Luego de 36 minutos de gran despliegue físico, pero sobre todo de mucho pundonor y orgullo deportivo, la Selección Playera Femenina cerró su participación en la Copa El Salvador con derrota 1-3 ante Estados Unidos, que sufrió ante las cuscatlecas para asegurar el título.
Aunque Estados Unidos se halló con una tempranera ventaja, producto de un sorprendente remate de Hall en los primeros segundos del juego, la paridad en el trámite se mantuvo sobre la arena. Primero fueron las norteamericanas las protagonistas del primer tercio, pero a medida avanzaron los minutos y comenzaron a entrar en calor, las cuscatlecas ofrecieron pelea y estuvieron cerca de empatar.
Esta vez, la reacción fue mucho más pronta que contra Argentina, en la segunda fecha, y prácticamente le apedrearon el rancho a la portera Yount, hasta que el réferi pitó el descanso. Hubo un remate a quemarropa de Fátima Pérez que le sacudió la arena al travesaño y levantó a todo el Estadio Nacional de su asiento.
Los tubos parecían peleados con la Selección Femenina, porque al primer minuto de la segunda parte el vertical derecho le negó también la igualdad a Emilia Guevara, en un tiro libre muy bien ejecutado. Y uno más de Ismenia Velasco, a media segunda etapa, que se estrelló en la horquilla, aumentó la tensión en una El Salvador que en la arena le peleaba de tú a tú a Estados Unidos, que técnicamente era mejor pero que se topó con un infranqueable muro azul.
Finalmente, a tres minutos de cerrar la parte dos, El Salvador halló una buena chance a balón parado por izquierda. Fátima Vásquez la volvió a poner en el segundo palo y esta vez no falló, certificando así un sufrido pero merecido empate transitorio.
Un par de tiros erráticos más en cada arco, además de otro tiro al poste de Pérez, despidieron el segundo tiempo y dieron paso a un cierre dramático. Estados Unidos explotó el cansancio en la escuadra salvadoreña y luego que Kilee Quigley sorprendió con el 1-2 en un remate de larga distancia, totalmente inesperado, sentenció después con un fulminante cabezazo de Lauren Leslie. El pitazo final desató un festejo eufórico de las norteamericanas, pero también una cálida ovación del público local.
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