Cuando comenzó a jugar tenis en Sonsonate, en los años 90, siguiendo los pasos de su hermana y de su hermano, pocos imaginaron, incluso él, que llegaría tan lejos en el tenis mundial.
Marcelo Arévalo no sólo es el mejor tenista del país desde hace años, sino que está entre los mejores del mundo en dobles, y este sábado disputará su segunda final de un Grand Slam, en el Roland Garros de París, y su primera en la modalidad del dobles masculino.
Marcelo Arévalo volvió a hacer historia por El Salvador
Que un salvadoreño se codee con la crema y nata del mundo en cualquier cosa ya es algo extraño, que lo haga además en un deporte tan exigente, complica aún más las cosas.
En los últimos años, Chelo ha formado parte de un pequeño pero destacado grupo de atletas elite del país, junto con Yuri Rodríguez (campeón del mundo en fisicoculturismo), Herbert Aceituno (medallista paralímpico en Tokio y segundo lugar en un mundial de parapowerlifting) y los patinadores Marvin Rodríguez (plata)e Ivonne Nóchez (bronce) en mundiales.
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FINALES: Por segunda vez Marcelo Arévalo alcanza una final de un Grand Slam, pero por primera vez en el dobles masculino. En 2021 disputó el título mixto del US Open.
Chelo Arévalo está a un paso de lograr un hito, un campeonato de un Grand Slam. Pero para llegar ahí ha trabajado por casi 25 años. Comenzó a jugar de manera más continua en la Federación Salvadoreña de Tenis, en el polideportivo de Merliot (a la edad de 8 años). Estuvo becado bajo un sistema especial de educación a distancia del Indes, una especie de internado, ya que prácticamente vivía en la federación, a donde realizaba sus estudios en unos salones adaptados especialmente para ello.
Comenzó a representar al país en los torneos centroamericanos, regionales del Jitic y en eventos juniors en Guatemala y Costa Rica. Siguió los pasos de Rafael, su hermano, quien llegó a estar octavo del mundo en juniors, y, eventualmente, ya de mayor también empezó a destacar en los torneos Future de la región. Con ello, logró una beca para estudiar en Estados Unidos a cambio de formar parte del equipo de tenis de una universidad local, pero solo estuvo unos meses.
Su decisión le cambió el futuro. Apostó por el profesionalismo en el tenis y, apoyado por Rafael, quien entonces era presidente ya de la federación, comenzó a jugar mucho más seguidos eventos Future y Challenger, los que siguen en el orden jerárquico del tenis.
Con el tiempo, llegaron los títulos, algunos Future, 18 torneos Challenger, 4 de la ATP y las mejores posiciones para cualquier tenista del país, tanto en singles como en dobles. Paralelamente, representó y representa al país en la Copa Davis, algo así como la Copa del Mundo de fútbol, es decir, los torneos de naciones a nivel continental, en ese momento (por el formato de la Davis y la clasificación de El Salvador).
Siguió su escalada, se radicó en Miami, formó un equipo profesional a su espalda y, con el apoyo familiar, comenzó a dar los saltos que pocos podían imaginar.
Ahora, a sus 31 años, ya padre de familia, casado, cuenta entre sus logros haber llegado a los cuartos de final del Abierto de Australia, en 2020 y 2021, segunda ronda en Wimbledon en 2018 y 2019, tercera en el US Open (2019) y tercera ronda en Roland Garros (París), en sus mejores participaciones en los cuatro eventos más importantes del mundo, a donde juegan los Djokovic, Nadal, Federer, entre los mejores del planeta.
Esa barrera la rompió en agosto de 2021, cuando, junto a la mexicana Giuliana Olmos, alcanzó las finales del dobles mixto, tras un año en el que prácticamente se especializó en la modalidad de parejas declinando poco a poco los juegos individuales.
Y ahora, siendo ya el 28 del planeta (llegó a estar en la posición 23 del dobles masculino a principios de mayo), dio otro salto para la historia, al conseguir ser el primer salvadoreño en una final del dobles masculino, junto al neerlandés Jean Julien Rojer.
La mañana de ayer (por la diferencia horaria), tras poco más de dos horas de batalla y con remontada incluida, sonsonateco y neerlandés vencieron a Rohan Bopanna y Marwe Middelkoop, de India y Países Bajos, con parciales de 4-6, 6-3 y 7-6 (8 en el desempate del último set).
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POSICIÓN ATP: Ese es el puesto en la clasificación mundial de Arévalo en el dobles masculino. Llegó a ser el 23 a inicios de mayo de este año, su mejor posición y la de cualquier salvadoreño en el tenis profesional.
Con gritos y lanzando la gorra al piso de arcilla de las canchas de París, saludando a su compañero y a su equipo de trabajo, con un gesto de corazón con las manos, Arévalo celebró con el público presente y ante las cámaras de televisión.
El sábado, desde las 8:30, buscará el título con Rojer ante el croata Ivan Dodig (26 del mundo) y el estadounidense Austin Krajicek (34).
Perfil:
Nombre: Marcelo Arévalo
Data: 17 de octubre de 1990, Sonsonate
Edad: 31 años
Estado Civil: Casado con Lucia Kovarcikova, eslovaca, desde 2020
Hijo: Marcelo Arévalo Jr.
Deporte: Tenis
Debut profesional: 2012
Estatura: 193 centímetros
Peso: 190 libras aprox.
Mano: Derecha
Revés: A dos manos
Entrenadores: Yari Bernardo y Carlos Teixeira
Trayectoria: Inició en el tenis a mediados de los años 90, tras seguir los pasos de sus padres, quienes lo practicaron de manera amateur con sus amigos.
Selección: Ha representado a El Salvador en distintos eventos . En la Copa Davis, es un habitual desde 2005 a la fecha. Solo no estuvo en 2006. también ha participado con la bandera nacional en Juegos Centroamericanos y
del Caribe.
Palmarés: Cuatro títulos ATP en dobles: Los Cabos, México, (2018), junto con Miguel Ángel Reyes (MEX); Wiston-Salem, Estados Unidos (2021), con Matwé Middelkoop; Dallas, EE.UU. (2022) y Delray Beach, ambos con Jean Julien Rojer. Además, 21 títulos Challenger (3 de ellos individuales), y cinco Futures.
Premio especial: Ganó la Espiga Dorada en 2018.