La Selecta Sub-20 sacó esta tarde del lodo una victoria importantísima en el Premundial de Concacaf que se disputa en Honduras, en un partido que arrancó mal contra la aguerrida pero limitada selección de Aruba, que apeló a su defensa y mal césped para embarrar el camino salvadoreño hacia octavos, pero que no pudo contener la calidad de recursos técnicos y la contundencia que hoy pueden presumir los salvadoreños.
Esta vez, Tegucigalpa pudo ver en los mismos 90 minutos la otra cara de la preciosa moneda que es esta selección juvenil. La que se desboca en ataque y tiene camaradería con el gol, con su velocidad y buen pie, también tiene un terrible problema con sus centrales, quienes no cubren a tiempo las pelotas y que por arriba tampoco dan garantías ante una batería de rivales espigados en toda la región. Es lo que hay y con lo que el técnico Gerson Pérez ha tenido que lidiar desde el primer momento y que, ayer, casi, le cuesta el partido.
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En tanto, Aruba tampoco es Guatemala. Las facilidades que concedió el vecino país el pasado domingo no las concedieron esta vez los caribeños, con un fútbol más conservador y más práctico que le cedió la iniciativa a los salvadoreños, todavía envalentonados por la imagen que dieron en el 5-1 sobre los chapines. El partido arrancó con ambos conjuntos midiendo fuerzas sobre el pantanal que dejó la disputa de la segunda fecha del grupo H, este lunes.
A la larga no lo merecería, pero Aruba pegó primero a los once minutos en una acción muy desafortunada para El Salvador. Terrick Monsanto, del Sparta Rotterdam, captó un balón filtrado y empujó el balón al arco, cuando apenas había probado una vez los reflejos del meta nacional Edgar Alguera.
Presa de la desesperación tras comenzar perdiendo y teniendo que atacar todo el primer tiempo sobre la porción de cancha que peor lucía, la Azulita vio cómo el empate se le hacía imposible. Comenzó a inclinar la cancha y a producir llegadas y prácticamente puso a Samir Erasmus contra su arco. El guardameta despejó peligrosos tiros al 22', al 32' y al 38', mientras veía cómo Osorio la fallaba de cabeza al 23' y cómo Andrés Rivas se la perdía gracias a su achique a los 27'.
Con el sabor a frustración en la boca, El Salvador ya miraba a los vestuarios cuando, casi de milagro, Mayer Gil recibió un fuerte pisotón de Antony Maduro en los linderos del área. El árbitro Santander dudó por más de un minuto pero finalmente recibió señal del VAR para revisar, confirmar la infracción y señalar el penalti que con gran categoría transformó Isaac Esquivel, quien con insistencia buscaba marcar desde el primer partido.
El resultado devolvió la tranquilidad y el segundo acto ya tuvo otra cara. Sobre todo cuando Hamilton Benítez, que entró como suplente, sirvió un centro excepcional desde la banda derecha, tras un control de genio, para que Andrés Rivas lo pescara de palomita en el área y consumara la remontada al minuto 52.
Viendo el pésimo estado del campo y el cansancio, Pérez se arriesgó a retirar a sus mejores con un resultado demasiado corto. No le salió nada mal, ya que entraron piezas con gran ambición y visión, como el atacante Javier Mariona, quien se dio un festín con los grandes pases que recibió de César Orellana y de Benítez de tres cuartos de cancha para arriba.
El nieto de Salvador Mariona confirmó la victoria al 76' tras acomodar un pase filtrado, ante una defensa arubana que ya evidenciaba su desgaste, y al 83' sentenció de derecha tras otro centro de Benítez desde el costado, similar al segundo tanto.
Si bien no una exhibición tan prolija como la del primer partido, la Azulita Sub-20 hoy dio una muestra de carácter y de paciencia, en un juego en condiciones poco propicias y ante un rival que tuvo más que ofrecer que el anterior. Ahora, solo queda confirmarse ante Panamá y disputar un liderato que puede abrir las puertas del camino hacia los dos grandes premios de este torneo, el Mundial y los Juegos Olímpicos.