Años de esfuerzo se resumieron en un abrazo. El de las chicas con sus familiares presentes en el Club Corinto, de Lago de Ilopango. La sede del remo en los Juegos Centroamericanos y del Caribe estuvo con un buen número de público, como pocas veces en el pasado, para celebrar la tercera presea de San Salvador 2023 de El Salvador, y la segunda del deporte del remo, tras el obtenido por Adriana Escobar en la prueba individual, ayer.
Junto con Escobar, Ariana Townsend, Karla Calvo y Anne Sirois sumaron esfuerzos para finalizar en el tercer lugar en el podio con un tiempo de 6:57.99, tras el oro de Cuba (6:34.77) y la plata de México (6:38.09). La cuarteta venezonala fue cuarta con 7:21.81 y cerró en último lugar de la final Nicaragua (7:47.49).
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Tras las fotos, la euforia, la emoción se desbordó. Karla Calvo se abrazó con sus padres, Flor y Marco, mientras que Adriana corrió a saludar a su mamá, y se encontró con la sorpresa de ver también a su padre y hermano, a quienes no esperaba.
Fue una prueba donde desde el inicio se marcaron las diferencias, y la pelea enre Cuba y México por el oro fue momentánea. Cuatro segundos es mucho en remo, y las isleñas se fueron rápido adelante en la pista para sacar una ventaja que no soltaron nunca, y para agenciarse el oro, pese a los esfuerzos aztecas por darle alcance.
Por su parte, en el tercer lugar marchó desde casi que el arranque la cuarteta nacional, y ahí se mantuvo, abriendo brecha cada vez más con Venezuela para asegurar el podio.
Reacciones
“Estamos muy felices de esta medalla para El Salvador en remo”; contó Adriana Escobar, mientras que Anne Sirois contó que “la preparación fue en tres países” diferentes para lograr el nivel para asegurar esta presea.
“Ayer gané la primera medalla para El Salvador, que fue súper especial para mí. Agradecer nada más por todo el apoyo que nos han brindado todos”, añadió Escobar.
“Es un trabajo en equipo, años de estar entrenando para esta medalla… emoción de escuchar a la gente aplaudiendo, apoyando”, contó Karla Calvo nomás salir del lago, y previo a ver en la gradas a sus padres, con quienes se fundió en un abrazo antes de soltar las lágrimas y la presión.
“Se vienen a la memoria tantos recuerdos, tanto sacrificio desde que inició en este deporte, y ver ahora, llegar a este momento, cuesta asimilarlo, pero lo estamos disfrutando mucho”, dijo don Marco, padre de Karla.