo, afirmó que tendrá la "fantástica" oportunidad de disputar algunos partidos profesionales al lado de su hijo, "un sueño de cualquier padre", pero que, "desafortunadamente, en este momento no puede prometer goles".
Romário es un hincha incondicional del América desde pequeño, pasión que heredó de su fallecido padre, Edevair de Souza Faria, lo que lo llevó a asumir la presidencia del pequeño club de Río de Janeiro a comienzos de este año.
Su último partido como profesional fue en 2009 precisamente como jugador del América y a solicitud de su padre, que le pidió reforzar el equipo que entonces disputaba el acceso a la primera división del Campeonato Carioca.
MIRA TAMBIÉN: Excampeones del mundo Romário y Bebeto se "odian" debido a la política en Brasil