Este jueves murió el exfutbolista O.J. Simpson, enjuiciado hace 29 años por asesinato. A razón de su fallecimiento, diversos medios recordaron a la salvadoreña Rosa López ¿quién era ella?
La salvadoreña Rosa López fue testigo clave (también cocinera y ama de llaves de O.J.) en la defensa del ex deportista, acusado de haber asesinado en 1993 a cuchilladas a su exesposa y a un amigo de ésta.
Rosa López en 1994 fue obligada por la fiscalía de Los Ángeles (California) a admitir sus incertidumbres y contradicciones en sus declaraciones. El juicio terminó en 1995.
Rosa López reconoció que no estaba segura sobre la hora en que vio estacionado el Ford Bronco blanco del acusado.
La fiscalía afirmó que Simpson utilizó el vehículo, en el que se hallaron manchas de sangre, para trasladarse el 12 de junio de 1994 a la vivienda de su ex esposa Nicole Brown Simpson, donde cometió el doble asesinato.
La defensa había alegado que Rosa López estaba segura de que había visto el vehículo estacionado ante la casa de Simpson a la hora del asesinato, pero el testimonio de López fue destruido durante el interrogatorio de la fiscalía.
López, quien declaró en castellano ayudada por una traductora, reconoció que había pasado siete horas en la oficina de un abogado de la defensa después de haber negado anteriormente ese encuentro.
Otra de las controversias en el juicio fue que López cometió "perjurio" cuando declaró que había adquirido un billete de avión y posteriormente se demostró que sólo tenía la intención de hacerlo.
Las declaraciones de López, en ausencia del jurado, fueron grabadas ya que existía la posibilidad de que la testigo intentara huir de Estados Unidos sin que aún se diera el fallo final.
Finalmente, López regresó tras todo consumado a El Salvador en 1997.
"Estoy féliz de estar en mi país (y) no tengo pensado regresar a Los Angeles", declaró López escuetamente a agencias internacionales tras su arribo a El Salvador.
López comentó también en aquel momento que "en los Estados Unidos, existe discriminación a Los negros y a los salvadoreños: no nos quieren".
La testigo también lamentó haber perdido su empleo en Los Ángeles a causa de su testimonio.
Comentó que le quedó la pensión de un hijo quien murió durante la Guerra Civil (1980-1992) y que sirvió como piloto en la Fuerza Aérea Salvadoreña.