Andy José Flores González es un chico de 14 años, originario de Cuscatancingo. Nació con amelia, una afección congénita en la cual una persona nace sin una o ambas extremidades superiores. En su caso, esto se traduce en la ausencia de ambos brazos. Sin embargo, esto no le impidió animarse al deporte, destacarse y triunfar en la natación. Un verdadero campeón, más allá de cualquier resultado final.
"Mi mamá dice que no sabe por qué no tengo mis brazos, pero siempre me ha tratado como a un chico normal -dice Andy, en entrevista con el Indes-. Me dio las mismas atenciones que a mi hermano menor y me ayuda en algunas cosas que me cuestan".
Atletas salvadoreños, por todo lo alto en el 2024
A los cuatro años de edad tuvo su primer contacto con la natación. Diez años más tarde, se ha convertido en una promesa de la paranatación en El Salvador. El año pasado tuvo nada menos que su bautismo internacional cuando compitió en los Juegos para Estudiantes con Discapacidad Paracodicader Panamá 2024.
"Él comenzó a nadar a los 4 años y medio", explica Griselda González, la mamá de Andy, en la entrevista con el Indes. "Todo inició con una llamada en la que me ofrecían un programa para practicar natación. Tiempo después, Héctor Vega (actual presidente del Comité Paralímpico de El Salvador, Copesa) llegó a la casa para explicarme más a detalle. Al principio me daba miedo, pero ya en el agua él (Andy) se mostró seguro y le gustó. Desde entonces practica este deporte".
Andy luchó contra sus miedos y parte de lo peor que tiene una sociedad. Como en la piscina, ganó: "De pequeño fue una fase muy difícil en mi vida -reconoce Andy-. Recibí mucho 'bullying' por parte de mis compañeros en el kinder; me empujaban para que me cayera y se burlaban de mi falta de brazos. Esos momentos me hicieron llorar, pero fueron instantes en los que mi familia nunca me dejó solo", se animó a contar.

El deporte y la natación lo ayudaron mucho. Tanto que tuvo su bautizo internacional en Panamá: "Fue increíble, feliz por haber estado con un grupo de personas que lo trataron como a uno más de su familia y con quienes se sintió querido y valorado. Haber viajado por primera vez fue una experiencia que nunca pensé vivir: desde subirme al avión, convivir con chicos que me comprenden y ayudan, hasta saber que puedo conocer otros países a través del deporte".
Para Griselda, su mamá, las circunstancias tampoco fueron fáciles desde un primer momento: "El proceso del embarazo fue complicado. Cada mes estábamos en el hospital porque era de alto riesgo. Me ingresaban hasta 10 días debido a síntomas de aborto. Me habían hecho tres ultrasonografías, pero el día del parto, ese 2 de mayo de 2010, al nacer Andy, me dijeron que faltaban sus brazos. Fue una noticia que no sabía cómo recibir", explicó.
Sobre el viaje a Panamá para competir en los Codicader, Griselda comentó que no fue una decisión fácil, ya que debía separarse de su hijo por mucho tiempo sin saber cómo él manejaría sus actividades personales. Sin embargo, Andy superó esta situación gracias al apoyo de sus compañeros y del personal que conformó la delegación salvadoreña.
"Cuando me dijeron que tenía que viajar a Panamá, me sentía preocupada y no sabía cómo le iría. Pero él se encontraba con personas que estuvieron pendientes de sus necesidades. Regresó al país y me contó muy emocionado su experiencia. Eso me demuestra que está aprendiendo a vivir la vida", explicó su madre.

Sus inicios y sus progresos
Héctor Vega es hoy el presidente del Comité Paralímpico de El Salvador (Copesa). Pero su aporte fue clave en el inicio de Andy en la natación cuando Héctor trabajaba en un censo poblacional de atletas con discapacidad.
"En esa época yo trabajaba para el Comité Paralímpico, de censo poblacional, por diagnóstico y discapacidad. Dio la casualidad que mi mamá fue muy amiga de la abuela de Andy y me comentó de él. Me puse en contacto con la mamá Griselda y fui a visitarla. Allí le expliqué de que se trataba la paranatación, le mostré videos de un nadador chino con la misma condición de Andy y que fue campeón en los Juegos Paralímpicos de Beijing 2008. Lo llevamos a hacer unas evaluaciones médicas y empezamos con las primeras clases, donde los compañeros profesores se metían en la piscina con él; luego ya fue empezando a nadar solito", cuenta Vega a Cancha.

"Hoy me enorgullece saber que pudo participar en los Paracodicader a través de un ranking que se hizo en el Poli de Merliot. Es un joven con mucho potencial, con proyección a Juegos Parapanamericanos Juveniles de Santiago 2025, que serán en Chile en noviembre de este año. Y a futuro esperamos que siga despuntando en los próximos eventos. La idea es apuntar a los Juegos Paralímpicos de Los Ángeles 2028, tanto con Andy como con otros grandes atletas de Paranatación y Paratletismo y Parapowerlifting", explicó Vega.
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